Después que ustedes escuchen los treinta minutos de grabación que más abajo les ofrecemos, se darán cuenta por qué he hecho una excepción y por esta vez no he publicado una crónica de mi hijo o mía. Su padre me la envió, simplemente para que la oyera, pero nadie, y menos si se es abuela, puede permanecer indiferente después de descubrir semejante tesoro.
En junio de 2000 se cumplió el centenario del nacimiento de Antoine de Saint-Exupéry. Y en La Habana, una pequeña próxima a cumplir 10 años, le envió a su padre, residente en los Estados Unidos, el ejemplar de El Principito que él no se pudo llevar. En la primera hoja escribió:
"Pipo, pido permiso al autor de este libro para dedicártelo a ti que eres mi mejor amigo, mi zorra y mi flor. Recíbelo con todo el amor de la estrella más azul del firmamento. Helena, 18 de junio de 2000".
Antes de escuchar la grabación, quisiera que los lectores del blog leyeran e hicieran suyos -como en su día hicieron y siguen haciendo los padres de nuestra protagonista- estos pensamientos de aquel aviador francés que un día de 1944 desapareció para reencarnar en millones de niños de todo el mundo. Como Helena, la Principita cubana.
Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos.
Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor.
El amor es lo único que crece cuando se reparte.
Uno es para siempre responsable de lo que domestica.
Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua.
Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cuál es la estrella que lo guía.
Recuerdos de mi memoria Parte 1
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Recuerdos de mi memoria Parte 2
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Gracias Tania por esta oferta bella y llena de amor. Los números musicales son de primera, la niña un encanto, y el padre un ejemplo de la ternura que todo niño merece y añora.
ResponderEliminar¡Saludos!
Tania, valió la pena entrar, muchas gracias. La voz es magnífica, la niña, toda la idea y la realización son excelentes.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Tania, valió la pena entrar, muchas gracias. La voz es magnífica, la niña, toda la idea y la realización son excelentes.
ResponderEliminarMuchas gracias.
En los blogs cubanos debía abundar más este tipo de materiales, donde la calidad se combina con el candor. La gran mayoría de los blogs cubanos están muy politizados y algunos se han convertido en tribunas para descargar odios y crispaciones. Algo que me preocupa, pensando en la Cuba futura. Si no nos suavizamos y humanizamos, va a ser muy difícil que el día mañana imperen el raciocionio y la tolerancia.
ResponderEliminarEste post maravilloso me lleva sin remedio a los apartados que tengo en mimemoria para los días magníficos que pasé trabajando en la radio cubana.
ResponderEliminarTenía 18 años y quedé fascinada con el talento que encontré en los estudios de Radio Ciudad de la Habana primero.
Corrían los tiempos de Camilo Egaña en el canal 51 creo en Miami, Joel Valdés, Federico Wilkings que ahora está en Televisa, Xavier Rodríguez, también en México, hijo de Mario Rodríguez Alemán, Ramón, Bergantiño y otros tantos que me inculcaron para siempre el amor al sonido como lenguaje artístico.
En esa época el talento corría por las escaleras de esa emisora que estaba monitoreada por el PCC las 24 horas del día y que hacía al menos una llamada diaria para protestar por el doble sentido de presencia constante en los guiones de casi todos los programas.
Un reconocimiento se merece la directora Edelsa Palacios que llevó a cabo una cruzada para defender a sus artistas y fue la única época en que Radio Ciudad de La Habana no estuvo tomada por la mediocridad, como lo está ahora.
Después me sumé a Radio Enciclopedia, totalmente diferente y en la que el promedio de edad de los trabajadores rondaba los 70 años y yo que tenía 19 aquello fue un auténtico choque de generaciones sobre todo con cierta locutora pero que sin embargo aprendí mucho de ella y de otras, casi todas buenísimas y que no recuerdo sus nombres. Luego la misma Directora ahora en la emisora instrumental nutrió de juventud el equipo técnico y compaginamos bien después de todo.
Enciclopedia fue para mí la escuela de dirección de Radio. Conocí y aprendí de veteranos como Aleida Quesada, Gustavo Becker, Teresa que no recuerdo su apellido pero sobre todo me nutrí del talento de Lázaro Sarmientos cuyos guiones y realizaciones eran clases magistrales.
Recuerdo con nostalgia y satisfacción aquellos años en los que trabajé, literalmente por amor al arte, pero no me arrepiento, volvería a hacerlo todo con los ojos cerrados.
Gracias Tania por presentarme a Jaime y Gracias a él por tocarme con el halo de ternura y calidad que tiene este trabajo. Ha sido un privilegio este recuerdo suyo que ha refrescado también mi memoria.
Un beso a todos, mucha suerte y mucha mas magia...