Google
 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

La caída del Muro de Berlín



Para hablar sobre la caída del Muro de Berlín, primero hay que remontarse a la división de Alemania. Tras al derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, el 9 de mayo de 1945, los países aliados (Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética) decidieron partir el país en cuatro zonas de ocupación.

Corría el mes de julio de 1945, cuando en Potsdam se reunieron el máximo líder de la Unión Soviética, José Stalin, el primer ministro del Reino Unido, Winston Churchil, y el presidente de los Estados Unidos, Harry Truman, para sellar el pacto. Decidieron que Berlín, la capital, sería administrada de forma conjunta.

Las desaveniencias entre los antiguos aliados llegaron pronto. Las diferencias políticas y económicas afloraron en las diferentes zonas ocupadas: la Unión Soviética impuso un telón adicional entre sí y las tres restantes áreas de Berlín, por lo que comenzó el éxodo de millones de personas que huyeron de la zona en poder de los soviéticos.

Ya para 1948, las fuerzas aliadas estaban fuertemente enemistadas. A finales de agosto, se marcó la frontera de los sectores en Berlín, acción que símbolizó la desintegración de las fuerzas aliadas. La separación definitiva vino meses más tarde. El 23 de mayo de 1949 se promulgó la Ley Fundamental, que dio paso a la creación de la República Federal de Alemania (RFA). En agosto, Konrad Adenauer fue electo como primer canciller federal.

Dos meses después, el 7 de octubre de 1949, en la zona oriental la República Demócratica de Alemania (RDA), bajo la tutela de la Unión Soviética. Pese a que el recién fundado Estado se definió como la parte progresista de Alemania, sus ciudadanos continuaron abandonando el territorio, por lo que en la primavera de 1952 se reforzó la frontera con alambre de púas.

El 17 de junio 1953 se reprimieron protestas obreras contra la cúpula de la RDA, por el incremento de la jornada laboral por el mismo salario. Las manifestaciones fueron disueltas con la colaboración del ejército soviético.

Mientras, en la RFA tenía lugar un “milagro económico”, que fue posible por la puesta en circulación del marco alemán, el financiamiento de Estados Unidos a través del Plan Marshall, la adopción de la economía social de mercado y la reconstrucción de los centros de producción, conforme a los últimos avances de la técnica.

Por las áreas aún abiertas de la frontera, miles de ciudadanos de la RDA diariamente abandonaban el “Estado de los trabajadores y agricultores”. Algunos cálculos indican que entre 1949 y 1961 aproximadamente huyeron 2,7 millones de personas.

En el verano de 1961 se esparció el rumor sobre el plan de construir un muro. El jefe de Estado de la RDA, Walter Ulbricht, desmintió la información con palabras que pasaron a la historia: “No me consta que exista esta intención, ya que los albañiles en la capital se ocupan principalmente de construir viviendas y trabajan a pleno rendimiento. Nadie tiene la intención de levantar un muro”.

Pero el 13 de agosto de 1961 se inició la construcción. Por Berlín oriental circularon tanques y camiones del Ejército Popular Nacional, mientras miles de obreros cerraron la frontera entre Berlín oriental y Berlín occidental con bloqueos provisionales.

Así se consumó la división de la ciudad ante la atónita mirada de sus habitantes. Nadie intervino, para no activar de nuevo una guerra. El tránsito de vehículos y de personas quedó prohibido. Días después, los trabajadores reemplazaron los bloqueos provisionales por un muro de aproximandamente dos metros de altura.

Estados Unidos sostuvo que defendería la libertad de Berlín Occidental a cualquier precio. La tensión estalló cuando a un soldado estadounidense se le impidió el paso en el Checkpoint Charlie. El hecho derivó en el encuentro, frente a frente, entre tanques soviéticos y estadounidenses durante 16 horas. Finalmente, los tanques se retiraron.

Los intentos de escape persistieron pese a la construcción del muro. Sólo en 1962, en el primer año, se calcula que 43 personas murieron al intentar cruzar no sólo el muro, sino también la frontera interalemana.

Con el paso de los años, las viviendas cercanas al muro fueron destruidas y sus ocupantes trasladados.

Surge así la llamada “franja de la muerte”, un espacio de 10 metros de ancho en el cual se colocaron minas, cercas, puestos de vigilancia y alarmas silenciosas que se encendían ante cualquier contacto.

La propaganda del gobernante Partido Socialista Unificado de Alemania (SED, por sus siglas en alemán), afirmaba que la “cortina de hierro” era la protección perfecta contra la infiltración, el espionaje, el contrabando y la agresión de Occidente.

Entre 1963 y 1966 se firman varios acuerdos que permitieron el tránsito de personas entre la RFA y la RDA, por lo que, en casos excepcionales, las familias del oeste pudieron visitar a sus parientes en el este.

En los 70, las dos Alemania dieron los primeros pasos para un acercamiento. El canciller federal, Willy Brandt, viajó a la RDA para reunirse con el presidente del consejo de ministros, Willi Stoph.

Las “relaciones de buena vecindad” se concretaron en 1973 con la firma de un tratado. En 1987, el jefe de Estado de la RDA, Erich Honecker, realizó una visita oficial a la RFA.

La llegada de Mijaíl Gorbachov a la presidencia de la Unión Soviética en 1985 fue decisiva, porque inició una política de apertura y cambios conocidas como Glasnost y Perestroika, y con las cuales sus estados satélites en Europa del Este, entre ellos la RDA, lograron cierta indepedencia y se puso fin a las intervenciones militares cada vez que algo no gustaba a los comunistas en Moscú.

En 1989 se produjeron fugas masivas de ciudadanos de la RDA a través de Praga, Varsovia y la frontera de Hungría. A estas deserciones se sumaron las llamadas Manifestaciones de los Lunes, que ocurrieron principalmente en la ciudad de Leipzig, en la RDA. Estas marchas pacíficas comenzaron en el mes de septiembre frente a la iglesia de San Nicolás, y en ellas el pueblo exigió reformas como la libre circulación de personas.

Ante la incontenible ola, las autoridades de la RDA otorgaron nuevas facilidades. La noche del 9 de noviembre de 1989, en una conferencia de prensa, Gunter Schabowski, representante del buró político del SED, comunicó que habían decidido introducir una regulación que pemitiría "a todos los ciudadanos de la RDA salir del país por los puestos de control fronterizo”. Un periodista preguntó: ¿Cuándo entra en vigor?. Schabowski respondió: “Según me consta, ahora, inmediatamente”.

Pero Schabowski no sabía que la regulación debía entrar en vigor días después. La declaración precipitó los hechos. La multitud no esperó más y se trasladó de inmediato al muro. Los guardias no sabían que hacer en un primer momento, pero cedieron ante la presión ciudadana y abrieron las barreras.

Horas más tarde, los mismos berlineses se encargaron de derribar la barrera y las imágenes dieron la vuelta al mundo. Esa noche, el pueblo alemán puso punto final a la Guerra Fría, sin un solo disparo. Por ello, a todos los acontencimientos que precedieron la caída del Muro de Berlín se les conoce como la Revolución Pacífica.

Rosa María Pastrán
Blog La caída del Muro de Berlín
Foto de la fotógrafa alemana Barbara Klemm, tomada de Inaugurarán exposición "25 años de la caída del Muro de Berlín".

No hay comentarios:

Publicar un comentario