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sábado, 19 de mayo de 2007

DE LA HABANA Y LOS HABANEROS Por Iván García

El madrileño piensa que después de Madrid, el cielo. El parisino vive orgulloso de lo que dijo Enrique IV: París bien vale una misa. Los londinenses de su niebla, el five o’clock tea y el mito de la princesa Diana. A pesar de la grandeza que los ahoga, Estados Unidos no tiene una capital adecuada. Washington, con sus parques y monumentos no les cuadra. Les sobra, sin embargo, urbes como Nueva York, Los Angeles, Chicago. Brasil tiene una capital trasplantada, Brasilia, diseñada por el arquitecto Oscar Niemeyer, pero sin el alma y el sabor de Sao Paulo y Río de Janeiro.
Todo capitalino cree que su ciudad es la mejor del mundo. Un sano orgullo. Al habanero le sucede igual: nos quejamos de ella, pero la adoramos. Dos millones conviven diariamente en una capital subdesarrollada con una infraestructura de cuarto mundo. Otro millón alrededor del mundo vive con la nostalgia (ese ladrón silencioso que roba fuerzas) por su ciudad perdida.
Fuente de información
En sus arrabales, Jesús María, Belén, La Victoria, San Leopoldo, Colón y Cayo Hueso, nacieron las jineteras y el buscavidas, el bisne y el invento. Sus arterias principales, Monte, 10 de Octubre, la Calzada del Cerro y la de Jesús del Monte, parecen pertenecer a ciudades sitiadas. El deterioro es evidente. La ciudad se despedaza. Lo que se repara o construye es para el bienestar de turistas y forasteros.
Uno de los logros del gobierno de Fidel Castro ha sido el de generalizar la miseria. El habanero carga con ella diariamente, sin sonrojarse. Pese a sus ruinas, es una ciudad altamente sociable. Las crónicas de su quehacer cotidiano no se narran en Granma, periódico que más que informar, desinforma.

Donde en realidad los habaneros se enteran de las noticias es en las colas o en ese sui géneris medio de transporte conocido como camello: un camión que remolca una plataforma de casi 20 metros convertida en metrobus, capaz en un solo viaje de apiñar a cuatrocientas personas.
El camello es otra fuente de información de los habaneros: en él coinciden obreros, doctores, intelectuales, deportistas, militares, periodistas (oficiales e independientes), carteristas y aberrados sexuales, cuya misión es recostar sus penes a voluminosos glúteos.
En la fila para subir a los camellos, o en su interior, durante sus largos recorridos, es donde uno se entera en detalle de noticias: el funeral de la princesa Diana, la muerte de la Madre Teresa de Calcuta, la victoria del Real Madrid, el brillante desempeño del pelotero cubano Liván Hernández, el último robo o un hecho de sangre, como la joven de 18 años que apareció violada y degollada por una calle cercana al Hotel Meliá Cohiba, en el Vedado.

Tampoco falta "lo que dijo Radio Martí", centro de la mayoría de los rumores capitalisnos. La calle es también el principal medio de vida de los habaneros. Ellos no pueden darse el lujo de vivir recluidos en sus casas. Perecen. Tienen que salir al asfalto para sobrevivir. Es la única forma de conseguir alimentos y dólares. Y de enterarse de lo que realmente ocurre en la capital, en el país y en el mundo.
No pasa inadvertida
Como toda metrópolis, La Habana tiene sus hijos ilustres, muchos de los cuales no nacieron precisamente en la ciudad. Desde el brillante poeta y humanista que fue José Martí hasta el gibareño que mejor la ha descrito, Guillermo Cabrera Infante.

