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martes, 26 de abril de 2011

Kate y William, la pareja del momento

Catherine Elizabeth “Kate” Middleton, quien el viernes 29 de abril se convertirá en princesa, se incorpora a la familia real británica gracias al discreto encanto con el que logró enamorar hace diez años al príncipe William. Su relación con el primogénito del príncipe Carlos y la fallecida Lady Di se remonta al 2001, cuando William y Kate se conocieron en la universidad.


Desde el anuncio de su compromiso con William, el pasado mes de noviembre, el rostro de Kate ya es uno de los más conocidos del planeta, que ya está pendiente de la Abadía de Westminster, en Londres, donde se celebrará el enlace. Entonces, Kate Middleton habrá completado una trayectoria que era difícil de prever cuando nació el 9 de enero de 1982 en una familia de clase media en la Inglaterra rural.

Es la primera hija de Michael y Carole Middleton, empleados de la British Airways que en 1987 decidieron fundar Party Pieces, una empresa de venta por correo de artículos para fiestas que los convirtió en millonarios. Ese salto social fue decisivo para que William y Kate pudieran cruzar sus caminos como estudiantes en la Universidad de St. Andrews, en Escocia.

Según algunas versiones, Kate optó por esa universidad cuando supo que el príncipe iba a estudiar allí, un extremo nunca confirmado de manera pese a la insistencia de algunos medios, que esperan un nuevo filón de oro en la futura princesa.

Tatler, la revista de cotilleo de la alta sociedad inglesa, describió en una ocasión a Kate como “decorativa, aromática y con una capacidad feroz para escalar socialmente”. Desde que comenzó su noviazgo con el príncipe William, la futura consorte fue maliciosamente apodada como “Waity (paciente) Katie”.

Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que compartieron un apartamento junto a otros estudiantes, y que fueron buenos amigos antes de iniciar una relación sentimental que transcurrió lejos de los medios y de la opinión pública.

Travieso de niño, tímido de adolescente, elegante y testarudo, a sus 28 años el príncipe William, segundo en la línea de sucesión al trono británico, guarda un gran parecido con su madre, la fallecida Lady Di. Su boda con Kate Middleton, novia oficial del primogénito de Diana y el príncipe Carlos desde el 2004, garantizará a William la vida cálida y familiar que siempre ha querido, según comentaristas de la casa real británica.

Amante de la geografía y los deportes -practica rugby, fútbol, natación y waterpolo-, William compatibiliza en la actualidad sus servicios en el ejército con su formación en asuntos constitucionales y compromisos oficiales. Por su profesión de piloto de la Real Fuerza Aérea, de la que se graduó en abril del 2008, William y Kate tendrán su hogar en el norte de Gales.

Nacido en Londres el 21 de junio de 1982, fue bautizado en agosto de ese año como William Arthur Philip Louis Mountbatten-Windsor por el entonces arzobispo de Canterbury. El bebé de ojos despiertos pronto se convirtió en un inquieto y travieso niño omnipresente en los medios de comunicación.

Antes de que terminara el verano de 1997, William, con entonces 15 años, y su hermano Harry, de 12, recibieron la trágica noticia de la muerte de su madre, la princesa Diana. De aquella dolorosa experiencia salió un joven serio, sensato y responsable.

Heredero de la elegancia de Lady Di, William también se ha ganado el cariño de los británicos, especialmente después de que insistiera en realizar a pie el cortejo fúnebre detrás del féretro con su madre. Su decisión no ingresar en la Marina Real, como hicieron su padre y su abuelo, y optar por ir a la universidad le permitió conocer a Kate Middleton.

Además de poder, la familia real británica forma parte de la identidad y tradiciones de los ingleses que se identifican con sus reyes, príncipes y demás títulos nobiliarios. Durante siglos han sido venerados, respetados y a la vez se hicieron millonarios entre guerras y matrimonios. Es por eso que con la famosa boda real entre William y Kate no sólo está en juego la felicidad del príncipe, sino también millones de dólares de la realeza.

Abogados británicos especializados en divorcios, recuerda a William que no todos los cuentos de hadas tienen final feliz. "Es una obviedad estadística que un acuerdo prenupcial sería muy beneficioso en este caso’, dijo el abogado James Stewart, del despacho Manches, que manejó el multimillonario caso de divorcio entre Madonna y el director Guy Ritchie.

La familia real británica ha estado plagada de matrimonios fallidos. Tres de los cuatro descendientes de la reina Isabel II se han divorciado, y el tío materno de Guillermo, Charles Spencer, tiene dos ex esposas.

Si bien Kate es una chica adinerada, no llega a tener los millones de su futuro esposo. William y su hermano Henry cuentan con una fortuna valorada en 48 millones de euros. A los 7 millones de euros, ya cobrados del legado que la Reina Madre les dejó en su testamento, hay que añadir los 30 millones de euros de la herencia de su madre, recibidos cuando cumplieron los 25 años. Cuando arriben a los 40 recibirán otros 10 millones de euros. A eello se añade el millon de euros que ya les entregaron de la herencia de Frances Shand Kydd, su abuela materna, fallecida el 3 de junio de 2004.

En cualquier caso, una suma irrisoria comparada con la que el príncipe Guillermo recibirá un día. Y es que el Príncipe está llamado a convertirse en heredero de un patrimonio de más de 1.000 milones de euros, cuando en un futuro ascienda al trono.

La pareja no ha firmado un contrato pre nupcial. William se las está jugando todas por amor.

Tomado de La Razón de Bolivia y La Estrella de Panamá.

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