Lo que a continuación van a leer, me lo envió Jaime Almirall-Suárez, pinareño de pura cepa, hoy residente en Miami, y director durante años de uno de los más populares programas musicales, ESTO NO TIENE NOMBRE, trasmitido los domingos en la noche por Radio Progreso. Jaime lo supo de otro pinareño, el licenciado Jesús Marcos García Vázquez.
LA VERDADERA HISTORIA DE LA CANCIÓN "VEINTE AÑOS"
LA VERDADERA HISTORIA DE LA CANCIÓN "VEINTE AÑOS"
En la gran variedad de canciones antológicas cubanas, que le han dado fama y gloria a este país y han sido cantadas por los principales exponentes de la cancionística de habla hispana, se encuentra la canción «Veinte Años».
Esta bella canción se conoció por primera vez en 1934 a través de la voz inconfundible de María Teresa Vera, la Dama de la Trova Cubana. En Guanajay, su ciudad natal, residía Don Joaquín Nicolás de Aramburu y su familia. Aramburu era periodista y se destacó por poseer una brillante imaginación, que en su época lo llevó a convertirse en un verdadero comunicador social. Disfrutó de grandes influencias políticas y sociales que le abrieron las puertas al mundo financiero. Fue autor de folletos, crónicas y artículos de contenido social y moral.
Aramburu vivía en Guanajay rodeado de una aureola que sus conciudadanos habían levantado a su alrededor, por su conducta y honradez. Por su belleza e inteligencia, dentro de su familia se destacaba su hija Guillermina. La hermosa y culta Guillermina de Aramburu era una apasionada del mundo de la música, sobresaliendo en sus estudios de solfeo y piano, donde obtuvo un excelente dominio interpretativo. Sus inquietudes musicales solía compartirlas con su amiga y coterránea María Teresa Vera.
A fines de la primera década del siglo veinte, en la zona de Santa Mónica, Los Palacios, Pinar del Río, residía un joven llamado Armando Valdés, de elegante porte y carácter alegre. Armandito, como le decían, era un empedernido mujeriego y jugador. En un juego de naipes en la Playa Dayaniguas, perdió hasta la mula con su silla de montar, teniendo que emprender a pie el camino de regreso a su hogar. Su familia se irritó y le censuró sus faltas. Armandito, herido en su amor propio, abandonó Santa Mónica jurando no regresar al terruño hasta que no hubiera triunfado en la vida.
Su peregrinar lo llevó hasta el pueblo de Guanajay y allí realizó distintas faenas laborales. En su nueva estancia conoció a Guillermina de Aramburu y entre ellos nació un ardiente idilio. Don Aramburu, lejos de rechazarle por su condición humilde, lo acogió en su hogar y le prestó todo tipo de apoyo. Los jóvenes se casaron y procrearon cuatro hijos, tres varones y una hembra.
Armando Valdés triunfó en los distintos negocios que emprendió. Con la construcción de la Carretera Central se convirtió en contratista, enriqueciéndose aún más. Sus hijos estudiaron en Estados Unidos y con el decursar de los años, crearon una compañía importadora de maquinarias, que se denominó «Armando J. Valdés y Cia, Ingenieros Importadores».
Después de dos décadas de matrimonio con Guillermina de Aramburu, a Armando Valdés se le conoció una amante. Guillermina soportó en silencio la humillación. En la letra de una canción reflejó su dolor: "Fui la ilusión de tu vida un día lejano ya /Hoy represento el pasado, no me puedo conformar /Si las cosas que uno quiere se pudieran alcanzar /Tú me quisieras lo mismo que veinte años atrás /Con que tristeza miramos un amor que se nos va /Es un pedazo del alma que se arranca sin piedad".
Había nacido «Veinte años». Guillermina se la entregó a María Teresa Vera con una petición: que hasta después de su muerte, nunca dijera que ella era la autora. Siempre que le preguntaban a María Teresa sobre el origen de la canción, contestaba: "No es mía, es de una dama de la alta sociedad".
En este video, el Dueto Peninsular, de Monterrey, México, integrado por Ramón Ruiz y Lorenzo Fernández, a dos guitarras cantan Veinte Años. Hagan click aquí.
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