Una tarde de septiembre de 1995, una ex compañera de la misma redacción donde trabajé en el Instituto Cubano de Radio y Televisión, me llamó y me dijo:
"Tania, po Radio Martí escuché la noticia de que Raúl Rivero había creado una agencia de periodismo independiente llamada Cuba Press. Dijeron que entre los periodistas había varios procedentes de la prensa oficial y mencionaron tu nombre".
Quiso saber si eso era cierto. Le respondí que sí, que no había dicho nada hasta que no saliera la noticia, que según ella, la había dado Alvaro de Insúa.
En lo adelante, redactar de tres a cuatro trabajos semanales para Cuba Press y participar a menudo en entrevistas y programas de Radio Martí, se convirtió en algo tan habitual para mí en los ocho años que desde La Habana reporté como periodista independiente, como cada día coger la libreta de racionamiento y una jaba, ir a comprar el pan y hacer un recorrido por el barrio, a ver qué había venido a la bodega, el puesto o la carnicería.
En la veintiúnica mesa que teníamos en la casa, la del comedor, ponía la máquina de escribir. Solía redactar directamente, pero Iván García, mi hijo, escribía sus textos a mano en una libreta y yo se los pasaba en limpio. Tecleaba mucho más rápido que él, con los diez dedos y sin mirar el teclado.
Es que en 1959 había estudiado mecanografía en español e inglés en la Havana Business Academy, y los más de treinta años que llevaba mecanografiando me habían dado gran destreza.
Entonces, ni soñar con un teléfono inalámbrico y menos con un celular. El teléfono era fijo. Teníamos uno en la sala y una extensión en mi cuarto, que era por donde tanto Iván como yo hablábamos para Radio Martí u otras emisoras extranjeras: cada vez que pasaba algo en Cuba, fuera un desmayo de Fidel Castro o la proximidad de un ciclón, nos llamaban en busca de nuestros puntos de vista.
Casi siempre las llamadas eran imprevistas, otras previamente concertadas, para participar en determinados espacios, como el conducido por el profesor Luis Aguilar León. La productora era Ofelia Oviedo, quien aún trabaja en Martí y es testigo de que al Profe le gustaba invitarme, no porque fuera experta, si no porque decía las cosas francamente, sin miedo. Y porque como periodista, consideraba que debía trasladar los comentarios que recogía en la calle, entre mis vecinos o mientras hacía los mandados. Gente que por temor o falta de medios, no tenían posibilidad de expresar sus opiniones.
El 4 de abril de 1996, Danylo Sirio, actual presidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión, en una reunión con la presencia de dos dirigentes locales, Formoso por el partido y Cristóbal por el sindicato, como pretexto para expulsarme del ICRT argumentó que "yo hablaba por Radio Martí".
Ese día, 'la revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes', no tuvo en cuenta que yo tenía 54 años y solo me faltaba un año para retirarme. Me dejaron sin jubilación, teniendo un expediente laboral impecable de 37 años de trabajo ininterrumpido, como mecanógrafa, secretaria, maestra, divulgadora y periodista.
La vida suele ser justa con las personas que además trabajar con dedicación y honestidad, se han superado por su cuenta. Por eso hoy en Suiza recibo el reconocimiento y la pensión que Cuba nunca me dio. Es la mínima, porque llegué con 61 años.
Pero ojalá los jubilados en la isla pudieran cobrar no ya la mitad, si no la tercera parte de lo que yo cada mes me paga la seguridad social suiza. En Suiza no dan chequeras y no tienes que madrugar ni hacer cola para cobrar tu pensión. Con la tarjeta bancaria vas y sacas lo que quieras en un cajero automático, o vas al banco y empleados amables y elegantes te dan la cantidad que pidas. No me sobra el dinero, pero me alcanza para vivir modesta y dignamente.
Han pasado los años y desde mi exilio en Lucerna, no olvido que gracias a Radio Martí pude llegar a mis compatriotas, pese a los intentos técnicos del régimen por impedirlo. Con más o menos interferencia, ha sido la emisora que desde su salida al aire, el 20 de mayo 1985, ha sido la tribuna con la cual han podido contar los opositores y periodistas independientes cubanos.
Tania Quintero
Foto: Tania Quintero en el 2000, en casa de Ricardo González Alfonso, en Miramar. Detrás, a la derecha, Raúl Rivero, a la izquierda, Iván García. Tomada de Cuba Press ya no existe.
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