Por Iván García y Tania Quintero
Discretamente, aunque de forma oficial, los hombres de negocios que visten de verde olivo han tomado el control absoluto de la única empresa de telecomunicaciones que existe en la isla: ETECSA.
En días recientes, la Gaceta Oficial publicó sobre las diferentes empresas nacionales que se harán con las acciones de ETECSA. El grupo mayoritario, con un 51%, es Telefónica Antillana S.A. Con un 27% le sigue RAFIN S.A., sociedad anónima cubana creada en 1997, y acerca de la cual públicamente se desconocía de dónde provenían sus fondos y el destino final de las ganancias.
En Miami, donde ahora vive, a Juan Juan Almeida García, hijo de una de las vacas sagradas de la revolución, Juan Almeida Bosque, la noticia no lo tomó por sorpresa. En declaraciones para un sitio independiente cubano, comentó que las siglas de la misteriosa sociedad son las iniciales de 'Raúl Fidel Inversiones' y fue creada una noche, entre tragos de vodka y canapés de jamón, en una casa del reparto Siboney, al oeste de La Habana.
Otras fuentes que prefieren el anonimato, confirman lo dicho por Almeida Junior. Y calculan que el capital de esta sociedad rondaría los 10 mil millones de dólares y podría formar parte del patrimonio personal de los hermanos Castro. RAFIN S.A. radica en la Avenida del Puerto, Habana Vieja, y su presidente es Luis Alberto González Ruiz de Zárate.
Su nombre completo en Google no arroja pistas. Por su segundo apellido, podría estar emparentado con Serafín Ruiz de Zárate (1923-1991), quien en 1959-1960 fuera ministro de Salubridad. O con la periodista e investigadora Mary Ruiz de Zárate. En Cuba, los Ruiz de Zárate proceden de una familia adinerada de la actual provincia de Cienfuegos.
Hace unos años, la revista Forbes ubicó a Fidel Castro en el número uno del ranking entre los políticos con mayor cantidad de dinero y propiedades. Castro lo percibió como una vendetta mediática de Estados Unidos y con furia respondió que pagaba un millón de dólares al que lograse demostrar las supuestas riquezas que le imputaban.
Ha llovido mucho desde entonces. Hace un par de años, los italianos que mantenían negocios con la empresa cubana de telecomunicaciones se marcharon del país, pero continuaban manteniendo el 27% de las acciones. Las mismas que acaban de ser compradas por la hasta ahora desconocida compañía propiedad de Raúl y Fidel Castro. Más sobre RAFIN y otras entidades financieras no bancarias, en esta página del Banco Central de Cuba.
El interés de los empresarios militares hacia ETECSA es lógico. Es un negocio que mueve miles de millones de dólares, y en un futuro inmediato promete crecer el doble. Según directivos locales, las líneas de telefonía móvil superan las de teléfonos fijos, con un millón 200 mil usuarios. Y la tendencia es continuar creciendo.
Una línea de celular en la isla cuesta 50 dólares, y cada dos meses, hay que ingresar un crédito mínimo de 10 dólares para mantenerla operativa. A ello hay que añadir la tajada suculenta de las llamadas internacionales, con casi 2 millones de emigrados cubanos sólo en Estados Unidos.
ETECSA es una de las tres empresas cubanas que generan ganancias en divisas, junto a la aeronáutica civil y el turismo. Pero si millonarios son los beneficios de la telefonía móvil y las llamadas al extranjero, el futuro que se avecina resulta promisorio.
Para la primera quincena del mes de febrero, Cuba iba a quedar unida a Venezuela por un cable submarino de fibra óptica, que permitiría la transmisión de datos y conexiones a internet. A un costo de 70 millones de dólares, el cable permitirá ampliar la raquítica conectividad de Cuba que apenas alcanza el 5%.
También abaratará los costos. Las conexiones con la autopista de la información en la actualidad son realizadas por vía satelital, más cara y lenta que por fibra óptica. En la era digital, a los mandarines criollos les interesa -y mucho- mantener un control absoluto sobre las nuevas herramientas de comunicaciones, que por su alcance y poder de convocatoria en cuestiones de horas pueden provocar una revuelta popular.
Los hermanos Castro no son tontos. Y han tomado nota. Los últimos acontecimientos en Túnez y Egipto, y el papel desempeñado por SMS y redes sociales como Facebook y Twitter, una vez más han demostrado la fuerza poderosa de la red.
También son conscientes de que no es prudente mantener a la población alejada de herramientas claves en el mundo de hoy. Su plan es ofrecer servicios de internet... bajo un estricto control.
Internet es un arma de doble filo para el gobierno. No se puede vivir a su espalda, pero conlleva una circulación de información sin control. El régimen piensa minimizar ese impacto bloqueando y censurando las páginas que ellos consideran “contrarrevolucionarias”.
Según fuentes de ETECSA, en 2011 está previsto comercializar el servicio de internet a los cubanos. El costo inicial sería de 150 dólares por una línea, y posteriormente se venderían tarjetas por determinada cantidad de horas.
En las últimas semanas, después que el general Medardo Díaz, de 48 años, fuera designado ministro de informática y comunicaciones, a los trabajadores ha llamado la atención el movimiento de militares y equipos en distintas dependencias de ETECSA.
Al parecer, la militarización de esa empresa es un hecho. Desde 2008, Cuba se ha convertido en un país casi íntegramente controlado por militares. La mayoría de los ministerios lo ocupan oficiales de verde olivo en activo o retirados.
Pero lo que intriga a los cubanos de café sin leche, de ser cierto lo que dicen en programas de Miami que ven por ilegales antenas de televisión, es saber de dónde los Castro han sacado tanto dinero para montar una sociedad anónima. Y ni se sonrojaron a la hora de bautizarla: RAFIN.
A Humberto, 43 años, taxista, eso "me encabrona, porque los dos llevan 52 años vendiendo el discurso del sacrificio y la humildad y de buenas a primera, con una economía que naufraga y miles de desempleados, sacan de la manga un montón de plata. Y ellos magos no son".
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