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lunes, 8 de julio de 2024

Cubana recuerda su trabajo en la Base Naval de Guantánamo


En este post de 2009 desaparecieron las fotos, también las que puse cuando lo redacté: es que eran de los archivos de Life, que durante un tiempo los hizo públicos. Aún sin las imágenes, los pies de fotos dan una idea de cómo era la vida en la Base hasta tres años después de la llegada de los barbudos:

Después del 11 de septiembre de 2001, la Base Naval de Guantánamo pasó a ser identificada como una cárcel ilegal para supuestos terroristas. En los archivos fotográficos de la revista LIFE hemos encontrado imágenes muy distintas, hechas en los años 60. (TQ)

Empleados cubanos que se trasladaban a la Base por mar, aguardan en fila para mostrar sus identificaciones. Foto: Hank Walker.

Otros lo hacían por tierra, en sus autos. Foto: Dmitri Kessel.

Pero todos, después de identificarse, eran cacheados. Foto: Hank Walker.

Dos cubanos reacomodan cajas de Coca-Cola, el refresco más consumido en la Base. Foto: Hank Walker.

Personal cubano de la Base, esperando para cobrar. Foto: Hank Walker.

La atención médica era gratuita para los nacionales. En la foto tomada por Hank Walker en febrero de 1960, el médico naval Dr. Lieut Roger revisa los pies de un trabajador cubano.

Enero de 1961. Trabajadores cubanos ponen una cerca dentro de la Base. Foto: Dmitri Kessel.

Octubre de 1962: así era la entrada del puesto de control del personal cubano que laboraba en la Base. Foto: Robert W. Kelley.

Trabajadores cubanos saliendo de la Base, en 1962. Foto: Robert W. Kelley.

En esta foto de Dmitri Kessel, de 1961, se aprecia a la izquierda el territorio cubano, y a la derecha, el estadounidense.

Leyendo lo que en 2014 publicó BBC Mundo, descubro que el Rodi Rodríguez mencionado en el fragmento a continuación es el padre de Arleen Rodríguez Derivet, periodista guantanamera 'super comunista':

Miles de cubanos y antillanos británicos fueron empleados en la Base, pero EEUU dejó de contratar a cubanos cuando Cuba empezó su etapa revolucionaria en 1959. Muchos de quienes estaban empleados en ese momento se quedaron y fueron recompensados con sustanciales pensiones estadounidenses. "Voy a la puerta y recojo el dinero para el resto (de los pensionistas) y lo traigo a Guantánamo", explica Rodi Rodríguez en un inglés con acento antillano que adquirió tras casi cuatro décadas de trabajo junto a jamaiquinos. Él trabajaba como controlador del material de una tienda y todavía tiene certificados de mérito de la Base con el sello del Departamento de Defensa de Estados Unidos. "No tuve ningún problema", dice de sus jefes estadounidenses, y describe la entrega de fajos de dólares a un puñado de pensionistas y viudas de los trabajadores cada mes.

En marzo de 2024, Arleen recibió el Premio Nacional de Periodismo. En esta entrevista, reconoce que fue una niña muy feliz y que su padre trabajó en la Base Naval de Guantánamo:

¿Cuánto te marcó ser la hija de un cubano que trabajó en la Base Naval de Guantánamo hasta su jubilación?

—Pesó demasiado. Los trabajadores de la Base vivían entre dos mundos opuestos. Entre signos de interrogación. Del lado de los ocupantes, se les veía como posibles agentes de la Seguridad. Y del lado nuestro, se les consideraba pronorteamericanos, con el consiguiente rechazo que esa percepción genera.

Tania Quintero

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