Ropa y tenis desgastados. Juan viste así y más parece un mendigo que un marino con 30 años de experiencia.
“No tiene algo con lo que me pueda ayudar”, pide mientras, sentado en una banca, estira su pierna derecha lesionada en una faena en alta mar.
“Algo es algo”, dice al entregarle un peso convertible cubano, un pasaje para conocer la historia de este cubano de tez trigueña y semblante desencajado.
¿De qué trabaja usted?
-Yo soy marino, pero no estoy trabajando.
¿Desde cuándo no trabaja?
-Desde hace unos 6 meses porque me lesioné, me fracturé en una caída.
¿Y qué tal le ha ido en este tiempo sin trabajar?
-El problema es que el dinero no alcanza, la pensión solo dura unas dos semanas y luego no tengo cómo hacer para comer.
¿Y cuánto recibe de pensión?
-Solo 10 pesos convertibles (unos 8 dólares), pero no alcanza para nada, si uno se quiere comprar un buen par de zapatos, valen 600 pesos cubanos (30 dólares).
Imaginaba que un marino ganaba bien…
-En otros países un marino sí puede ser bien pagado, pero acá no, a pesar de que uno tiene un buen nivel y es alguien preparado. La marina es del gobierno, aquí todo es del gobierno. Yo tengo 50 años, he trabajado más de 30 como marino, y en 50 años yo no he visto cambios importantes.
-En otros países un marino sí puede ser bien pagado, pero acá no, a pesar de que uno tiene un buen nivel y es alguien preparado. La marina es del gobierno, aquí todo es del gobierno. Yo tengo 50 años, he trabajado más de 30 como marino, y en 50 años yo no he visto cambios importantes.
De su vida privada no habla mucho, le pregunto sobre sus hijos y como no quiere ahondar responde con un simple “sí tengo”.
¿Cree que vuelva a trabajar pronto?
-Pues estoy esperando que me llamen, pero no puede ser ahora porque me tienen que operar de la rodilla y eso lleva bastante tiempo para la recuperación.
Por la operación no hay problema...
-En cuestiones de salud no tenemos problemas, a uno lo atienden bien porque en eso estamos bien desarrollados.
¿Pero en otras cosas, como los alimentos, cómo andan?
-Pues los cambios se ven en la mesa y yo no he visto cambios en mis 50 años, no hay comida en la mesa, me parece que la revolución en eso ha fracasado. En ese tipo de cosas se ve el progreso de un país, lo que no hemos visto en Cuba. Realmente se necesitan más cambios para poder decir que tenemos mejores oportunidades de vida aquí.
¿Hay menos comida en la mesa?
-El Estado antes nos daba una cantidad de comida, pero ahora nos da menos, por ejemplo, mira, el azúcar, tenemos grandes problemas con el azúcar, porque no hay.
¿Qué les queda entonces?
-Esperar, no se cuánto tiempo, pero hay que esperar que las cosas mejoren aunque no parezca que pueden mejorar.
¿Puede un cubano trabajar para la empresa de un extranjero?
-Sí puede, pero económicamente no resulta tan bien, porque el Estado le quita a uno el 70 por ciento de su salario; o sea que uno termina trabajando para el Estado y lo que le queda a uno es muy poco. O sea que si ganó mil dólares le tiene que dar 700 dólares al Estado, porque de lo contrario no puede tener permiso para trabajar.
El Heraldo de Honduras, marzo de 2011
Foto: Stefano Liboni, Flickr
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