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lunes, 26 de julio de 2021

De la vida de Juan José Portillo (IV y final)



Mi recuperación fue lenta, pero mi ilusión fue creciendo día a día. Hice en todos estos años otra casita en Puerto Lápice para mi retiro dominguero. La carpintería la tuve que dejar, salvo algunas cosillas que hacía como favor al cliente. Con el negocio de la ferretería y los muebles, iba juntando en una hucha todo el dinero que llegaba a mis manos muy bien ganado por mi hija mayor y mi mujer, que prácticamente llevan el negocio ya que por aquel entonces yo me quedé en segundo plano.

Al sentirme con más ánimo y verme un poco mejor por ir recuperando parte de la salud que tanto deseaba, lo primero que hice fue y lo sigo haciendo hasta el día de hoy, darle gracias a Dios por tener a mis cuatro hijos a mi lado, apoyándome para emprender nuevos planes. Siempre han apoyado mis decisiones, con el debido sacrificio que todo esto requiere, para poco a poco ir delegando en ellos los trabajos más fuertes, y un servidor dedicarme a suplir y hacer trabajos más inferiores, puesto que los años aunque no se quiera, te echan freno en la vida, no pasan en balde para nadie y van pasando factura o dejando aberturas, difíciles de restaurar, cosas que debemos cuidar por la cuenta que nos tiene a todos, si es que de verdad queremos llegar a ser mayores.

Con los hijos casados, en estos años he tratado de ver las cosas de distinta manera, cuidando y manteniendo todo lo emprendido y siempre capeando los temporales que van surgiendo, tan difíciles de entender, ya que las cosas no siempre salen como uno quiere o piensa. La familia, que es lo más grande y sagrado de nuestra sociedad, no tiene la estabilidad que muchos de los mayores deseamos. Poco a poco, se va resquebrajando parte de lo que más queremos y tenemos, teniendo que aceptar las cosas con humilde paciencia y resignación cristiana y humana, en la que todos estamos incluidos. Nadie estamos exentos de estas cosas que pueden surgir, pienso que lo más importante es tener espíritu de superación para seguir adelante y tratar siempre de hacer las cosas lo más rectas y mejor que podamos o que sepamos, aceptando siempre con agrado los designios de Dios y que la vida pone en nuestras manos.

En estos últimos cinco años, sigo tratando de estar siempre sumergido en algo, para darme ilusión a mí mismo, puesto que sin ilusión no se puede vivir. Tratando siempre de ser útil para los demás e intentar sentirme siempre joven aunque no lo sea. Últimamente he vuelto a la banda de música de nuestro pueblo, después de haber estado ausente varios años y a la que dedico parte de mi tiempo para recrearme y crear ilusión en el atardecer de mi vida. Otra cosa muy importante dentro de mis inmensas debilidades, es tratar siempre de ser más sociable y participativo en la Iglesia y en la religión que profeso desde pequeño, puesto que estoy bautizado y confirmado, para ser desde la humildad apóstol del Señor en todo lo que puedo.

Actualmente la mayor parte del tiempo la dedico a leer y escribir, cosa que tantísimo me llena e instruye para poder expresarme ante las personas que se crucen en mi camino con sincera humildad. Tengo que decir también que todo esto me ha servido para adquirir algún reconocimiento de quien por medio de mis anotaciones se haya podido enriquecer y valorar algunas de mis pequeñas cosas, ya que por parte del Ayuntamiento de Herencia me ha sido concedido el primer premio de narrativa, un tercero en poesía y a nivel provincial, un tercer premio de narrativa entre los mayores.

Actualmente tengo ocho nietos, los que me transmiten vida e ilusión y muchísimas ganas de vivir momentos a su lado para también sentirme niño junto a ellos. Y hasta hoy, es todo lo que os puedo contar a grandes rasgos sobre esta insignificante persona, que como veis, os cuenta su vida a todos los herencianos y a cuantos quieran conocer la historia de una sencilla vida como otras muchas que existen en el mundo. Escribir anima y reconforta a quien quiere reflejar en las líneas de un pequeño libro, que se sienta protagonista del mismo. Os invito a escribir en vuestra vida, de ella y de todo, cuanto poseáis que pueda beneficiar a los demás, unas veces riendo y otras con lágrimas sobre la tinta.

Recuerdo con nostalgia mi infancia, cuando íbamos al colegio en el mes de mayo. Hacíamos un homenaje especial a nuestra madre María, poniendo su imagen en un pequeño altar que se hacía grande con las margaritas y las flores que con tanta ilusión todos le llevábamos en tarritos o vasos de cristal con agua, para que se conservaran más tiempo frescas. Cada uno estábamos pendientes de la pequeña ofrenda que le habíamos hecho a nuestra madre. También recuerdo que todos juntos le cantábamos a coro, como pajarillos de primavera, cantares que se van dejando de recitar. ¿Qué nos impide hacer hoy, de mayores, lo mismo? El estrés, el trabajo, los negocios y las muchas innecesarias obligaciones que cada día nosotros mismos nos fabricamos. Yo os propondría a todos y a mí mismo, dos de las muchas formas de agradar a nuestra madre María:

Primero, un altar aunque sea pequeño en cada una de nuestras casas y ponerle las mejores esencias y flores que tengamos en el mes de mayo.

Segundo, hacer un altar simbólico en nuestras familias, quitando asperezas y buscando cada uno lo mejor para el otro, al mismo tiempo que nos sentiremos más felices, haremos a nuestra madre del cielo la mejor ofrenda.

Con este grato recuerdo vamos a intentarlo todos en el mes de mayo, y si nos fuese posible, los trescientos sesenta y cinco días del año, para que nuestro pueblo de Herencia haga honor a los marianos que decimos ser. Hagámonos niños para tener siempre presente estos gratos recuerdos.

Juan José Portillo

Fragmentos de su libro Vida, Camino y Luz (NeoDigital Imprenta, Herencia, 2017).

Video: Yolanda Portillo, la hija menor de Juan José, interpreta Toda una vida, bolero del compositor cubano Osvaldo Farrés (Cuba 1902-Estados Unidos 1985), durante un concierto en el Auditorio de Herencia en mayo de 2019. La foto de la Virgen María fue tomada de Primeros Cristianos (¿Por qué Mayo es el mes de la Virgen María? - Primeros Cristianos).

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