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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Xiomara Alfaro, una leyenda viva


Xiomara Alfaro la famosa cantante cubana que honró su carrera con éxitos como Siboney, Moliendo café, Serenata mulata y Luna rosa, entre otros muchos, el 3 de junio de 2011 se presentó en la Sala Ferguson del Tampa Bay Performing Arts Center. A raíz del histórico concierto, desde su hogar en Atlanta, Georgia, nos concedió una entrevista telefónica.

Xiomara, ¿cómo comenzó su carrera?

-Nunca pensé ser artista, quería ser enfermera, hacer tantas cosas, pero Dios quiso darme la voz para ganarme el pan de cada día. Conocí a un muchacho que era bailarín, Alexandre. Él me escuchaba cantar en mi casa y siempre me decía que yo debía dedicarme al canto. En una oportunidad, Alexandre me pidió que le acompañara al Teatro Martí, a un ensayo de una revista musical llamada Batamú.

-El maestro Obdulio Morales, director y compositor de la revista, me pidió que cantara una canción, y yo interpreté Siboney, de Ernesto Lecuona. Le gustó y me contrató. Ése fue el inicio de mi carrera.

-Después trabajé en la revista Bondelle, en el cabaret Sans Souci. Cuando vendieron el Sans Souci, la revista para Tropicana. Me dieron el contrato, pero nunca me incluyeron de solista, me daban trabajo con el coro. Sin embargo, a todo el mundo le llamaba la atención mi voz.

-Más tarde me contrató Katherine Dunham, una bailarina negra muy famosa que creó un centro muy influyente de danza afro-americana y que había ido a La Habana buscando talentos para su compañía. Me escuchó cantar y me contrató para irme de gira con ella por Europa a países como España, Portugal, Bélgica, Francia y Grecia.

¿Qué sucedió cuando terminó su contrato con la compañía de Dunham?

-Regresé a La Habana y comencé a trabajar como solista en Tropicana. Luego me ofrecieron contratos en Italia, Centro y Suramérica.

¿Dónde y cuándo grabó su primer disco?

-Lo grabé en Lima, Perú, en 1955.

¿Hizo más grabaciones?

-En una actuación mía en el teatro habanero Campoamor me vieron de la RCA Victor y me ofrecieron un contrato. Hice tres discos de larga duración con ellos. Posteriormente continué mi gira por Suramérica. En Venezuela grabé Moliendo café, que se convirtió en un éxito de la época.

¿Cómo fue su relación con Celia Cruz y Olga Guillot?

-Buena, ellas me decían que yo no debía haber nacido artista, sino monja, porque no era de hablar mucho.

¿Dónde reside actualmente?

-Desde hace diez años vivo en las afueras de Atlanta con mi esposo el pianista y compositor Rafael Benítez, al que conocí en Nueva York. Con él he compartido 46 años de mi vida.

¿Tiene hijos?

-No tengo, me hubiera gustado tenerlos.

¿Cuál considera su mayor triunfo como artista?

-El que Dios me haya permitido que todos los cubanos me conozcan.

¿Qué significa Cuba para usted?

-Conozco 36 países, pero mi tierra es la más bella del mundo. Cuando muera, quiero que me incineren y rieguen mis cenizas alrededor del mar de Cuba. Mi isla y los Estados Unidos son mis grandes amores. Este país me ha dado abrigo. Hay que pensar en todas las cosas buenas que nos ha proporcionado a los cubanos.

A Celia Cruz no le gustaba hablar sobre su edad, ¿dice usted la suya?

-A algunos se la digo, a otros no. Depende de quién me la pregunte.

¿Qué significa para Xiomara Alfaro el exilio?

-Has tocado con el dedo la llaga. Todos los días le pido a Dios que se arregle Cuba para irme a vivir allá.

Unas palabras finales...

-La humildad es lo más bello que Dios ha creado en una persona.

Leonardo Venta
Blog Desde mi Belvedere
12 de junio de 2011

Video: Bahía, del brasileño Ary Barroso (1903-1964), al igual que Lamento borincano, Noche de ronda, Brisa tropical, Oshún, El manisero y Malagueña, entre otras, le permitían a Xiomara Alfaro, demostrar sus cualidades vocales. No por gusto le decían "el ruiseñor de la canción".

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