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lunes, 21 de diciembre de 2009

Cárcel de cinco estrellas


Por Alexander Thoele

En medio del debate parlamentario sobre condenas más severas para criminales en Suiza, algunos políticos ven la penitenciaria de Witzwil, en el cantón de Berna, como una especie de "hotel de cinco estrellas".
Tiene piscina, cancha de tenis y se ofrecen terapias, aunque trabajar allí también es obligatorio. Su director está convencido que esa es la única forma de preparar al detenido para una vida lejos del crimen. Swissinfo visitó esta cárcel.

De lejos resulta difícil identificar la cárcel, escondida entre un bello paisaje campestre. Por ningún lugar se observan las típicas torres de vigilancia con guardias armados de las prisiones típicas.

Esta prisión está rodeada de árboles, sembrados y algunos predios, por lo que parece más bien un alberge juvenil en el campo, aunque Berna está a media hora de distancia en auto.

"Aquí cualquiera puede huir. Nadie está armado", responde el vicediretor de Witzwil, René Faietti a la pregunta de Swissinfo. El director, Hans-Rudolf Schwarz, asienta con la cabeza e invita al periodista a conocer la penitenciaría por dentro.

Creada en 1895, Witzwil es hoy un centro penitenciario moderno, con capacidad para albergar a 189 detenidos. Al contrario de las penitenciarias tradicionales, ésta funciona con régimen abierto, es decir, no dispone de los habituales sistemas de seguridad. Quienes cumplen sentencias, están durante el día en sus puestos de trabajo y sólo en la noche son encerrados en sus celdas.

"Aquí las tareas son obligatorias. En Witzwil los detenidos deben aprender a convertirse en mejores personas", analiza con orgullo Hans-Rudolf. ¿Y qué ocurre con los reos perezosos y conflictivos?. "En 22 años de experiencia, sólo he visto dos casos: un abogado de Berna, que juró no trabajar jamás para el gobierno cantonal, y un enfermo mental, que debía estar en otro lugar", responde con una ligera sonrisa en su rostro. Y señala para una construcción con dieciocho celdas y dos cubículos solitarios más, un espacio separado de los otros por una elevada cerca. Se trata de la prisión interna de Witzwil, indica.

"Los problemas de rechazo al trabajo o de disciplina se resuelven allí". Hans-Rudolf pone un ejemplo: si el detenido trafica con drogas en el interior de la penitenciaria, será detenido en régimen cerrado por un mínimo de tres meses. "Eso significa pasar casi el día entero en la celda y tener sólo una hora al día de paseo en el pabellón. Es cómo si estuviese en una cárcel tradicional".

Otras formas de castigo son las reducciones de las prestaciones. "Dejan de tener derecho de hacer llamadas telefónicas, recibir visitas, enviar o recibir cartas o se les prohíbe la televisión o el ordenador en sus celdas", enumera el director. Estas puniciones, resalta, generalmente provocan el efecto deseado, "sobre todo en las personas más sociables".

La mayoría de los reos de Witzwil cumplen condenas por delitos relacionados con el narcotráfico, sea tráfico o consumo. Sin embargo, existen también algunos asesinos, falsificadores y hasta criminales sexuales. Pero todos tienen en común que ya no son considerados como "peligrosos" para la sociedad. "Muchos ya pasaron por prisiones cerradas como Thorberg (también en el cantón de Berna) y ahora están aquí para cumplir el resto de sus penas", explica el director.

El promedio de tiempo de las condenas a cumplir en Witzwil es de seis meses, pero existen también penitenciarios que aún deben estar hasta 18 años bajo reclusión. Poco más de la mitad de los 189 detenidos son extranjeros.

Como en cualquier penitenciaria del mundo, en Witswil las actividades cotidianas están reglamentadas hasta en los mínimos detalles. Los detenidos despiertan a las 06:30 a.m. y una hora después tienen que estar en sus puestos de trabajo. A las 12:00 es hora del almuerzo. Las actividades se reanudan a las 13 horas y concluyen a las 17:30. Después comienza el programa suplementario. "Se trata de actividades extras como deporte, terapias y también educación; todas determinadas individualmente cuando el detenido es transferido para Witzwil", indica Hans-Rudolf. A las 21:30 todos son recluidos en sus celdas hasta el día siguiente.

El descanso es importante en este reclusorio, porque el trabajo es duro. En total, hay 40 tipos de funciones en diversas oficinas y puestos agrícolas. De hecho, Witzwil es considerada la mayor granja de Suiza. En sus 825 hectáreas de extensión, se crían 1.200 cerdos, 500 cabezas de ganado, de las cuales hay un centenar de vacas lecheras, que aseguran una producción de 550 toneladas de leche anuales. También son criados caballos, gallinas y aproximadamente treinta colonias de abejas. El área agrícola es de 150 hectáreas donde se producen 450 variedades agrícolas, sin contar las plantaciones de patatas y 5 hectáreas de árboles frutales.

