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martes, 1 de febrero de 2011

Usted puede comprar un Chevrolet


Por Iván García

Con la plata en la mano hay para todos los gustos. Chevy de los años 40 o un Ford bien cuidado del 54. Cadillac "cola de pato" o un camión General Motors del 56 que parece salido de la fábrica.

Cuba es el único país del mundo donde por sus calles corren miles de autos, jeeps y camiones norteamericanos de mediados del siglo veinte. A no dudar, es el museo al aire libre más grande del automóvil de esa época.

Y como no se pueden comprar autos, a no ser con un permiso estatal, la gente que tiene dinero y ante el mal funcionamiento del transporte público, no duda en comprarse un coche antiguo fabricado en los talleres de Detroit.

José Santiago, 42 años, calculadora en mano saca cuentas y cree que en siete años recuperará la inversión. Él pretende dedicarse al alquiler de taxis. Probablemente el único medio de transporte estable en la isla, a pesar de que el gobierno no vende ni un tornillo para reparar ese tipo de vehículos.

En Cuba, la compra y venta de coches sólo es permitida por dueños que tengan traspaso. Esto nada más es posible con los antiguos "almendrones", como le llaman a los viejos autos norteamerianos, pues sus propietarios los compraron antes de que Castro llegara al poder.

Según Roberto Diego, 34 años, es común que un Chevrolet o Ford haya tenido una docena de dueños. Los precios están por las nubes. “En los años 80, usted podía comprar un Chevrolet del 57 por 3 mil pesos (3 mil dólares, la divisa era ilegal y el gobierno canjeaba el dólar uno por uno). Ahora bien le puede costar hasta 20 mil pesos convertibles (18 mil dólares) si usted lo tiene como una joya”, aclara Diego, quien maneja un Ford Austin de los años 40 que da envidia por su estado de conservación.

No es que los conductores en Cuba sean amantes de las antiguallas. Es que no tienen otra opción. Luis Valle, 52 años, preferiría manejar un Audi o un Cherokee “climatizado y con ordenador, pero soy realista, aquí eso es imposible”.

Agencias estatales de turismo anualmente ofrecen desfiles de autos antiguos, desde un Ford de 1918, hasta raras versiones de coches con una fabricación limitada. Y en las calles interiores que bordean la empinada escalinata del Capitolio Nacional, decenas de autos viejos pertenecientes a la corporación Gran Caribe, pueden ser alquilados por los turistas que deseen dar una vuelta por una ciudad detenida en el tiempo.

Si usted anda contrarreloj, el medio más barato y rápido es tomar uno de los "almendrones" que circulan por diferentes vías céntricas de la capital. Cobran 10 pesos o 20 si el viaje es más extenso. Y funcionan cuatro veces mejor que los taxis estatales, desaparecidos en combate.

El ingenio para mantener en funcionamiento estos coches es digno de admirar. Los ingenieros de la General Motors palidecerían de envidia con las soluciones criollas. Sin piezas de recambio, y a golpe de fantasía, los mecánicos cubanos logran que sigan funcionando.

A veces son verdaderos engendros. Frankesteins rodantes. Motor de un auto ruso, transmisión de un Seat-600 español y caja de velocidad de un Alfa Romeo de los 70. Su dura carrocería, fabricada con el abundante acero del material bélico de la Segunda Guerra Mundial, ha sido maquillada varias veces.

Los hay preciosistas como Javier Cueto, 65 años, quien tiene un Chevrolet de 1958 intacto y sin ninguna modificación. “Me han ofrecido 21 mil pesos convertibles (19 mil dólares), pero ni caso le hago”.

Cuando usted toma un viejo taxi en las calles habaneras, el chofer le dice: “Por favor, no me tiren la puerta”. Aunque algunos llevan rodando casi 70 años, ante el incierto futuro que se vislumbra, los conductores de vehículos norteamericanos de mediados del siglo pasado, saben que deben cuidar al detalle sus autos, pues por mucho tiempo tendrán que seguir “boteando” (alquilando).

Y si la desesperación toca a sus puertas, no sería la primera vez que un Chevrolet se convierte en una lancha con motor fuera de borda. Como ya ocurrió en julio de 2003, cuando once cubanos llegaron a las costas de la Florida en un Chevy de 1951.

1 comentario:

  1. A Francia los traen en pedazos, y aquí los arman, todo el patrimonio p'afuera también.

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