Generales y doctores

Por Raúl Rivero Un país pobre en el que no se celebran elecciones desde el verano de 1948. Una nación con once millones de habitantes, el 20% en el exilio, 209 prisioneros políticos y más de 300 cárceles en su geografía mínima, es el que tiene más presidentes, líderes, caudillos, guías, intermediarios y consejeros. Hablo de Cuba: huracán y olvido. Esa isla y su población dispersa por el mundo entran al 2009 en una situación económica desastrosa y con una parálisis política y una represión que viajan en su sangre desde hace medio siglo. Sin embargo, en el territorio nacional viven, por lo menos, dos presidentes. Uno es Fidel Castro, quien desde su cama de convaleciente quita a un ministro y distribuye un racimo de plátanos. El otro, su hermano Raúl, que anuncia cambios y se pone una guayabera encima del uniforme de general. El tercero es Hugo Chávez, proclamado presidente de Cuba en dos discursos transidos de ternura de otro aspirante a presidente, el doctor Carlos Lage. El médico dijo que su país (todavía Fidel Castro no se había retirado a dirigir en chándal) era el más democrático del mundo porque a falta de uno, tenía dos jefes de gobierno. A su lado, Chávez canturreaba El Rey y se palpaba los bolsillos donde lleva siempre un ejemplar de la Constitución y la chequera con el dinero de los venezolanos. Hace pocos meses apareció otro líder. Bilingüe y alegre. Lula da Silva. Prometió que Brasil sería el mayor socio comercial de Cuba. Fue a la isla con una delegación del tamaño de Río de Janeiro y, en estos tiempos de cumbres y consensos, se ha nombrado a sí mismo traductor oficial de Barack Obama y de Raúl Castro. Falta Evo Morales, incapaz de organizar con éxito ni la boda de un primo, quiere ir -con el Gobierno boliviano en pleno- a celebrar con una pachanga los 50 años de dictadura en una sociedad que él no conoce. Hay otros dos jefes importantes: Rafael Correa y Daniel Ortega. Huéspedes de la casa de protocolo, las playas y las fincas privadas, con sus cuotas de glorificaciones asignadas y cumplidas. Existen escuelas diferentes con buena convivencia. Por control remoto ejercen su poder los camaradas Hu Jintao, Dmitri Medvédev y Vladimir Putin. Con menos fuerza, sin unanimidad, pero cerca de la mata, España y la Unión Europea. Y esta semana, la casta y asentada doctora Michelle Bachelet, manda a decir con su canciller que Cuba entra en el camino de la doctrina de la diversidad. Allá, el día 31, a las doce de la noche, se lanzan con rabia a la calle millones de cubos de agua para que se vaya todo lo malo. Ya se sabe lo que llevará este año ese río silencioso hacia la mar. (Publicado en El Mundo, España, el 22.12.08) Foto: maikellevy, Flickr