Google
 

lunes, 2 de julio de 2007

LADY DI, EL ÚLTIMO MITO
Por Tania Quintero

Cuando el 31 de diciembre de 1999 se hizo el recuento del año y del siglo, en la larga relación de personajes convertidos en mito, junto a Rodolfo Valentino, Carlos Gardel, James Dean, Elvis Presley, Marilyn Monroe, Eva Perón, John F. Kennedy y Jacqueline Onassis, entre otros, figura Diana Spencer, Princesa de Gales, trágicamente fallecida sin ver culminada la educación de sus dos hijos, William y Harry.



Pero en la mitomanía universal ninguno le debe tanto a los medios como Diana. De haber profesado la religión católica, podría aventurarse su beatificación por el Vaticano. Fue una de las mujeres más retratadas del mundo, de quien más se ha escrito y a quien más portadas se le ha dedicado. Su muerte prematura conmovió de un extremo a otro del planeta.

Gracias a los fotógrafos y en particular a los paparazzis, en el Tercer Milenio a la lista de héroes y heroínas agregamos el nombre de esta dama tan esbelta y cándida como solitaria e infeliz. Sin los medios, Diana no se hubiera convertido en lo que se convirtió.

En momentos en que famosos alzan sus voces contra el asedio y falta de privacidad -según ellos instigados por los dueños de grandes periódicos y revistas- habría que preguntarse dónde está el verdadero culpable: si en los editores por su afán de alcanzar millonarias tiradas, o en los lectores, necesitados de alimentar con fantasías sus traumáticas existencias. Tal parece como si los horarios de telenovelas no bastaran y la gente ansiara más y más historias amorosas, filantrópicas o dramáticas.

No importa en qué continente resida la persona, ni cuál sea su raza ni su posición social. En esa enajenación colectiva vivió y murió Diana. No todos, por el solo hecho de ser ricos y famosos tienen angel, carisma, para mantenerse durante más de quince años en el candelero público, como ella permaneció, casi sin rivales.

Cuando a mediados de julio del 1997 su imagen llorosa fue fotografiada junto al cantante Elton John, durante los funerales del modisto italiano Gianni Versace, nadie podía imaginar que el fin de la protagonista del cuento de hadas estaba tan cerca. Por el contrario, el futuro parecía llevarla de nuevo al sueño dorado de una vida familiar tranquila y estable. Lejos de las cámaras, libre para amar y concentrarse en la misión de preparar a sus hijos para vivir en una monarquía moderna, en un mundo digitalmente interligado y con el hombre a un paso de Marte. Apenas un mes después, en la madrugada del 31 de agosto, en un túnel debajo del río Sena, en París, nació el último mito del siglo veinte.



Fue Diana de Gales creación de los flashes de ávidos paparazzis? Verdad o mentira, lo cierto es que será extrañada. Además de joven y hermosa, se hizo querer y su rostro se volvió tan habitual que sin darnos cuenta la incorporamos a nuestro álbum familiar.

En su ausencia, no faltarán quienes se dediquen a escribir libros, realizar documentales y vender souvenirs. O seguir llenando páginas con su presencia. Igual que hasta la fecha han hecho con mitos que la precedieron, desde Maradona hasta el Che Guevara.



(Publicado el 13 de septiembre de 1999 en www.cubafreepress.org)

3 comentarios:

  1. A propósito de Marilyn, se editó recientemente un libro con fotos inéditas, tomadas poco antes de morir, censuradas por ser consideradas demasiado fuertes.

    ResponderEliminar
  2. Ernesto, gracias por lo de las fotos de Marilyn, las había visto en una revista de El País Semanal, pero a lo mejor no las conocían otros lectores del blog. La que encontré más polémica es la que le tiraron donde se ve la cicatriz de una operación que recientemente le habían hecho a la Monroe.
    Saludos, Tania Quintero

    ResponderEliminar
  3. Hola, Rodrigo, ya vi tu blog, muy adecuado para Brasil, donde hay tantas y tan buenas camisetas.
    En Cuba a las camisetas le llamamos pulóveres y no tienen la misma calidad de vuestras camisetas, cien por ciento de algodão.
    Uno de estos días en el blog voy a colgar BRASIL EN MI VIDA, larga crónica donde intento recoger una parte de mis vivencias con amigos brasileños que visitaron La Habana en los años 80. Y casualmente menciono las camisetas brasileiras.
    Eres carioca, paulista o mineiro?
    Saludos, Tania Quintero

    ResponderEliminar