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viernes, 25 de abril de 2014

Desempolvando archivos (XI): Costura y chocolate



En 1958, los estudiantes de los niveles superiores declararon una huelga general. Duró un año. Junto con otros alumnos de la Escuela Profesional de Comercio de La Habana, me sumé a la huelga.

Durante mis estudios primarios, había asistido a una escuela gratuita de inglés y al terminar, por mis buenas notas, fui seleccionada para formarme como profesora de inglés en los Estados Unidos. Pero rechacé la beca.

Tenía 16 años y no me apetecía irme a estudiar a Estados Unidos ni a ningún otro país. Me sentía muy a gusto en Cuba. Mi padre se molestó. Aunque era comunista, quería que hubiera aceptado la beca.

En esa época, los militantes del Partido Socialista Popular no tenían esa fobia hacia los americanos. Pertenecía a una familia pobre y la oportunidad de estudiar gratuitamente en los Estados Unidos mi padre la veía como eso, una oportunidad.

En mi caso, el hecho de haber sido hija unica nunca fue un atenuante. En 1958 mi padre estuvo de acuerdo con que me sumara a la huelga estudiantil, pero me dijo: "Nananina, no te vas a quedar un año en la casa sin hacer nada, oyendo radio y leyendo".

Y habló con su hermana Cuca, modista de alta costura, quien en su casa de 21 entre E y F, Vedado, daba clases por el método de María Teresa Bello. Y todo el año 1958 me lo pasé aprendiendo a coser con mi tía Cuca.

Las clases de corte y costura eran tres veces por semana. Mi padre solo me podía dar 0,20 centavos para ir y venir en guagua. El pasaje valía 0,06 centavos y con dos centavos más podía sacar una transferencia (boleto para continuar viaje en otra ruta).

A cuadra y media de mi casa, en San Joaquín y Monte, había una parada donde me servían dos rutas hacia el Vedado: la 10, que llegaba hasta el Cementerio de Colon y paraba en 23 y F, o el M-7, un autobús de la marca Leyland que por su color blanco los habaneros le decían "la enfermera".

Más cerca de la casa, en Monte y Fernandina, podía coger la 2, que también llegaba hasta el cementerio, y unas cuadras más abajo, en la calle Cristina, me servía la ruta 9, que iba desde Luyanó hasta Buenavista, en Marianao. La heladería Coppelia no existía: en el lugar quedaba el hospital Reina Mercedes. Enfrente estaba construyendo el Havana Hilton (actual Habana Libre).

Una vez al mes, cuando salía la revista Vanidades, iba y venía a pie. Con los 20 centavos ahorrados me compraba la revista, que eso costaba. Desde mi casa, a dos cuadras de la Esquina de Tejas, hasta la de mi tía Cuba, en 21 y F, habrían tres o cuatro kilómetros, distancia "normal" en aquellos tiempos. Además de zapatos cómodos, las calles y aceras invitaban a caminar, no como ahora, con tantos baches y huecos.

A mi padre nunca le gustó verme ociosa. Cuando llegaban las vacaciones, como no teníamos dinero para ir a la playa ni a pasear a ninguna parte, pagaba un peso al mes para que asistiera a la "escuelita de las maestricas".

Así les decían los vecinos a dos buenas maestras, solteronas, a tres puertas de nuestro edificio, en Romay entre Monte y Zequeira. A mí me encantaba, porque no había que usar uniforme.

Ese tipo de escuelitas veraniegas existían por toda la isla. Muchos maestros aprovechaban el receso escolar para embolsillarse 20 o 30 pesos mensuales, dando clases durante los tres meses que duraban las vacaciones de verano.

Pero lo que más me gustaba eran las Semanas del Niño, una vez al año. Nos llevaban a visitar fábricas cercanas y nos regalaban o brindaban lo que allí se producía. En mi barrio, El Pilar, íbamos a Sabatés, una de las principales firmas productoras de detergente y jabón; a la embotelladora Canada Dry y a la fábrica de confituras La Estrella.

Nuestro periplo infantil terminaba en La Española, ya desaparecida, en Infanta y Estévez. Han pasado más de sesenta años y aún recuerdo el delicioso olor a cocoa. Entonces, cualquier cubano podía prepararse una taza de leche de vaca con una tabletica rayada de chocolate La Española.

Tania Quintero
Lucerna, 12 de mayo de 2005
Foto: Quienes no sabían coser, en cualquiera de los Ten Cent que había en La Habana, por muy poco dinero podía comprarse un molde o patrón Simplicity, como el de la foto, tomada de Chantilly Dreams.

