Por Mauricio Vicent
En La Cocina de Lilliam hoy no hay garbanzos fritos, uno de los platos preferidos de Luis Alberto García. Pero da igual. Elegimos esta afamada 'paladar' de La Habana por otra razón: este restaurante privado fue la casa de Minín Bujones, una de las primeras actrices que tuvo Cuba, y hoy nuestro propósito es hablar de cine... Bueno, de cine y -como siempre- de política... "Es una maldición. Cuando te entrevistan o sales de Cuba te preguntan antes por Fidel Castro que por tu última película", dice el actor.
A sus 47 años, el cine y el teatro están en el centro de su vida. Su padre era un conocido actor cubano y él ha trabajado en más de 30 largometrajes y otros tantos cortos, además de participar en numerosas series televisivas y de dirigir un documental. "Me gustan los personajes negativos: tienen más sustancia, más hueso", dice.
Pide una cerveza fuerte y comenta que sus últimos papeles reflejan realidades antes nada frecuentes en el cine cubano: un policía corrupto en una película que habla sobre la prostitución masculina; un padre maltratador; el ciudadano Nicanor O'Donnell, un antihéroe protagonista de una saga de aventuras cortas que critican con mordacidad la realidad socialista.
"Cada vez en el cine hay más vocación de riesgo y un mayor compromiso con la verdad", afirma. Los argumentos están más pegados a la realidad y "la realidad es más dura que cualquier película". Cree que el auge del cine independiente en Cuba ha contribuido a derribar muros, aunque a veces hay que pagar un precio por la irreverencia.
Lo sucedido con la saga de Nicanor lo demuestra... En el primer corto, llamado Monte Rouge (2004), dos agentes de la policía secreta se presentan en casa del protagonista y le piden permiso para instalar unos micrófonos y grabar sus conversaciones "contrarrevolucionarias". La divertida parodia sentó tan mal que Luis Alberto y los demás participantes estuvieron meses vetados en televisión. "Casi nos transforman en traidores a la patria", afirma. "En otros lugares nos querían presentar como los líderes disidentes que no éramos", y hasta hubo quienes dijeron que el corto lo había mandado hacer el Gobierno para dar una falsa imagen de apertura. "En fin, da risa, pero es lamentable".
La séptima entrega de Nicanor (Pas de Quatre) acaba de salir. "Ante lo fatal que está el transporte, Nicanor decide hacer algo por cuenta propia para ayudar a los demás... Pero hasta eso levanta ronchas y termina con un batacazo en la cabeza".
Pide un postre bien cubano, cascos de guayaba con queso. Dulce y salado. Luis Alberto recuerda que Minín Bujones se fue de Cuba nada más triunfar la revolución. Como la mayoría de los cubanos de su generación, él tiene muchos amigos fuera del país. "Demasiados", sentencia. Cree que la única forma de que los jóvenes no sigan marchándose "es que sientan que pueden tener un futuro aquí, y eso no se consigue con consignas". De los famosos y esperados cambios, mejor ni hablar...
Antes del café Luis Alberto García lo dice bien claro: no se va a largar de su país, ni va a abandonar los "personajes incómodos". Y amén.
(Publicado en El País el 13.10.09).
La Cocina de Lilliam*
- Punta de filete, 15 CUC (peso convertible).
- Cascos de guayaba, 3.- Filete a la Dutch, 15.
- Cerveza, agua, cafés 14,85.Total: 47.85 CUC (35,17 euros).
* Es una de las más famosas "paladares" (restaurantes particulares) de Cuba. Dirección: Calle 48 No. 1311 entre 13 y 15, Miramar, Ciudad de La Habana. Telf: (00537) 209-6514.
Adoré, amigo, adoré "La Cocina de Lilliam"
ResponderEliminarAbrazote.
Que le pregunten antes por Fidel es normal, Fidel Castro ha ocupado la plaza que antes ocupaban los artistas y la cultura cubana, ha ocupado la plaza de Cuba. Cuba=Fidel, desgraciadamente.
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