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viernes, 22 de marzo de 2013

Sonia Garro Alfonso


¿Tendré que volverles a presentar a Sonia Garro Alfonso después de todo lo que he escrito sobre ella? Al parecer sí. Sonia Garro Alfonso es una presa política que fue encerrada en los calabozos castristas por su trabajo de activista por los Derechos Humanos. En Cuba se ocupaba de apoyar y priorizar la educación de un grupo de niños frente al adoctrinamiento ideológico, además solía salir a las calles a protestar en contra del régimen tiránico de los Castro.

El 21 de marzo hizo un año que Sonia se encuentra encarcelada en una de las peores prisiones de Cuba, enferma y torturada. Su marido, Ramón Alejandro Muñoz, también se halla encarcelado desde el mismo día. A ninguno de los dos les han hecho juicio.

En un inicio los acusaron a ambos de terrorismo. ¿Son terroristas? De ninguna manera. Sonia y Ramón sólo intentaron salir a la calle a protestar durante la visita del Papa a Cuba en aquel mes, pedían que el Papa recibiera a la oposición cubana y a las Damas de Blanco, grupo disidente al que también pertenece Sonia.

Pero ya todos sabemos cómo se comporta la tiranía de los Castro. Todos conocemos cómo tratan los esbirros castristas a los negros en Cuba. Y Sonia y Ramón son negros.

Lo que resulta verdaderamente escandaloso es que mientras que a unos cuantos les permiten ahora viajar al extranjero de manera más que sospechosa, dando la impresión que le están haciendo la publicidad al raulismo y sus supuestos cambios, a otros ni siquiera les brindan el derecho a ser enjuiciados de manera justa y legal.

Un año ya, señoras y señores, que estas dos personas inocentes se encuentran en la prisión. Su hija, una joven menor de 16 años, quedó al cuidado de su tía. Yamilé Garro Alfonso, la hermana de Sonia, ha contado en numerosas ocasiones la represión que han sufrido ella y sus hijos (al varón no lo dejaron entrar en la universidad), por el mero hecho de visitar a su hermana en la cárcel.

Pero más curioso resulta que esos supuestos disidentes que recién han salido y saldrán de viaje hacia países democráticos, todavía no hayan levantado sus voces por Sonia Garro Alfonso, una mujer enferma y maltratada, y por su esposo, Ramón Alejandro Muñoz, que también está enfermo, pues padece de una úlcera.

Y lo que resulta aún más repugnante y que sólo habla del carácter mercantilista de una cierta oposición, si es que le podemos llamar oposición, y del carácter de un cierto exilio que en la actualidad nada más se interesa en hacer negocios con Raúl Castro, si es que a eso le podemos llamar exilio, es que mientras aupan a los primeros, se olvidan y se defecan olímpicamente en personas desvalidas como Sonia y Ramón.

¿Debiéramos creer en esa gente? Ya yo no creo ni en mi sombra, así que cómo iría a creer en una persona que hasta inventa una noticia colocándose siempre en el centro de la noticia (llamándose periodista y hasta escritora) al decir que le avergüenza que su viaje a Brasil sea ¡precisamente una noticia! Es el colmo de la desfachatez. Verdaderamente lo único que experimento es un desprecio tan parecido al que siento por los Castro y toda su parentela.

Piensen por un instante lo que ha podido ser la vida en la cárcel para Sonia Garro Alfonso, su cumpleaños, las fiestas navideñas, comenzar el año sin poder abrazar a su hija. ¿Dónde están los que deben hoy movilizarse por esta mujer y por su esposo? ¿Dónde están los poderosos negros norteamericanos y los grupos antirracistas del mundo?

Pero sobre todo, ¿dónde están los cubanos entusiastas ante cualquier pelagatos de la bichidisidencia que se gasta una biografía en Wikipedia más amplia que la de Angela Merkel? Si los mismos cubanos no defienden a esos negros, no vendrá ningún negro del mundo a defenderlo.

Sencillamente Sonia Garro Alfonso no cuenta porque no se ha prestado al juego, porque no le garantiza negocios con la tiranía a ningún aprovechado. Porque es cubana y anticastrista, y peor, es negra y gorda. Aunque siendo negra y gorda tiene mejor rostro, un rostro sincero, que cualquier pelandrujo o pelandruja que pretenda representar al pueblo cubano sin haber sido elegido por ese mismo pueblo, y lo que es todavía más vergonzoso, sin ser reconocido por ese pueblo.

Ojalá que en lugar de continuar con tanta estupidez embullados con el viaje de un grupito muy selecto, los cubanos que ansíen de verdad la libertad de Cuba se pongan de una vez y por todas a exigir unánimente la excarcelación de Sonia y de su esposo.

Zoé Valdés
Blog Libertad y Vida
El Universal de Caracas, 7 de febrero de 2013.

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