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lunes, 21 de febrero de 2011

Cosas de la familia


Por Juan Cruz

Cambio de viento en Cuba, parece. Pero de eso no iba a hablar; iba a hablar de un extraño record, el de la permanencia de la familia Castro en el poder; el mayor de los Castro dirige los destinos de la isla desde el 1 de enero de 1959, ininterrumpidamente. Desde hace unos años su hermano lleva las riendas, al menos aparentemente, aunque atendiendo sin duda el aliento al parecer omnisciente del pariente de mayor edad.

Es extraño, tanto tiempo creyendo imprescindible su propia opinión, sus propias decisiones, su propia estima sobre la hacienda pública y sobre las personas que la revolución puso a su mando. Es extraño, además, que durante años (y aún ahora, sin duda) a muchos nos pareciera bien, que consideráramos que, en aras de la revolución, era bueno que lo inaceptable entre nosotros (el gobierno omnímodo de un hombre sobre los demás hombres) nos resultara perfectamente adecuado para los cubanos; que nos pareciera bien acusar de reaccionarios a los que nos contradijeran en nuestra manera de verlo: el mejor gobierno de Cuba es aquel que conduce Fidel.

Fuimos guevaristas, fuimos fidelistas, fuimos procubanos, en el sentido de que éramos procubanos de la Cuba mandada por Fidel; la otra Cuba era la Cuba que no estaba en Cuba, o que al menos no merecía estarlo. A lo largo de la historia ha habido quiebras en esas vocaciones, y algunos, ay, las hemos perdido. En un tiempo perderlas, quebrarlas, era signo de debilidad y de impureza; eso ha cambiado a lo largo del tiempo, no ha habido manera de aguantar ese pantano sin que se derramara el agua empozada que contenía. Pero esto ya es política, o ética. Yo hablaba de otra cosa, de esa extraña apropiación del poder por parte de un apellido, quería hablar del poder de una familia, o de un jefe de familia, para atribuirse el mando como algo propio. Y no sólo del poder político, grande, enorme, el poder sobre los otros. Ni siquiera en el poder chiquito conozco una tan larga permanencia al mando.

No tengo en la memoria ninguna esfera de la vida en la que un solo hombre lleve durante más de medio siglo los destinos de una sociedad, de una tienda, de una firma, a lo largo de más de medio siglo sin otra interrupción que la que él mismo administrara. Dudo que aquellos logros que muchos de nosotros defendimos a favor de la Cuba de los Castro (la educación, la medicina, etcétera) sirvan como datos suficientes para recordar ya como positivo tan largo periodo, pero todo este tiempo quizá sirva, me parece, para anotar a favor de esta familia un record mundial.

Es triste que tanta historia se traduzca tan solo en un record, pero así son las cosas, a lo mejor lo que en algún momento se propuso Fidel fue cumplir años en el poder para poder exhibir un día el dudoso record que ahora ostenta. 53 años mandando. No está mal, estando, por cierto, bastante mal.

Bitácora de Juan Cruz, El País, 5 de enero de 2011
Foto: Tomada del blog Along the Malecon.

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