Por Iván García
Con un béisbol de primer nivel que mueve a risa, donde a veces los marcadores de los partidos parecen juegos de polo acuático o balonmano, los fanáticos huyen a ver un espectáculo más atractivo.
Y si de espectáculo se trata, lo mejor son los partidos del Barça en la liga española trasmitidos por la televisión. Bajo la batuta de Pep Guardiola, el once catalán tiene encandilado a los amantes al fútbol en todo el planeta.
En el bar del restaurante El Conejito, en la barriada del Vedado, a menos de 200 metros de las quietas y azules aguas del malecón, los hinchas culés están que se salen. Con una ambientación parecida a la de una taberna inglesa del siglo 19, el sitio, pequeño y cálido, es punto fijo de los seguidores del F.C. Barcelona en La Habana.
Antes de algún partido del torneo español o de la liga de campeones de Europa, decenas de personas copan el sitio y rompen a beber cerveza negra Bucanero a 1.30 de peso convertible la lata, calentando motores para la posterior celebración, después del casi seguro triunfo del Barça.
La hinchada habanera ha desplazado de El Conejito a los abúlicos viajeros extranjeros que pululan por la zona en esta época de temporada alta del turismo. Para los españoles seguidores del Barcelona de paso por la capital, la ocasión se les presenta pipa. Se mezclan con el jolgorio y la bulla, vuvuzelas incluídas, y en raptos de generosidad suelen pagar rondas de cerveza a sus compañeros de mesa.
Aquel aciago lunes de noviembre, cuando la maquinaria de Guardiola le encajó una 'manita' al Real Madrid de Cristiano Ronaldo, un catalán exaltado junto a un gordo mexicano invitaron a una cerveza a las casi 50 personas que veían el encuentro. Por dignidad, los seguidores merengues no aceptaron el convite.
En un partido más reciente, luego de apabullar al Deportivo de La Coruña, otro club con miles de simpatizantes en la isla (se dice que casi todos los cubanos tenemos algo de gallego), un grupo de eufóricos españoles fans del Barça, descorcharon un par de botellas de champagne.
Muchos habaneros se van vuelto más culés que nunca. Es una moda. El baño de buen futbol y el toque de lujo del once catalán, han provocado un sinnúmero de deserciones desde otros clubes hacia el Barça.
A seguidores de las ligas inglesa, italiana o alemana, se les ve saltando en un solo pie con el fabuloso quehacer sobre la cancha de la armada liderada por Lionel Messi, quien por segundo año consecutivo ha ganado el Balón de Oro que lo acredita como mejor jugador del mundo.
Pero también en la isla los hay que no cambian de bandera. A mal tiempo buena cara. El Real Madrid tiene una historia ya escrita. Es el equipo que más Copas de Europa ha levantado. Y el que más títulos ha alcanzado en la liga española.
Cuando el Barça logre esa colección, entonces se podría comenzar a discutir con esos apasionados seguidores capitalinos, que de manera exagerada han comenzado a pregonar que el actual F.C. Barcelona es el mejor equipo en toda la historia del fútbol.
Ver jugar al Barça es una fiesta indescriptible. Que los culés locales sigan disfrutando. Pero estamos todavía en enero. Quizá para la primavera se le bajen los humos a los fanáticos azulgrana. Queda mucha tela por donde cortar.
Desde ahora se informa: las peñas habaneras del Real Madrid no aceptan tránsfugas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario