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lunes, 6 de octubre de 2008

Ciudad de La Habana


La Ciudad de La Habana tiene alrededor de 2 millones y medio de habitantes. Por el norte limita con el Estrecho de la Florida, en el Oceáno Atlántico, y por el sur, este y oeste con la provincia Habana (antes de la división político-administrativa de 1976, La Habana era una sola provincia, después fue dividida en dos: Ciudad de La Habana, donde radica la capital del país, y Habana, que quedó como la región agrícola-industrial de la capital).

Por su extensión, la Ciudad de La Habana, es la provincia más pequeña de Cuba. Tiene 15 municipios: Habana Vieja, Habana del Este, Centro Habana, Cerro, Diez de Octubre, Guanabacoa, Regla, San Miguel del Padrón, La Lisa, Marianao, Playa, Boyeros, Cotorro, Arroyo Naranjo y Plaza de la Revolución.


La Villa San Cristóbal de La Habana fue fundada por Diego Velázquez el 16 de noviembre de 1519 y fue la sexta villa fundada por los colonizadores españoles. La Plaza de Armas, situada frente al Palacio de los Capitanes Generales, hoy Museo de la Ciudad, en la época colonial fue centro de la vida oficial y pública de La Habana. Allí se alza un monumento muy peculiar, El Templete, una columna con una inscripción en latín, casi borrada, que dice: "Detén el paso, caminante". En ese lugar, en el siglo XVI, hubo una ceiba y a su sombra se celebró la primera misa y el primer cabildo.

La Habana resurgió en varias ocasiones de los escombros y cenizas a que la redujeron los distintos ataques de piratas y corsarios franceses durante la primera mitad del siglo XVI. En esa época, el Puerto de La Habana fue el mejor protegido de las Américas y a él llegaban oro, plata, alpaca, esmeraldas, maderas preciosas, especias, cueros, maíz, papas, cacao, mandioca. procedentes de las distintas naciones hispanoamericanas y que desde el puerto habanero en días señalados, partían convoyados hacia España.


El 20 de diciembre de 1592 Felipe II confirió a La Habana el título de Ciudad. Por mandato de la Corona Española, en el siglo XVII fue fortificada, por considerarla "Llave del Nuevo Mundo y antemural de las Indias Occidentales". Durante ese siglo, en La Habana surgen construcciones monumentales, civiles y religiosas, como el Convento de San Agustín, la Iglesia del Santo Angel, el Hospital de San Lázaro y la conclusión del Castillo del Morro, a la entrada de la bahía.

Al amanecer del 6 de junio de 1762 apareció en el horizonte una impresionante armada británica, con más de 50 navíos y 14 mil hombres. Para tomar la ciudad, los ingleses tuvieron que rendir el Castillo del Morro, defendido por una guarnición española. Tras dos meses de sitio, La Habana se rindió. Durante un año fue gobernada por Sir Georges Keppel, hasta que a mediados de 1763 los ingleses se la devolvieron a los españoles a cambio de la Península de la Florida.

En ese mismo año se inició la construcción de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, la mayor construída por España en el Nuevo Mundo y que apuntaló el sistema defensivo de La Habana. Su posición privilegiada convirtió a la Fortaleza de la Cabaña en bastión inexpugnable. Contaba con un elevado número de cañones fundidos en Barcelona y que hoy simbólicamente custodian la entrada de la Bahía de La Habana.

En 1774 se realizó el primer censo oficial en Cuba: 171 mil 670 habitantes en total, de los cuales unas 70 mil personas vivían en La Habana. El censo arrojó que en la isla habían 44 mil 333 esclavos (aproximadamente un siglo después fue abolida la esclavitud en todo el país). Hacia fines del siglo XVIII La Habana se convirtió en una ciudad muy floreciente debido a su comercio marítimo. En 1818 se declaró libre su puerto y a partir de entonces el lujo y la ostentación se instaló en la ciudad. Las tiendas ofrecían el último grito de la moda en Europa y Estados Unidos; los teatros recibían a los mejores actores y cantantes del momento en todo el mundo y la burguesía construyó espléndidas mansiones, ganándose La Habana el sobrenombre del París de las Antillas.


En 1837 es inaugurado el primer tramo de ferrocarril, de 51 kilómetros, entre La Habana y Bejucal, y es usado para transportar azúcar desde el valle de Güines hasta el puerto habanero. Cuba se convirtió en el 5to. país del mundo en tener ferrocarril y el primero de los de habla hispana, España incluida.

