Google
 

lunes, 19 de julio de 2010

Artistas de la estafa

Floridita by Steinar Johnsen.
Por Iván García
Es como una caja grande repleta de trucos. Expertos de la simulación y el timo. Maestros del pase mágico. Pillos que visten de etiqueta, con gafas Ray Ban y zapatos italianos de cuero bien lustrados. Artistas de la estafa.
Pululan por La Habana. Prometen y venden cualquier deseo o sueño. Desde una visa para Estados Unidos o un cuadro perdido de Picasso, hasta una residencia con piscina.
Conozcamos a Freddy y su banda. Viven del cuento y las historias bien narradas. Ahora mismo, sentado en la barra, tomando un daiquirí cargado con un extra de zumo de limón, Freddy relata sus hazañas.
El modo de operar de Freddy y los suyos es diverso. Poseen una colección de estrategias. Una noche cualquiera se sientan en un bar, café o restaurant por divisas y se ponen a la caza de cualquier conversación.
A vuelo de pájaro, notan que el tipo alto y repleto de músculos desea comprar una casa. Que la señora madura mira con lascivia a los muchachos esbeltos de cabellos engominados. Y la familia de la última mesa busca con desespero que le agilicen sus trámites en la embajada española para marcharse definitivamente de Cuba.
Lo estudian todo. Y cuentan con un grupo de personas bien pagadas que les ofrecen informaciones. Direcciones, teléfonos, vicios, fantasías y gustos de personas solventes, ansiosas de invertir dinero.
“Si nos enteramos que una mujer soltera, de mediana edad, con buena pasta, necesita un chico educado y culto para entretenerse en la cama, preparamos la escena para que un día coincidan en algún sitio. El joven trabajará 'la línea amorosa' y la seducirá irremediablemente”, cuenta Freddy, doctor en la ciencia de estafar incautos.
A los pocos meses, a la enamorada cuarentona le desplumarán todo su dinero, joyas o pinturas de valor. Lo que tenga. “No son pocos los casos que incluso le compran una casa o un coche al chico.
Dentro del grupo, también hay quien trabaja 'la línea gay con intelectuales'. Hay muchos maricones en el sector del arte y la cultura con billeteras abultadas. Recuerdo a un artista famoso, ya fallecido, que lo estafamos con 10 mil dólares”, apunta Freddy, quien ahora bebe con parsimonia una Coca Cola Diet.
Una buena estafa, con ganancias que superan los 5 mil pesos cubanos convertibles, dólares o euros, involucra a veces hasta siete personas. A los estafadores como Freddy se les conoce en el argot marginal con el mote de “pejeros”.
“La especialidad de la casa es hacerse amigo de un tipo con plata. Luego de un par de semanas, intimamos con el hombre. Le pagamos tragos, juergas con putas y a ratos drogas, le contamos la historia de un supuesto español, novio de una prima nuestra que se quedó corto de dinero, pues compró un lienzo de Tomás Sánchez o Wifredo Lam en 50 mil euros y sus tarjetas de crédito no funcionan en la isla, pues son de bancos americanos. El hombre anda buscando alguien que le empeñe la pintura en 15 mil pesos convertibles y a su regreso de Madrid paga 20 mil. Ya el punto (víctima) está maduro y en su deseo de ganar de manera limpia 5 mil euros, cae como un chorlito (tonto)”, confiesa Freddy risueño.
El próximo paso, según el pillo, es presentarle al "español", un cubano que imita y conoce al dedillo las maneras de hablar, vestir y comportarse de un madrileño genuino.
“Alquilamos un cuadro original de valor y se lo enseñamos. Cuando el gil (estafado) muerde, entre tragos de ron bueno sellamos el trato. En un pase de magia, hacemos un cambio y le entregamos una imitación barata de la pintura. Cuando lo descubre e intenta contactar con el amigo que le ofreció el negocio, ya nosotros borramos todas las posibles pistas y hemos desaparecido”, dice con fascinación, por su talento en al arte del timo, este hombre no muy alto, que viste de manera sobria y habla como un político en campaña electoral.
Freddy no quiere ofrecer demasiadas pistas. “Tú no tienes pinta de fiana (policía), pero si publicas todas mis artimañas me dejas sin clientes. Sólo te digo que otra vía de estafar mucho dinero es la de ofrecer una visa o una salida ilegal. No te imaginas la cantidad de pelmazos (imbéciles) que pagan dinero adelantado, por prometerles una carta de invitación a cualquier nación europea o una visa yanqui. Pero ya te he contado bastante", termina diciendo el jefe de una banda habanera de timadores.
Para tipos como Freddy, no hay nada más emocionante que estafar. No se considera un delincuente. Se cree un artista. Y de los buenos.
Foto: Steinar Johnsen, Flickr

1 comentario: