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domingo, 15 de agosto de 2010

Conversando con Carlos Otero

Por Erwin Pérez
Carlos Otero interrumpe una sesión de fotos en el estudio de Barón Da Parré para conversar con El Nuevo Herald. El animador cubano se sienta, relajado, y durante unos veinte minutos -contrariamente a lo que pasa cada noche en su programa Pellízcame que estoy soñando- el entrevistado es él.
Otero llegó al programa de AméricaTeVe/Canal 41, y a Miami, hace dos años y medio, tras casi tres décadas de labor en la televisión de su Cuba natal. Pese al vértigo que le impone la competencia palmo a palmo con Esta noche tu Night, el espacio que conduce en Mega TV Alexis Valdés, puede afirmarse que se ha estabilizado.
En lo personal, el animador tuvo una turbulencia en su vida hace unos meses, cuando su esposa, Maylén, le pidió el divorcio, pero ahora disfruta de sus dos hijos menores -el mayor vive en Cuba- y en esta entrevista da a entender que ha empezado una nueva relación sentimental.
Volviendo a su vida laboral, le preguntamos si siente que las mediciones de rating representan lo que pasa entre la audiencia de los programas.
-A veces pienso que sí y a veces que no, pero no soy quién para juzgar a la compañía encuestadora Nielsen ni sus resultados. Me confundo a veces, porque he hecho programas muy buenos que han tenido poca audiencia y otros muy malos que han tenido un rating increíble.
¿Cómo va su duelo por la audiencia con Alexis Valdés?
-Alexis es un artistazo, a quien admiro muchísimo, y yo tengo una historia de 30 años de carrera, y considero que la gente quiere vernos a los dos.
¿Tiene una relación personal con Valdés?
-Sí, hemos hablado muchísimo por teléfono, y el día de la Marcha por las Damas de Blanco nos encontramos, nos dimos un abrazo y bromeamos, aunque no hablamos de trabajo.
¿Había venido antes a Miami?
-No. En Cuba me metieron en el cerebro que era la ciudad más mala del mundo, pero se dio la oportunidad de trabajar aquí. Y dije que sí porque la gente me conocía. Estoy muy satisfecho con la decisión que tomé. Me gusta Miami.
¿Qué pensaba de Miami?
-Que era una ciudad conflictiva, con gente que sentía mucho odio, y que eso se trasladaba a la vida cotidiana.
¿Extraña Cuba?
-Mucho, sobre todo a mi hijo, a mi hermana, a mis amigos, a mis excompañeros de trabajo.
¿Puede entrar a Cuba cuando quiera?
-Creo que no. Aunque me dieran permiso no iría. No volveré a Cuba mientras siga ese sistema.
¿Le gusta la política?
-Para nada. Entre otras cosas, porque uno se pone la gente en contra, aunque eso nos pasa a los artistas también.
¿Le duele cuando a alguien no le gusta su trabajo?
-No tanto, tengo un ego de nivel medio. La gente tiene opción de cambiar de canal si no le gusta lo que uno hace.
¿Se ve conduciendo Pellízcame durante años?
-No, el sueño de mi vida es hacer un programa de tres o cuatro horas de duración, con música, humor, momentos serios y otros para reflexionar.
¿En qué canal?
-Donde sea. Si AméricaTeVe lo asumiera, lo haría allí con gusto. El tema con Pellízcame es que solamente dura una hora y tiene un elenco de 15 o 20 actores que tienen que participar cada noche, por lo que queda muy poco tiempo para que un animador haga realmente lo que quiere.
¿Sus hijos se han adaptado bien a Estados Unidos?
-De maravilla. A los ocho meses de nuestra llegada, estaban hablando inglés bastante bien, ahora lo hablan a la perfección.
¿Sentimentalmente, cómo se encuentra?
-Estuve muy mal durante dos o tres meses, porque a fines del año pasado, Maylén la madre de mis hijos, determinó separarse de mi vida. Lo quiero remarcar, para que no se piense que el exilio o la fama me cambiaron, y fui yo quien deshizo la familia.
¿Y ahora, cómo está en ese aspecto?
-Organizando mi vida. No quiero equivocarme de nuevo. Estoy empezando algo bonito que quizá pueda convertirse en algo grande.
El Nuevo Herald, 21 de mayo de 2010

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