Google
 

jueves, 29 de octubre de 2009

Atrapados

Vistabana por jimy73.

Por Tania Quintero

Aunque el gobierno cubano no escatima recursos para dar al mundo la imagen de que somos un pueblo victorioso, llenos de esperanza y de fe en el futuro luminoso de la patria socialista, la realidad de la calle lo desmiente. Es la conclusión después de haber conversado con medio centenar de personas de diversas edades, ocupaciones, poder adquisitivo y postura politica.

Las entrevistas personales tuvieron lugar a lo largo del mes de julio de 1997. Por temor a represalias, ninguno de los encuestados autorizó a dar sus nombres. 25 personas eran negras o mestizas, 24 blancos y uno de origen chino. En el grupo había 30 hombres (la mitad eran solteros), y 20 mujeres (8 solteras, 10 casadas y 2 viudas). Las edades variaron entre los 16 y 70 años y la entrada promedio de 400 pesos, equivalente a 20 dólares, muy por encima de la media nacional. Profesionales eran 9; empleados estatales, 11; trabajadores por cuenta propia, 5; estudiantes de nivel medio superior, 14; amas de casa, 6; jubilados, 3, y desocupados, 2. De los 50, dos eran militantes del partido y dos de la juventud comunista.

No había ningún militar en activo, aunque 7 de los 30 del sexo masculino fueron combatientes en Angola o Etiopía. "Somos unos desesperanzados que estamos con los brazos amarrados en un callejón sin salida", dijo una jubilada de 70 años que cada dia amenaza a su familia con ahorcarse, "por lo obtinada que estoy de haber luchado tanto en la vida para ahora vivir sin poder comer lo que quiero y sin poder decir lo que siento". Para ella, como para el resto lo más enanejante no son las precarias condiciones de vida, sino tener que soportar la propaganda oficial con su retórica y sus consignas.

Una ama de casa, 51 anos, piensa que "este país es una locura, una farsa", si pudiera irse "mañana mismo me iba de esta Isla enjaulada".

Su esposo, más pausado, es trabajador por cuenta propia. En el hogar no faltan recursos -los dos tienen familiares en los Estados Unidos que regularmente les envían dólares-, pero ellos quisieran que al menos hubiera un mínimo de libertad en la prensa. "Mire, dice él, en el transcurso de cuarenta días en La Habana han matado a dos turistas europeos por móviles delictivos y la prensa aquí no ha dicho nada. Si hubiera ocurrido en la Florida hubieran repetido hasta la saciedad la noticia".

Lo de la difusión fue tópico que interesó a todos los entrevistados. Un obrero de la construcción, de 43 años, opina que la gente está hastiada de la manipulación diaria que la ideología partidista intenta hacer con lo que ocurre en el país y en el mundo.

Para un estudiante universitario de 19 años, "lo peor es que pocos son los que tienen acceso a periódicos y revistas extranjeras o tienen posibilidad de escuchar emisoras foráneas". Su novia, alumna de una escuela de arte, añade que "quisiéramos oír la BBC, Radio Exterior de España o la Voz de los Estados Unidos".

Con la caída de la URSS y el socialismo europeo, en Cuba dejaron de vender radios de onda corta. A partir de 1993, tras la legalización del dólar, comenzaron a venderlos, pero en estos momentos no se consiguen en el mercado nacional.

Un empleado de una tienda recaudadora de divisas, manifestó que en los radios ahora ofertados, no se puede coger la onda corta, sólo AM y FM. Una vendedora de maní preguntada al respecto, declaró que no sabe si eso es cierto pues ella no tiene acceso al dólar, pero sí que llevó su viejo VEF-206, de fabricacion rusa, al consolidado (taller estatal de reparación) y cuando fue a sintonizar la novela en Radio Martí, se percató que le habían quitado las bandas con esa frecuencia. Por qué no reclamó?, le pregunto. "Para qué, usted mejor que yo sabe que este sistema se ha hecho para que uno no pueda reclamar ni protestar".

Precisamente la condición de país desinformado y supercontrolado es lo que más enardece a los jóvenes nacidos después de 1967, año de la muerte del Che en la selva boliviana y quien entre sus metas tuvo la de formar un hombre nuevo.

"Nosotros tratamos de buscar un hueco, un respiradero que impida nuestra asfixia espiritual. Yo evito la mediocridad en que ha caído la sociedad cubana compartiendo con otros que, al igual que yo, piensan que Cuba hace rato se quedó detenida en el tiempo", confiesa un artesano de 26 años. Una amiga que le acompaña dice que trabaja en turismo, "lo que hace más llevadera mi existencia, pero interiormente me siento tan oprimida e infeliz como cualquier cubano".

Un taxista particular de 30 años piensa que lo peor de todo es la sobrevaloración que se le da a todo lo que sea extranjero. "Soy negro, de origen humilde y procedo de una familia que es comunista desde antes de 1959 y por eso puedo decirle que en estos momentos nadie tiene respuesta para nuestro futuro: ni el gobierno, ni la oposicion". En su criterio, porque "los gobernantes no quieren convencerse de que ya su cuarto de hora pasó y deben dejarle el puesto a otros, y los disidentes porque son víctimas de una represión brutal que los mantiene aislados, sin poder llegar a la gente".

(Publicado en Cubafreepress el 8.8.98)

1 comentario:

  1. Así mismo es...cuánto abandono.Gracias por lo que narras y muestras.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar