Google
 

lunes, 7 de julio de 2025

Negros, mulatos y viejos comunistas

Desde 2017, entre mis carpetas de Gmail tengo este link, de la entrevista que le hicieron a Teresa de Jesús Menéndez Cervera, hija menor de Jesús Menéndez, que en esa foto es cargada por Carlos de Jesús, hoy disidente y con quien tuve el placer de conversar en La Habana. Nardo, el que está de pie, creo era el mayor de los cuatro, la que está llorando es Zoila Adela.

Esa foto fue hecha después que su padre fuera asesinado el 22 de enero de 1948 en Manzanillo y su esposa, Teresa Cervera, se enfermara de los nervios y se suicidara, suceso que conmovió a la sociedad civil de la época. Si en Cuba hubo un líder respetado y querido ése fue Jesús Menéndez. Su entierro en el Cementerio de Colón fue multitudinario, asístí con mi madre.

La familia de Blas Roca y mi tía Dulce Antúnez estuvo muy unida a la de Jesús Menéndez. A diferencia de los Menéndez, orgullosos de su negritud (incuyo a César Menéndez, hijo de Carlos Jesús y nieto del 'general de las cañas' que hoy vive en Miami y es periodista de Diario Las Américas), los Roca-Antúnez, eran todos mestizos, unos más claros, otros más oscuros.

Se puede apreciar debajo, en la foto del último cumpleaños al Viejo Paco, como le decíamos a Francisco Antúnez, el padre de Blas, que debe haber sido en 1967, pues entonces mi hija Tamila, la negrita del grupo, tenía 3 años. Las únicas tres personas de la raza blanca son Miriam, la segunda mujer de mi primo Francisco Roca Antúnez (Paquito), con Alejandro cargado y embarazada de Vivian. Después de haber dado a luz, cuando la niña tenía días de nacida, Miriam moriría electrocutada mientras estaba baldeando la sala y con las manos mojadas fue a desconectar una lámpara de pie. Al fondo con rolos, la rusa Viva, primera esposa de mi primo Pepe (Vladimiro Roca Antúnez). El señor de la derecha, también ruso, era el padre de Viva. Mulatería de Manzanillo, Sancti Spiritus y La Habana.

De los viejos comunistas con los cuales trabajé, el que 'atrasó la raza' fue el mulato Rafael Ávila, líder sindical del sector del transporte, que se casó con Dulce María Artigas, negra risueña y alegre con la que tuve el placer de trabajar en el Movimiento por la Paz. Rafael fue funcionario en la Federación Sindical Mundial (FSM), en Praga, en la antigua Checoslavaquia. En el tiempo que vivieron y trabajaron en la FSM aprendieron el checo, idioma que a Dulce le permitió ser funcionaria en la oficina que la línea aérea CSA, tenía en La Rampa.

No conocí a la esposa de Salvador García Agüero, no he encontrado su foto en internet, intuyo que era de su misma raza, negra, tal vez mulata. Elegante, caballeroso, a Salvador le gustaba caminar por las barriadas habaneras. Se detenía a comprar la prensa, tomar un café, comer una fritura de bacalao y conversar con las personas en la calle, lo reconocieran o no. Nunca le vi con escoltas. Salvador, ahora olvidado, fue uno de los mejores oradores que se han escuchado en el hemiciclo del Capitolio Nacional, en particular los 7 de diciembre: memorables sus panegíricos en honor de Antonio Maceo.

Maestro, intelectual, con don de gentes, así era Salvador García Agüero, no esos castristas incultos, mediocres, vulgares, cada vez más barrigones, ineptos y zarrapastrosos, que llevan 66 años destruyendo el país. Ni hablar ni escribir saben, a pesar de sus 'títulos universitarios'. Blas Roca no hizo estudios superiores, era autodidacta, y fue uno de los redactores de la Constitución de 1940, también de la de 1976. Pero la Carta Magna más democrática que ha tenido la República de Cuba es la de 1940.

A Teresa, la primera esposa de Lázaro Peña tampoco la conocí. Debe haber sido negra o mulata, y no creo que haya vivido con él en su casa natal, en derrumbe parcial en La Habana, en Carmen entre Monte y Tenerife, Los Sitios, Centro Habana, a punto de derrumbarse en 2022. Afuera tenía una placa, reconocimiento que no tienen todos los inmuebles donde vivieron o trabajaron cubanos que debieran permanecer en la memoria de municipios y provincias.

