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lunes, 16 de mayo de 2022

Recordando a Raúl Rivero (III)




De Cubafreepress rescatamos Sin pan y sin palabras, crónica de Raúl Rivero escrita en agosto de 1999.

En una celda del hospital militar Carlos J. Finlay de La Habana, en ayuno, enferma y negada a hablar, está pasando este verano Martha Beatriz Roque Cabello.

Con su silencio que ya dura tres semanas, como su abstinencia de alimentos sólidos, ella reclama los beneficios que le pertenecen y establece el Código penal cubano.

Quiere que se le haga la liquidación de los dos años que lleva en prisión porque su condena a tres años y medio está pendiente, y de hacerse firme ya podría otorgársele la libertad provisional.

Martha solo se comunica mediante pequeñas notas que escribe en letra rápida, nerviosa, porque se ha declarado en "silencio por la ironía".

Está enferma de úlcera estomacal, se deteriora por día, baja de peso y se ve depauperada, dicen los familiares que la visitan bajo la estricta vigilancia de un instructor.

Sin embargo, está de buen ánimo y escribe en esos papeles diminutos: "Voy a continuar hasta el final".

¿Cuál es el delito de esta mujer que vive -en un escenario cerrado, oscuro y agónico- los tormentos del hambre y el dolor y la soledad, con el silencio ahora añadido?

¿Será una terrorista empedernida, experta en mecanismos minuciosos que prepara trampas para un ser humano, como si se tratara de un cordero pascual?

¿O la taimada falsificadora que preparó la estafa en una empresa de la clase obrera? ¿Será la autora de un crimen pasional, con deslizamientos y alevosía, escalamiento y nocturnidad?

Preguntarlo hiere, como hieren los olvidos preparados. Es una economista que -junto a otros tres cubanos- examinó, estudió y reflexionó sobre la sociedad en que vive y luego escribió y publicó el resultado de ese análisis en un documento que titularon La Patria es de Todos y fue redactado en junio de 1997.

Ahí está Martha, sola con el murmullo de su bolígrafo barato sobre el papel, contenida, Pero en disposición de usar los instrumentos que toma de las circunstancias, del entorno en que la tienen.

El texto que ayudó a redactar sí está libre y anda por Cuba y por el mundo, y se mueve en y hacia los cuatro puntos cardinales, porque las ideas no necesitan leyes, no creen en puntos fronterizos ni en cadenas. Y entran y salen y se posesionan (o no) de palacios y calabozos.

Martha Beatriz Roque Cabello cerró la región del sonido provisionalmente. Solo deja que las palabras escritas le lleven al mundo exterior el mensaje de una mujer lúcida y paciente que este verano está enferma y silenciosa en la celda de un hospital militar.

Raúl Rivero

Cubafreepress, 11 de agosto de 1999.

Foto: Martha Beatriz Roque Cabello en 1999. Tomada de Wikipedia.

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