A lo largo del siglo XIX La Habana se enriquece con centros culturales como el Teatro Tacón y el Liceo Artístico y Literario, entre otros, y es visitada por europeos de renombre, como Alejandro de Humboldt, quien quedó maravillado con el puerto y la ciudad.

En 1863 las murallas que protegieron la ciudad de piratas y corsarios fueron derribadas para propiciar la expansión y construcción de nuevas edificaciones. A fines de ese siglo, las clases acomodadas dejaron sus casonas en el Cerro para irse a vivir a una nueva barriada, El Vedado. En el siglo XX, emigraron hacia Miramar, una zona con más verde y apartada. Posteriormente, los más ricos decidieron asentarse en repartos exclusivos, el Havana Biltmore y el Country Club, rebautizados por la revolución con los nombres aborígenes de Siboney y Cubanacán.

El siglo XX se había iniciado en Cuba con la derrota de España por Estados Unidos. Bajo la ocupación estadunidense, La Habana no sólo cobró nuevo auge, sino que por vez primera se realizaron obras en beneficio de la población, como la construcción de un gran acueducto, iluminación, limpieza y saneamiento de la ciudad así como la vacunación obligatoria.


Es también el siglo donde se construyen suntuosos hoteles con casinos (Hotel Nacional, Havana Hilton, hoy Habana Libre y Havana Riviera) y cabarets como Tropicana, Sans Souci y Montmatre. Meyer Lanski, Lucky Luciano y Santo Trafficante, entre otros mafiosos estadounidenses de origen italiano, operan a sus anchas en la capital cubana.

Por la ciudad transitan los últimos modelos de Cadillac, Chevrolet, Buick, Chrysler, Ford, Oldsmobile... En 1950 la televisión llega a Cuba y muy pronto muchas familias pueden comprar televisores, todos made in USA, al igual que sus radios, refrigeradores, lavadoras y ventiladores, que enseguida llegaban al país, a precios relativamente módicos.

Por el clima, casi todos los bancos, cines, oficinas, tiendas, restaurantes y cafeterías tenían aire acondicionado, al igual que en muchas casas. El más pobre de los cubanos se bañaba con jabón Palmolive o Camay y cepillaba sus dientes con pasta Colgate, marcas fabricadas en Cuba: antes de 1959 la industria ligera, en particular la alimenticia, había alcanzado un notable desarrollo. No había famoso que no pasara por La Habana: Frank Sinatra, Nat King Cole, Ava Gardner, Marlon Brando... Casi todos se hospedaban en el Hotel Nacional y hoy allí pueden verse fotos de cuando La Habana era una de las capitales más cosmopolitas de las Américas.

Uno de los famosos que tuvo una gran vinculación con La Habana fue el escritor Ernest Hemingway, quien durante sus primeras estancias se hospedaba en el hotel Ambos Mundos, cercano al puerto y su ambiente marinero. A partir de 1940 se iría a vivir a la Finca La Vigía, una extensión de nueve hectáreas sobre una colina en el municipio San Miguel del Padrón, en las afueras de la ciudad. Allí residió hasta 1960, cuando se suicidó. En 1962 fue convertido en Museo Hemingway.


La Habana Vieja es el municipio más antiguo de la ciudad, sus casas y edificios se remontan al siglo XVI. Está formada a partir del Puerto y la Plaza de Armas. A algunos visitantes les recuerda Cádiz y Tenerife. El escritor cubano Alejo Carpentier la llamo "ciudad de las columnas", pero también pudiera ser denominada "de las rejas" o "de los portales".

En La Habana Vieja se encuentran los grandes monumentos antiguos, murallas, palacios, conventos, fortalezas, plazoletas y callejuelas. En 1981 fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Entre los museos más importantes se encuentra el Museo de la Ciudad, en el otrora Palacio de los Capitanes Generales y que hasta 1920 fue Palacio Presidencial. Muy cerca se localiza el Palacio del Segundo Cabo, sede del Instituto Cubano del Libro; el Templete y el Castillo de la Real Fuerza. A pocos metros, en la Plaza de la Catedral, radica el Museo de Arte Colonial.


Pero si algo distingue a la Ciudad de La Habana es su malecón, que se extiende por todo el litoral de la costa norte desde más allá del Castillo de La Punta, que incluye la zona portuaria, hasta la desembocadura del río Almendares.

Mapa y fotos: Google-Imágenes

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