Por Iván García, La Habana
Julia, maestra de segundo grado, les pidió a los niños de su clase un trabajo sobre un prócer de la República. A los pocos días, al revisarlos, observó escandalizada que los textos habían sido bajados de intranet y pegados sin cambiar ni una coma.
“Me he dado cuenta que algunas tareas que les pongo a mis alumnos las realizan sus padres. Cuando son temas en los que hay que hurgar en libros de textos, utilizan los sitios de la red local y apelan al manido copiar y pegar”, señala Julia.
No sólo la profesora de segundo grado sufre los calcos en trabajos escolares. Es una moda en boga en todos los niveles de enseñanza. Alumnos de primaria, secundaria, bachillerato y hasta los universitarios recurren al 'corte y pega'.
Santiago, maestro jubilado, cree que las nuevas tecnologías de información son muy útiles, pero en muchos casos, los estudiantes no le están dando un uso correcto. “Copian a destajo textos y los endosan en trabajos de clase. Junto al fraude escolar, la copiadera provoca que muchos alumnos lleguen con escasos conocimientos y enormes lagunas cuando ingresan en la universidad, donde las exigencias son mayores”.
Zoila, una pedagoga con 25 años de experiencia, cree que una manera de contrarrestar el 'corte y pega' sería que los maestros no sólo den calificaciones por los trabajos, si no que de manera individual les hagan preguntas orales, al margen de la tarea encomendada, para ver si realmente los educandos muestran interés y retienen los conocimientos.
Lo principal, piensa Otilio, quien durante diez años fuera director de una escuela secundaria, “es elevar la calidad del claustro docente. Si los profesores son capaces de lograr que sus alumnos se interesen por la historia o que la geografía y las ciencias sean algo más que una rutina, entonces daremos una respuesta adecuada a esa manía de copiar y pegar. Así, en el futuro tendríamos profesionales capaces”.
Rafael, estudiante de telecomunicaciones, dice que en su aula suelen presentar trabajos impecables. “Pero cuando llegan los exámenes, desaprueban esos mismos temas. Señal que el 'corte y pega' no puede sustituir al estudio profundo y serio”.
Cuando Mariana cursó la carrera de ingeniería, la situación era distinta. “Entonces no existía intranet ni internet y teníamos que quemarnos las pestañas. Los estudiantes que se formaron en la etapa que había que estar horas sentados en una biblioteca, hoy son profesionales más completos y, sobre todo, con vocación. Los de ahora tienen herramientas novedosas a su disposición, todo le ha sido más fácil, pero les falta aptitud”.
La práctica de cortar y pegar de webs nacionales, va rumbo a convertirse en una manía nociva. Si ya no lo es.
Foto: Reuters.
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