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lunes, 7 de diciembre de 2020

Recordando a Josefa Quintana



El 6 de octubre falleció en California una gran amiga mía y de mi familia, Josefa Quintana, tenía 91 años. Se fue rodeada de sus seres queridos: su hermana Carina, sus sobrinas Ofelia Oviedo y Thais Rains y los sobrinos-nietos Ofelita y William. En 1996, a través de Ofelia, entonces productora de Radio Martí, conocí a sus tías, las hermanas Quintana. Desde esa fecha nos consideramos parte de una misma familia.

Josefa Carolina Quintana León nació en La Habana Vieja y cursó la enseñanza primaria y secundaria en escuelas públicas. Ofelia, la madre de Josefa, siempre le insistió a sus hijas en la importancia de la educación, ya que era la única vía de superación. Es por eso que cuando a los 16 años comienza a trabajar como despalilladora en la fábrica de tabacos Por Larrañaga, al terminar su jornada laboral asiste a cursos nocturnos en el Instituto de La Habana, graduándose de bachiller en letras. También poseía el título otorgado por la Escuela de Trabajo Social cuyos estudios había terminado en noviembre de 1954. Entre otros lugares, trabajó en la Comisión Nacional de Asistencia Pública, la Aduana de La Habana y la Comisión Nacional de la Vivienda.

Con la intención de convertirse en abogada, matricula la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana, pero por la llegada al poder de Fidel Castro en 1959 solo pudo terminar el segundo año. Posteriormente asiste a la Escuela de Periodismo Manuel Márquez Sterling, que logra terminar, pero con la mala suerte de coincidir con las 'depuraciones' llevadas a cabo por el gobierno fidelista. Al no ser considerada "revolucionaria" fue detenida y enviada a la cárcel de mujeres que había en Mantilla, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo.

El 4 de diciembre de 1959, Josefa salió de Cuba rumbo a México, donde vivió tres años. En la capital azteca laboró en una agencia de publicidad y asistió a la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de México, obteniendo el diploma final. Se traslada a Estados Unidos y en 1976 hizo un master en Social Work, en la Fordham University de Nueva York. Durante los disturbios de los hippies que conmovieron las bases sociales en Estados Unidos, trabajó con la destacada afroamericana y psicóloga social Mamie Clark (1917-1983) en la Clínica de Higiene Mental de Harlem. En Nueva Jersey donde residió por muchos años, trabajando en el Jersey City Medical Center y en el Elizabeth General Medical Center.

Josefa Quintana nunca estuvo ajena a la falta de libertad en Cuba ni a la situación de los cubanos de la isla. En la ciudad de Elizabeth, Nueva Jersey, ayudó a la fundación y consolidación de la Asociación Pro Cuba, junto a Orestes Ferrer, la doctora Doris Morales y el doctor Fidel Aguirre, entre otros compatriotas. Al mismo tiempo, era colaboradora de periódicos locales, especialmente La Tribuna, primer periódico hispano que hubo en ese estado y fue miembro fundador de la delegación de Nueva Jersey del Colegio Nacional de Periodistas de Cuba en el Exilio.

Cuando se retiró, se mudó a Miami, donde continuó con la intensa actividad política, social y profesional que tuvo a lo largo de su fructífera vida. En Miami perteneció al Cuban Women Club, la Asociación Cubana de Mujeres Universitarias, Mujeres Luchadoras por la Democracia, el Círculo Nacional de Periodistas de Cuba en el Exilio y que a partir del surgimiento de la prensa independiente en Cuba, a mediados de la década de 1990, reconoció la labor que desde la Isla realizaban periodistas independientes. Mi hijo Iván García y yo nos encontramos entre los galardonados por el Círculo Nacional de Periodistas de Cuba en el Exilio.

Cuando lleguen los cambios profundos que Cuba necesita, cuando en la patria de todos los cubanos haya democracia y libertad de prensa, expresión y reunión, en algún lugar de La Habana habrá que colocar una placa que recuerde a Josefa Carolina Quintana León.

Descansa en paz, querida Fefita!

Tania Quintero


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