A quien sí conocí fue a su segunda esposa, Aida Roche, mulata alta, hermosa, madre de Aila Peña Roche. También a la tercera y última, la compositora Zoila Castellanos, más conocida por su nombre artístico Tania Castellanos, mulata campechana que nació en Regla y debe haber sido devota de Yemayá. Solo tuvo un hijo, Lázarito Peña Castellanos. A los dos hijos de Lázaro los conocí cuando eran niños, se llevan muy bien y suelen asistir juntos a los homenajes que esa desvergüenza llamada CTC le hace al 'capitán de la clase obrera'. En esta foto pueden ver a Aila y Lazarito.

De agosto de 1959 a febrero de 1961 trabajé como mecanógrafa en el Comité Nacional del Partido Socialista Popular y muchas veces mi máquina de escribir la tenía en la oficina que Lázaro y Zoila compartían con Rafael Ávila y Carlos Fernández R. Y ellos, como el resto de la plana mayor (Blas Roca, Juan Marinello, Carlos Rafael Rodríguez, Aníbal Escalante, Flavio Bravo, Joaquín Ordoqui, Severo Aguirre, Secundino Guerra, Antero Regalado, Manuel Luzardo, Ramón Calcines y Salvador García Agüero, entre otros), no eran personajes grandilocuentes, eran políticos de verdad, de familias humildes o adineradas, pero ninguno como esos 'cuadros' que ahora pululan en una isla a punto de hundirse en el mar. Ellos y sus mujeres, al margen de su clase social y la tonalidad de su piel, tenían aché, como Zoila Castellanos, cúmbila de mi padre.

El único caso que recuerdo de un mulato que se casó con una blanca es el del camagüeyano Nicolás Guillén, menos simpático que el otro poeta del PSP, el manzanillero Manuel Navarro Luna. Guillén se casó con Rosa Portillo (Veracruz, México 1901). Cada cual se enamora de quien quiera, el corazón, por suerte aún no ha podido ser controlado por ningún partido comunista y no creo que la IA lo pueda controlar. Pero es significativo que el que parecía el más anti-blanco de los viejos comunistas, el adalid de la poesía negra cubana hubiera preferido una blanca mexicana.

A nivel de militantes de base, un buen ejemplo es la familia habanera de los López Vega. El cabeza de familia, Armando López de la Cruz (1897-1940), mulato chino, tabacalero y militante del PSP desde su fundación, se casó con Rosa Vega (1893-1984), mulata china. Tuveron seis hijos, tres hembras y tres varones. En la foto, de uno de los últimos cumpleaños de Mama, como le decían sus hijos y nietos, aparecen, a la izquierda, Lucrecia (1922), que hoy tiene 102 años, es cuidada en una residencia de ancianos en Connecticut y se hizo conocida por esta foto. En el centro, Ana Rosa (Tita), nacida en 1917 y fallecida en Miami en 2012; Merceditas (1932) murió en 2018 en La Habana; Roberto (1928-2011), con espejuelos, también murió en Cuba, padre del cineasta Rigoberto López Pego, fallecido en La Habana en 2019. Filiberto (Machito - 1930), el más chino, toda su vida fue secretario de Carlos Rafael Rodríguez, murió en 1997.

En la foto falta Rodolfo (Minino - 1928), que murió en 2011 en Cuba. Lucrecia se casó con Rafael Pérez, jabao; Tita con Raúl Núñez, mulato oriental; Roberto, con Graciela Pego, una mulata linda; Machito, con Magdalena Cordero, blanca, hija de Romárico Cordero, histórico líder campesino, y Merceditas, la menor, 'atrasó la raza' al casarse con el negro Orlando Arronde, que murió en 2016 antes que Merceditas.

De los dirigentes blancos del PSP, después que se divorció de su primera mujer, de piel blanca, madre de sus hijas Niurka y Karelia, Aníbal Escalante se empató con Justina Álvarez, mulata manzanillera, que según las malas lenguas, en sus años mozos se había acostado con Blas Roca: el sexo formaba parte de la agenda de los viejos comunistas, con infidelidades y pegadera de tarros.

En la tercera edad y con el visto bueno de Raúl Castro, Justina consiguió que después de medio siglo de matrimonio, Blas Roca se divorciara de mi tía Dulce Antúnez y se casara con ella; Blas estaba ya muy enfermo. La Álvarez se quedó de 'viuda oficial'. Chismes aparte, las dos mujeres que públicamente se le conocieron a Blas, Dulce y Justina, eran mestizas como él. De las dos, me quedo con Dulce María Antúnez Aragón.

En espera de comentarios de los lectores, los dejo con La negra Tomasa, compuesta por el holguinero Guillermo Rodríguez Fiffe (1907-1995) e interpretada por Compay Segundo.

Tania Quintero

No hay comentarios:

Publicar un comentario