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jueves, 9 de septiembre de 2010

Lo que Fidel Castro se trae entre manos

Por Jaime Suchlicki*
El Nuevo Herald

En las últimas semanas, Fidel Castro ha aparecido varias veces en público en Cuba. Notablemente recuperado de su prolongada enfermedad, el secretario general del Partido Comunista de Cuba, con 84 años de edad, se presentó el sábado 7 de julio en la Asamblea Nacional, sostenido por uno de sus asistentes, y habló por un lapso inusualmente breve de 15 minutos.
La intensidad y la frecuencia de las apariciones de Castro parecen tener perplejos a los analistas de Cuba. Castro habló de Estados Unidos y de la posibilidad de un ataque contra Irán o Corea del Norte que desencadenaría, según Castro, un holocausto nuclear. Es evidente que Castro está tratando de reafirmar los principales pilares de la revolución cubana: el antiamericanismo y el internacionalismo. Quiere reforzar las filas revolucionarias con una visión renovada de la esencia de "su'' revolución.
Castro reiteró su vieja postura antiamericana, acusando a Estados Unidos de librar una guerra económica contra Cuba y pidiendo estar preparados militarmente contra el imperialismo. Aunque el sábado se apartó un poco de su visión apocalíptica de un ataque del gobierno de Obama e Israel contra Irán, siguió advirtiendo sobre un holocausto nuclear orquestado por Estados Unidos.
Es irónico que el mismo líder que en 1962, cuando la Crisis de los Misiles, pidiera a los soviéticos que lanzaran sus misiles nucleares contra Estados Unidos, ahora esté tratando de "salvar a la humanidad".
Pero la nueva campaña de Castro tiene poco que ver con la salvación de la humanidad. Tiene más que ver con el apoyo a Ahmadinejad, su amigo y aliado en Irán. Castro está iniciando un gran esfuerzo de relaciones públicas con el fin de presionar al gobierno de Obama para que rechace cualquier ataque a Teherán y acepte un Irán nuclear. Castro ha dado instrucciones a sus embajadores, así como a otros aliados en todo el mundo, para que participen en una campaña de apoyo a Irán para presionar a Estados Unidos y debilitar su resolución.
Fidel Castro ve su apoyo a Irán como una parte integral y fundamental de la política exterior de Cuba. La solidaridad internacionalista es un compromiso revolucionario que garantiza que Irán, Venezuela, Corea del Norte y otros aliados ayuden a Cuba en momentos de necesidad.
Pero más importante, las campañas políticas, como la que Castro está lanzando contra Estados Unidos y sus partidarios, debilita a Estados Unidos, desvía su atención y sus recursos, y al final podría forzar al gobierno de Obama a hacer concesiones no sólo a Irán sino también a Cuba.
Las políticas calculadas de los hermanos Castro siguen logrando importantes concesiones de Estados Unidos, a la vez que mantienen un sistema totalitario en Cuba. Las presiones del gobierno español, el Vaticano y otros no deben debilitar la decisión del gobierno de Obama de ver una Cuba libre y democrática.
La campaña internacional de Castro a favor de un Irán nuclear sólo debe fortalecer la decisión de Norteamérica de impedir que un enemigo de Estados Unidos y de Israel desarrolle armas nucleares.

Foto: El presidente Mohammed Khatami recibe a Fidel Castro en Teherán, en mayo de 2001. Unos meses antes, en septiembre de 2000, Khatami había viajado a La Habana y fue condecorado por Castro con la mayor distinción estatal, la Orden José Martí.
*Jaime Suchlicki es profesor de Historia, ocupa la Cátedra Emilio Bacardí Moreau y dirige el Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami. Es autor de los libros Cuba: From Columbus to Castro; México: From Moctezuma to the Rise of the PAN, y Breve Historia de Cuba

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