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lunes, 9 de diciembre de 2019

Cuba, el oficio de ser pobre



La pobreza no es un estado de ánimo ni una sutil corriente espiritual, que se instala de pronto como una enfermedad, en una familia o en un segmento de la sociedad. Ser pobre de una manera profesional y definitiva en Cuba, por ejemplo, es una experiencia dolorosa y permanente que, entre otras carencias, ausencias y necesidades, produce hambre y sed. Y lo que puede ser peor: apaga la esperanza y el porvenir.

La gente muy pobre no puede conseguir el pan para poner en la mesa, le faltan los alimentos básicos de una dieta natural humana, no tiene agua corriente en sus casas y vive sin conexión eléctrica. Como ya se ha dicho, esa dura realidad en una Isla con todos los caminos cerrados, deja a las personas con los sueños congelados y el alma presa de una inopia sin fronteras.

Lo que pasa es que la pobreza en aquel país no es un bloque único y generalizado que afecta por igual a todos los sectores. Hay variantes más agudas para unos o algo livianas y pasajeras para otros grupos.

Una verdad que nadie puede negar, ni ocultar es que el espectro de la escasez y la miseria se mueve como un fantasma empecinado por cada zona de la sociedad. Desde luego que donde único ese duende maldito no puede aparecer es en los recintos de lujo que se han hecho levantar en Cuba los compañeros de la Sierra Maestra y su seleccionada milicia de guatacas y sirvientes.

Un informe reciente del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, con sede en Madrid, hace una reseña sobre la actualidad cubana en la que asegura que el 55,4 por ciento de las familias ingresa menos de 100 dólares mensuales, con un salario mínimo equivalente a 16 dólares. Uno de cada cuatro hogares recibe entre 50 y 100 dólares al mes y cerca del 12 por ciento no llega siquiera a los 20 dólares.

El Observatorio radicado en España afirma que “más de la mitad de los hogares de Cuba viven por debajo del umbral de la pobreza” y añade que “se pone de manifiesto la incapacidad de la amplia mayoría de los ciudadanos cubanos para vivir de una forma digna y con acceso a suministros de agua o electricidad.”

Entre las muchas definiciones que he buscado para encontrar un buen retrato de la pobreza, creo que ha sido un leve apunte de la ONU donde hallé el mejor reflejo del escenario de Cuba: “La condición caracterizada por una privación severa de necesidades humanas básicas, incluyendo alimentos, agua potable, instalaciones sanitarias, salud, vivienda, educación e información.”

Raúl Rivero
Blog de la FNCA, de donde se tomó la foto.
Leer también: Ruinas y El problema es la gente.

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