13 comentarios:

  1. Cualquier cubano no podía prepararse una taza de leche con una "tabletica" rayada de Chocolate la Española, ni la Española ni ninguna, no tergiverse la realidad, que usted si vivió en esos años vivió la verdadera realidad de una Cuba donde se morían los niños de desnutrición, hambre y miseria, y más en los campos cubanos, no quiera hacer de la República un paraíso terrenal, no lo era ni mucho menos, no le voy a hacer ahora una historia de esos años anteriores al 59, usted los conoce bien, así que no trate de presentarlos como hizo la impresentable de Berta Soler diciendo que los años de batista Cuba era una "tacita de oro", le ronca que una negra diga eso cuando no las dejaban ni entrar a los Clubes, se puede criticar todo lo que haga la revolución, estar en su contra, combatirla, con razón o sin ella, pero por favor, la gente que lee esto sabe de historia.

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    1. Realmente tu dices eso en serio? Entonces de acuerdo a lo que tu dices en Cuba habia muchos millonarios, ricos y sobre todo una gran cantidad de clase media y de trabajadores en general una gran parte de la populacion de Cuba en esos grupos la inmensa mayoria y digo esto porque a quien estas fabricas le vendian lo que producian, ademas eso era, el chocolate y la leche comida de pobres, de la forma que usted habla parece que se morian los ninos de hambre por montones y de la forma que dices convatirla con razon o sin ella, no, tu podras ser un adulon o chivaton donde quieras que estes de la cochina revolucion esa, pero hechos sobran para describirlo con absoluta razon, la proxima informate mejor del producto interno bruto que tenia Cuba, el mayor de latinoamerica, y mayor como lo oyes ahora por primera vez que el de Suiza, hoy por hoy aquella cifra de antes del 59 esta por debajo 4 unidades comparada con la de EUA.

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    2. Bueno, que te voy a decir a ti, pones"convatirla" con "n" y con "v", debes ser un producto de antes de la Revolución!!

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    3. Parece que el anonimo es comunista o le gusta defender lo indefendible. En Cuba todos los pobres tenian algo que comer aunque fueran del campo. Ahora no tienen ni un huevo porque el asqueroso gobierno le gusta matar al pueblo de hambre. No se puede tapar el cielo con un dedo.

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  2. En Cuba se comía por un peso, ampliamente, vivido por mí.

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    1. Y por menos de un peso tambien en mi casa habia una fonda y por 50 centavos le hechaban en un plato, potaje, arroz un pedazo de carne y un pedazo de vianda, el ignorante ese que escribio diciendo lo de desnutricion, hambre y miseria es un distorcionador ignorante y servil a la dictadura asquerosa esa de Cuba

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    2. Ignorante yo? y tu pones "hechaban" con H!!

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    3. Pero ven acá chico to eres profesor de lingüística o te gusta discutir? Debes de ser chivatòn porque te mandas a correr.. jajaja!

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  3. Anónimo, se ve que no viviste en Cuba antes de la “robolución” ya que Cuba era hasta 1959 el 1er. país de América Latina y el 3º de América en desarrollo económico y social. Cuando llegó el coma-andante Cuba tenía 6 millones de habitantes, producía 6 millones de ton. de azúcar, había 6 millones de cabezas de ganado vacuno, vivían en Cuba medio millón de inmigrantes, principalmente españoles, se producía de casi todo menos artículos de la industria pesada y era exportadora de alimentos y ¿cómo es hoy?, pues Cuba tiene el doble de habitantes, casi 12 millones, solo se produce un millón y pico de toneladas de azúcar, la carne de vaca está desaparecida, la libreta da solo algo de comida para una semana del mes, es uno de los países del mundo con más emigración, alrededor del 25%, importa el 80% de los alimentos y está en los últimos lugares de América Latina por PIB y por desarrollo económico.
    ¿Quieres mayor desgracia? Yo viví en Cuba desde antes de la robolución, tengo 71 años, y te aseguro que lo que cuenta la Sra. Tania Quintero es totalmente cierto y allá tú si eres tan cerrado y fundamentalista si lo niegas.

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  4. No tengo ni idea de como se vivia en cuba en esa epoca pero mi papa que nacio y se crio en una zona rural del norte de Villa Clara en pleno campo me conto que comian picadillo de carne de res dos veces por semana y nadie se murio de hambre como alega este señor ,eran muy probres pero no sufrieron de desnutricion.

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  5. Buenos días Tania, mi madre aprendió a coser con Juana Dueña, una modista de alta costura, uno de los últimos trajes que se hicieron para la Reina del Carnaval de La Habana lo hizo ella.
    Mi madre tenía amistades que vivían en La Habana Vieja y en los repartos Párraga y Poey, eran todos gente humilde, muchas veces comíamos ahí, nunca faltaba el picadillo o unos buenos frijoles "con todos los hierros" como se decía.
    Buen domingo. Saludos

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