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viernes, 25 de febrero de 2011

Las imprescindibles "mulas"


Por Iván García

Eliseo, 39 años, se considera un benefactor público. Un tipo que siempre es bienvenido. Desde hace una década, este cubanoamericano es una ‘mula’. Reside en la ciudad de Miami y al año realiza unos quince viajes a la isla. A veces más.

Ahora mismo, desde su móvil, llama a su chofer habitual, para que pase a recogerlo a la entrada del aeropuerto internacional José Martí, al sur de La Habana. Carga un ramillete de bolsos y maletines.

En La Habana estará un día. Su misión es descargar las 150 libras de alimentos, medicinas, electrónicos, ropa, zapatos y juguetes, entre otros, en una casa de su confianza, donde posteriormente, se encargarán de hacerlo llegar a sus destinatarios.

Eliseo tiene montado un pequeño negocio que funciona a todo gas, en particular en el mes de diciembre. Cobra 5 dólares por cada libra de alimentos o medicinas y 10 dólares por cada libra de otros artículos. Para pasar ciertas mercancías reguladas en Cuba, discretamente desliza un billete de cien en los bolsillos de autoridades aduanales.

Cuando George W. Bush dio una vuelta de tuerca al embargo contra Castro, Eliseo siempre se las agenciaba para traer productos y cantidades de dinero que violaban leyes de Estados Unidos. “Ahora con Obama todo es más fácil”. El actual inquilino de la Casa Blanca ha dado pasos para facilitar las relaciones familiares.

Desde el 20 de diciembre de 2010, por la Western Unión se pueden girar hasta 10 mil dólares. Los residentes en la isla, además, podrán cobrar en pesos convertibles. Ante la perentoria necesidad del billete verde del 'enemigo imperialista', el gobierno cubano eliminó el gravamen del 10% al dólar.

El 25 de octubre de 2004, un enfadado Fidel Castro, pillado supuestamente lavando 3 mil 900 millones dólares viejos en el banco suizo UBS -algo prohibido por el embargo-, durante una
comparecencia televisiva, anunció un impuesto al dólar del 10%. A partir del 8 de noviembre de ese año, la única divisa que circuló en Cuba fue el peso cubano convertirble (CUC).

Las remesas familiares y el trasiego de bienes por las 'mulas', en buena medida apuntalan a la frágil e ineficiente economía insular. Según organismos internacionales, sólo por concepto de remesas, al gobierno le entrarían unos mil millones de dólares anuales.

Darío, 52 años, economista, considera que podría ser el doble. “Hay mucho dinero que no se contabiliza. Es una fuente que permite ingresar dinero fresco a las arcas estatales. El gobierno lo sabe y no lo va a perder de vista. Es probable que en meses venideros lo estimulen aún más”.

En Miami, decenas de agencias se dedican al envío de paquetes y dinero a Cuba. Mientras, los cubanos en la isla no cesan de pedirle a sus parientes, desde culeros desechables y tenis hasta laptops y televisores de plasma.

Si se aboliera el embargo, el intercambio de mercaderías y capitales, podría superar los 5 mil millones de dólares anuales. Y si el régimen de La Habana derogara leyes absurdas que impiden a los cubanoamericanos invertir en el país donde nacieron, los números podrían triplicarse.

Lo cierto es que el embargo no ha impedido que las familias en la isla reciban dinero, por una u otra vía. Tampoco alimentos, medicinas y otros artículos.

Eliseo asegura que obtiene cerca de 2 mil dólares de ganancias al mes. “Si es fin de año, un poco más. De cualquier manera, a pesar de que vivo de este ‘bisne’ (negocio), me satisface ver la alegría de la gente cuando reciben los paquetes, o mientras usted les cuenta un fajo de billetes. Pero sobre todo me quedo con los rostros ilusionados de los niños, cuando ven desempacar juguetes y golosinas”.

Momentos como ésos hacen sentir a Eliseo un Papá Noel en versión tropical. Las familias de las dos orillas se lo agradecen.

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