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viernes, 26 de octubre de 2007

EL DESENCANTO DE UN SOCIALISTA

Como muchos socialistas europeos, el parlamentario suizo Hans Widmer se desilusionó de Fidel Castro y su gobierno represivo.

Por Tania Quintero

Agosto de 2004. La cita es en uno de los cafés del KKL (Kultur und Kongresszentrum Luzern), moderna sede de congresos y eventos culturales de Lucerna.

Allí, durante cerca de dos horas, conversé con Hans Widmer, doctor en filosofía y profesor universitario.

El encuentro se realizó por iniciativa de la revista Kultur Magazine para un reportaje donde el profesor Widmer se referiría a Cuba y yo a Suiza. Pero en los fragmentos de esta conversación hasta ahora inédita, he preferido trasladar las opiniones de este político lucernense acerca de Cuba.

Widmer habla bien el español y lo primero que quiso saber fueron mis impresiones iniciales de Suiza. "Lo que más me ha impresionado es ver lo mucho que trabajan los suizos", le dije.

-Tu eres la primera persona que conozco que resalta eso. Muchos extanjeros piensan que nosotros estamos locos porque trabajamos demasiado. Mi primera esposa era española y me decía que los suizos tomábamos demasiado en serio el trabajo..

Sobre Cuba la opinión de Widmer es bien distinta:

-Mientras el régimen cubano no usó la violencia -al menos que se viera desde fuera- yo le admiraba. Ya en 1989 cuando aplicaron la pena de muerte por asuntos relacionados con las drogas me sentí impactado y defraudado. Vivía en España en esa época y por la prensa pude seguir todo el proceso contra Ochoa y los otros, y te digo que para mí, un socialista que siempre ha rechazado la violencia y la pena de muerte, esos fusilamientos y las largas condenas fueron inadmisibles.

El profesor Widmer proviene del catolicismo y para él, siempre una cuestión ha estado clara: VIOLENCIA NO. Bajo ningún concepto. Por ello cuando algunos dentro de la Teología de la Liberación "empezaron a coquetear con quienes empleaban métodos violentos, discrepé abiertamente y tuve problemas", aclara. Y añade:

-Me he desilusionado del socialismo. Soy muy escéptico con relación a Cuba y me pregunto, qué va a pasar cuando el tapón se destape? Porque hay mucho odio acumulado.

Para este parlamentario suizo de izquierda es terrible constatar que se reprima a las personas por el simple hecho de pensar distinto.

Socialista al fin y al cabo, mantiene una esperanza:

-Las ideas en la que millones en el mundo hemos creído deben ser cuidadas. Si no las salvamos, algunos valores se van a perder, como ocurrió en la RDA.

Si preocupación le produce a Hans Widmer el aislamiento de Cuba, angustia le provoca el hecho de constatar que Fidel Castro se haya separado de la economía mundial, "porque, como sostuvo Aristóteles, el ser humano solo puede vivir con cierto bienestar".

Acerca de si Cuba es un santuario y el Che un ícono, t anto el parlamentario suizo como yo coincidimos en que al Che lo han convertido en un mito que vende y deja dinero.

Widmer no es partidario de que los turistas viajen a la isla en busca de un santuario político y al respecto subraya:

-Lo que veo mal de Cuba -y también de Corea del Norte- es que cuando vives en un mundo donde otro paradigma ha ido ganando terreno y tu no te adaptas, te aislas. Y Cuba ahora está como perdida. Necesita políticos con visión de futuro, para que cuando Castro no esté dejen de lado esa ideología dogmática y esa retórica vacía.

Entonces, dónde está el punto medio? Según Widmer, "a Cuba le hace falta un socialismo pragmático. Quiérase o no, hay que entenderse con el mundo que nos rodea. La verdad absoluta no existe, las sociedades evolucionan y acorde a ello tenemos que ir cambiando nuestra forma de pensar, sin perder nunca el respeto hacia los individuos y hacia la naturaleza. Todo lo demás es flexible".

Hans Widmer tiene otros compromisos, pero antes de irse me da su opinión sobre el presidente cubano:

-A Fidel Castro le pasa lo mismo que a todos aquéllos que se quedan demasiado tiempo gobernando. Ya ha sido dicho: el poder corrompe. Por qué uno tiene que mantenerse tantos años al frente de un mismo gobierno? Al principio del triunfo de la revolución tenía sentido que Castro estuviera un tiempo en el poder, sirviendo a la sociedad cubana, pero ya después no. Él es un gobernante que no se ha adaptado al ritmo de la historia. Eso es lamentable. Y peligroso.

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