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lunes, 20 de diciembre de 2010

Se buscan artistas, perdón, futbolistas

Por Iván García

Si quiere aburrirse a mares les invito a presenciar un partido de la liga cubana de fútbol.

Sólo un masoquista podría perder 90 minutos viendo un encuentro de fútbol local, donde el balón vuela sin lógica de un lado a otro de la cancha y 20 morenos corren desordenadamente sin arte ni concierto, por un terreno de juego que es un verdadero patatal.

No me imagino a un turista brasileño, argentino, español o italiano, sentado en gradas de cemento puro, en un estadio sin techo, siguiendo uno de esos partidos horrorosos celebrados en la isla. Recientemente, se jugó un torneo de ascenso del fútbol nacional que estimula al bostezo, en la provincia de Sancti Spiritus, a 350 kilómetros de La Habana.

Pese al juego feo y chapucero de sus coterráneos, los seguidores del fútbol en Cuba son numerosos. Es el segundo deporte en número de aficionados, detrás del béisbol. Claro, a no ser que se tenga un familiar o amigo integrando un once provincial, casi nadie visita una cancha para ver correr a once tipos duros, dando patadas de kárate a un balón.

Lo único que tienen los futbolistas cubanos es físico. Son altos, fuertes y corren sin parar los 90 minutos. La técnica es un ave rara. Y salvo excepciones, los DT parecen peleles, tablilla en mano, voluntad de hierro y conocimientos elementales.

A falta de un fútbol decente, los fans criollos miran a las ligas europeas y sudamericanas. Existen peñas del Real Madrid, Barcelona, Milan, Inter, Roma, Juventus... También hay admiradores del juego teutón, que siguen al Borussia o el Bayer Münich. Y no faltan los amantes al Manchester, Arsenal, Chelsea o Liverpool.

Los hinchas suelen alistarse en dos grandes bandos, Brasil y Argentina. Pero España, flamante campeona europea y mundial, ha subido muchos enteros. Con cierta intensidad se vive el derby Boca-River y los choques del Madrid con el Barça.

Los aficionados al más universal de los deportes conocen al dedillo la trayectoria deportiva y hasta los cotilleos de las grandes estrellas. Saben más de los futbolistas de otros países que de los cubanos.

No se descarta que a tono con la actual política de recortes y ahorros, el gobierno de un plumazo elimine los gastos que ocasiona la celebración de torneos nacionales de fútbol. Otra cosa sería si la televisión dejara de trasmitir los tres espacios semanales dedicados al fútbol mundial, que se complementan con una programación radial que da seguimiento a las ligas del viejo continente.

Ya quisieran los cubanos que el béisbol internacional tuviera la misma difusión. Pero al gobierno y al partido no les cuadra. Comparado con el poderoso ejército de amantes y conocedores del buen béisbol, los seguidores del fútbol son minoría en la isla.

Que sean menos no impide que suspiren por un tipo de toque concreto como Xavi Hernández o un matador al estilo del camerunés Samuel E’too. Los hinchas locales aspiran a tener un día jugadores del corte de Lionel Messi o Cristiano Ronaldo. En el fútbol cubano se buscan artistas. Y soñar es gratis.

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