Guillermo Cabrera Infante
Orgullo de la ciudad son también Dulce María Loynaz, Virgilio Piñera, Lezama Lima, Alejo Carpentier. Hay famosos como Gabriel García Márquez que tienen en La Habana su segunda casa. Los habaneros también se regocijan de haberle dado cobijo a Ernest Hemingway.
Desde esta ciudad reportó en su época de periodista Winston Churchill; cantó Enrico Caruso; jugó beisbol el fenomenal Babe Ruth y el poeta español Federico García Lorca recorrió sus calles tratando de desentrañar misterios. El habanero recuerda asimismo a Benny Moré, el Trío Matamoros y Ernesto Lecuona, glorias de la música popular. Todavía en bares y clubes se escucha la voz de María Teresa Vera: "…con que tristeza miramos un amor que se nos va, es un pedazo del alma que se arranca sin piedad…" Y donde ya no hay vitrolas se oye a Celia Cruz, Gloria Estefan o Willy Chirino con su "ya viene llegando".
Y, por supuesto, al equipo insignia, Industriales, ocho veces campeón nacional y por donde ha pasado lo que más vale y brilla del beisbol: Armando Capiró, Agustín Marquetti, Pedro Medina, Javier Méndez, Orlando Duque Hernández, Lázaro Valle o el fabuloso Germãn Mesa. Todos habaneros y presentes en las acaloradas discusiones de las peñas beisboleras que cada día espontáneamente se suscitan en el Parque Central.
Pero el verdadero hobby de los capitalinos es ingeniárselas para conseguir dólares, la moneda que abre las puertas de artículos necesarios. Unos los consiguen jineteando, vendiendo habanos o alquilando sus casas; otros ofrecen drogas y sirven de intérprete lo mismo a un sueco que a un inglés. Muchos deciden convertirse en cicerón de turistas, a quienes les piden o insinúan dinero. Y no faltan los que prefieren arrebatar bolsos y cámaras fotográficas a los extranjeros. Para cazar billetes verdes, todo es posible en la otrora villa San Cristóbal de La Habana.
Paradoja
Fidel Castro luchó para hacernos libres y soberanos. Pero ahora somos más dependientes que nunca de la moneda de su enemigo público número uno. Según un estudio de la CEPAL, en 1996 Cuba ingresó 800 millones de dólares por concepto de remesas familiares, solamente de la Florida. Después del turismo, es la segunda entrada de divisas en el país.
Es un dinero constante y sonante que va a parar a las arcas gubernamentales. No hay que invertir, no hay que producir. Solamente basta con cartas y llamadas de socorro de familiares en la isla, para que fluya el dólar hacia Cuba. Donde único no existe el embargo es en las shoppings o tiendas recaudadoras de divisas.
Además de pensar, hablar y actuar con más rapidez que el resto de los cubanos, el habanero tiene una obsesión: el dólar, sinónimo de felicidad. Es el elegguá, el abre caminos que nos permite comprar televisores Sony, camisetas Nike y tenis Adidas.
Lo esencial no se ve
La Habana es de todos los habaneros. Y en todos está presente, se viva en Marianao o en Lavapiés, Hialeah o Caracas. Ni unos ni otros olvidan el Muro del Malecón, que difícilmente se caerá. Ni el Faro del Morro, siempre iluminando las noches.

Saben que todavía bajo las estrellas funciona el cabaret Tropicana. Y que a pesar de roturas y abandonos, aún es posible caminar por el Paseo del Prado, la calle Paseo, la Avenida de los Presidentes y la Quinta Avenida.
Sin tantas atracciones, pero con el mismo verdor se conserva el Parque Lenin, y por los alrededores del Coney Island aún viven viejos que recuerdan que por los cafetines de la Playa de Marianao tocaba Chano Pozo.
En La Rampa se puede entrar a bares y clubes donde cantaron Bola de Nieve, José Antonio Méndez, Elena Burke, Moraima Secada y La Lupe -en El Gato Tuerto, continuaba cantando César Portillo de la Luz.
Con más de medio siglo, el Estadio del Cerro es uno de los sitios más entrañables. Mucho más vieja, pero igualmente querida es la Catedral de La Habana, rodeada de plazas, museos y restaurantes. Rincones todos que archivan momentos que no pueden ser borrados de la memoria de ningún habanero.

(Publicado en Cubafreepress el 20 de octubre de 1997)

7 comentarios:

  1. Magia, como se ve que eres habanera: no sólo lo colgaste enseguida, sino que le pusiste varias fotos, todas muy bien seleccionadas. Hace dos semanas, cuando hablé con Iván, le dije que había encontrado ese trabajo y lo pensaba publicar, él me dijo que eso lo había escrito diez años atrás, pero le dije que el valor que le encontraba era ése: ha pasado una década y continúa teniendo vigencia. Gracias y buen fin de semana, Tania

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  2. Me alegra saber de ti....hace casi treita años que no nos vemos en inauguraciones y coctelesCipriano

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  3. Cipriano, gracias y saludos. Tengo conmigo dos recortes sobre la estancia habanera de Anaís Nin, aparecidos un domingo. Estoy en contacto con algunos familiares de esa fabulosa familia. Un abrazo cargado de aché, para ti y los que todavía me recuerden.

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  4. Tania
    supe de tu Blog por nuestro querido amigo Ariel. Me alegra mucho que tengas este blog donde se pueden hacer comentarios libres (por fin) sobre nuestra realidad, y demas, demas.
    Por cierto, este articulo de Ivan viene como anillo al dedo. Aca en Miami se ha estado mostrando "La Habana: el arte de hacer ruinas". Ha habido mucha reaccion positiva al documental. Pues se trata precisamente de eso: la estrecha relacion entre el entorno de una ciudad y sus habitantes. La despreocupacion de quienes gobiernan nuestra isla es la prueba fehaciente. Es una ciudad que se cae a pedazos, y cada pedazo que cae lleva las huellas de tantos que dia a dia sobreviven el naufragio cubano.
    Tu vecino balcon con balcon en la vieja Carmen.