La penitenciaria dispone también de una cocina y una panadería. Muchos de los productos son vendidos en la tienda externa abierta a la población, donde también trabajan los detenidos. "Este producto no contiene agrotóxicos*, me indica un presidiario de origen kurdo, quien prefiere no decir porqué está en Witzwil.

La penitenciaria dispone de talleres mecánicos que además de reparar la maquinaria propia ofrecen sus servicios a nivel externo para ocuparse de desperfectos en tractores y vehículos. Otros detenidos se ocupan de tareas de escritorio y de limpieza.

Tantas horas de trabajo cubiertas por los detenidos reducen los costos de la prisión. "Nuestras despensas anuales son de unos 20 millones de francos (unos 19 millones de dólares) y nosotros generamos 19 millones, o sea, tenemos un déficit de sólo un millón de francos", dice con orgullo Hans-Rudolf. Para él, un director moderno de penitenciaría debe poseer dos cualidades: "Ser un empresario y también amigo de los demás". Su comentario es completado por el vice-director: "Pero siempre con un pie atrás y mucha autoridad."

Toda la penitenciaria parece una gran empresa. El director conoce cada nombre de los reos. Uno de ellos es Springbrunn Rasmus. "Usted está estrechando la mano de un campeón mundial", revela orgulloso. "Es un verdadero cocinero cinco estrellas". Su cocina luce impecable. En el local se preparan 220 platos para los internos. Y, además, ofrecen banquetes a empresas y, ocasionalmente, la cocina sirve de centro de entrenamiento para cocineros internacionales.

Según un periodista del diario dominical 'Sonntag Blick', esta cárcel es un "oasis de placer". El director se irrita con ese comentario. "El autor entró en nuestra página internet y nunca estuvo aquí", protesta. Y sí, efectivamente, la prisión tiene una piscina, pero ésta fue construida en la década de los 80 y "hoy la mayor parte del tiempo es utilizada por los niños de las escuelas aledañas. Tres o seis reclusos también la usan, porque ellos trabajan tanto que en sus horas de pausa prefieren nadar".

Witzwil también cuenta con canchas de tenis, basquet y voleibol, un terreno de fútbol y una sala de aparatos para fortalecer los músculos. Esas ofertas forman parte de las terapias impartidas allí, dirigidas por personal especializado. "Lo que se busca es que los reos al salir de aquí no incidan en actos criminales. Un ejemplo, participar en un equipo de fútbol con todas sus obligaciones, les enseña a lidiar con problemas. La agresividad es discutida en el grupo".

También pueden participar en el entrenamiento para participar en caminatas de gran esfuerzo físico. El detalle interesante del programa es que los detenidos cargan a personas con deficiencias físicas en sillas especiales hechas en la propia penitenciaria en excursiones de varios días. "Así todos se unen para llegar juntos al mismo objetivo", narra orgulloso el vice-director y también entrenador de las caminatas.

Muchos detenidos también hacen cursos para aprender un oficio o profesión. "Son veintiséis las profesiones que ofrecemos. Y en todas ellas, el presidiario puede obtener un diploma en caso de cumplir con todo el programa", completa el director, cuya experiencia pedagógica es respaldada por cuatro años como director de la Escuela Suiza en Bogotá, Colombia, y varios años como instructor-oficial en una división del ejército suizo.

Con tantas prestaciones, la última pregunta es si algún presidiario intenta huir de una prisión que, en el contexto de muchos otros países, podría ser considerada de "cinco estrellas". "Sí, existen algunos que intentan escapar", admite Hans-Rudolf, y revela que el promedio de estos intentos se sitúa en 35 al año. "Pero el 95 por ciento de los prófugos son encontrados de nuevo". ¿Y qué ocurre con ellos? "Se les envía a un prisión cerrada".

(Publicado el 24.6.09 en Swissinfo).

ALGUNOS DATOS


Año de creación: 1894

Personas que actualmente cumplen penas de prisión en Witzwil: 189 (capacidad: 200)

52 por ciento de los reos son extranjeros.

Número de funcionarios: 137

La penitenciaria ofrece 40 puestos de trabajo en actividades de oficina y en las tareas agrícolas.

Com 825 hectáreas, Witzwil es la mayor propiedad agrícola da Suíza.

Costo anual operativo: 20 millones de francos suizos.

Facturación: 19 millones de francos suizos.

Déficit operativo: 1 millón de francos suizos.

Animales: 500 bovinos, 120 cabalos, 1.200 cerdos, 140 gallinas y 30 colmenas.

Número de tractores: 24.

La penitenciaría produce biogás y genera calor a través de la quema de restos de madera.

Witzwil vende sus productos agrícolas (flores, legumbres y frutas) en una tienda de venta al público.


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