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  5. Vecino balconero:
    Cuánto me alegro saber de ti, si mal no recuerdo, por última vez nos vimos en 2002, después creo volviste de nuevo a esa Habana que sigue de pie, a pesar de que no aguanta más.
    A cada rato mi hija y yo recordamos los paliques que tu e Iván daban hasta altas horas de la madrugada. En medio de aquel silencio, todo el vecindarios durmiendo y ustedes reconstruyendo el mundo.
    Cuando Iván se enteró del blog se puso contento, lo que no le ha gustado mucho es que estoy poniendo trabajos viejos de él. Lo último que él escribió, en septiembre de 2005, se puede leer en el blog y se titula Un monumento al periodismo independiente. .
    Iván dice que diez años atrás no dominaba tanto el oficio de escribir, que fue perfeccionando gracias a las muchas horas de conversación con Raúl Rivero; a decenas de libros sobre periodismo que en esa época se leyó y a la oportunidad que tuvimos de leer Newsweek en Español, cuyos reportajes y estilos eran los que más nos gustaban.
    También dice que, para mal o para bien, han pasado muchas cosas, en la capital y en el país. En una década, imagínate, los que tenían 7 años y andaban todavía con pañoleta, ahora si no están estudiando, están bailando casino, hip hop o reguetón, van al Latino y pensando en la mejor manera para poder irse echando.
    Pero le respondí que mientras no pueda contar con colaboraciones recientes, trato de seleccionar aquellos trabajos que mantengan actualidad, como este mismo sobre La Habana, escrito en 1997.
    De 1995 a 2003 entre los dos escribimos cerca de 3 mil trabajos y una de las cosas que quiero es ir recuperando y colgando aquéllos más intemporales.
    Ya tengo pasado un word uno que Iván escribió sobre "Pedrito Calvo", te acuerdas? Aquel excombatiente de Angola que regresó quemado y andaba por los alrededores del Paradero de la Víbora, lugar de concentración de buena parte de mendigos, borrachos y desquiciados de todo el municipio. Por ahí había una foto de Iván con él y Elier, sentados en un portal al lado del Copelita.
    Además de un video de Porno para Ricardo, en La Habana estaba circulando, underground, el documental Arte Nuevo de Hacer Ruinas, lo vi en noviembre pasado en Zürich, en casa de un periodista suizo amigo de los realizadores alemanes.
    Iván lo vio y al igual que yo piensa que le hubiera venido bien unos tijeretazos. Con una edición más ágil, hubiera quedado mejor. Pero no se le puede pedir peras al olmo: además de un poco largo (para mi gusto) tiene el ritmo lento de casi todos los materiales fílmicos alemanes y europeos.
    Lo digo, porque se lo dije a Florian, uno de los realizadores, también le dije que no me gustó el final y que la música podían haberla explotado más. Así y todo, es un excelente documental.
    Espero que sigamos en contacto. Un abrazo, Tania

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  6. Pues si, eran aquellas largas noches tratando de reconstruir el mundo, y tambien tratando de entender aquel relajo en el cual mientras uno crecia mas y aprendia algo mas, menos entendia.
    Pedrito era el mulato enloquecido que pululaba por el barrio. que no era el unico; el nuestro era un barrio prolifico en locos. O ni siquera el barrio, pero mas bien esa calle 10 De Octubre. realmente los locos no solon andaban en nuestro pedacito de 10 de Octubre, pero ademas seguian calzada arriba y abajo en su peregrinar. Habian personajes de historia, como la vieja mulata que gritaban algo de "Yunai' Fruit Company" y se ofendia si gritaban "Viva Fidel", estaban ademas "Potaje", "Agua", "Tio Pichon" y otros tantos personajes. En mi ultimo viaje vi un loco que me impresiono mas que cualquier otro. Este tiene un tipo cristico, pelo largo, sucio, barba, ropaje en arapos. El tipo camina todo 10 De Octubre arriba y abajo varias veces al dia. Creo que va desde Mantilla al Malecon o algo asi. Pero lo mejor es que camina por el medio de la avenida. Ya nada le importa, y es todo un expectaculo ver el loco por el medio de la avenida mientras los camellos y almendrones enloquecidos lo evitan; tal vez, nadie quiera meterse el "karma" de matar a tal loco que parece un enviado del cielo, un hijo divino, o tal vez un avatar afrocubano disfrazado de loco.

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  7. SONETO A CUBA

    ISLA QUE ES POR BELLEZA ASEGURADA,

    LA ESPAÑA PEQUEÑA QUE POR LEJOS CONSUELA,

    Y AQUEL COLON CON PERDON DE CONDUELA,

    ALGO DE IZQUIERDA Y REBELDIA ALZADA.




    CUBA SIEMPRE EN DOS COLORES LAZADA

    EN MEDIO DE OCEANO, BOCA Y MUELA,

    NORTE Y SUR, COMO DISTINTA MOZUELA,

    PAIS DE TIERRA RICA Y DE ESPERA CALMADA.


    CUBA, CUNA NOBLE DE IDEAS EN BALANZA,
    DE UNOS Y DE OTROS, DE JUANES Y BAUTISTAS,

    DE CHES Y FIDELES HEROES CRONISTAS.

    HISTORIAS, TREINTA Y CINCUENTA QUE ALCANZA


    LOS OCHENTA DE AÑOS YA BIOGRAFICOS,

    Y EN LA HABANA CALLEJONES MITICOS.




    ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA LINDEN

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