sábado, 16 de junio de 2007

Carta desde Bolivia

CARTA DESDE BOLIVIA

Estimados lectores:
Por considerar interesante lo que un amigo cubano me ha contado, acerca de su estancia en Vallegrande y La Higuera, dos sitios vinculados a uno de los mitos del siglo veinte, he decidido compartir con ustedes su carta-email, recibida el 15 de junio de 2007.
Y como el Che tuvo y tiene tantos defensores como detractores, después de buscar entre muchos videos, me he decidido por dos cuyos links he puesto al final.

Desde Lucerna les saluda,
Tania Quintero



Querida Tania:
Me encuentro en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde vine a visitar a un amigo que hacía once años no veía. Ayer fuimos a La Higuera, donde murió Guevara, pues además de sitio de la izquierda europea y del avejentado proyecto cubano (que no nos representa a nosotros) es un sitio con un pedazo de nuestra historia, y además es bellísimo.
Fue increíble ver aquellos apartados montes áridos y pensar cómo diablos el Che pudo pensar que ahí se podía ganar o instaurar cualquier guerrilla exitosa. No hay un carajo en esos montes, había que estar loco, muy fumado, o muy desinformado (esta posibilidad es la más segura) para meterse en aquellos lares donde el diablo dio las tres voces.
Fuimos a Vallegrande primero, que fue donde expusieron su cadáver, en la lavandería; después seguimos por el monte (en coche, claro) hasta llegar a varias aldeas y al final a La Higuera. Como era 14 de junio, coincidimos con un acto por su cumpleaños. Ya había terminado el discurso y el acto, pero seguía la fiesta de la nueva izquierda latinoamericana: cubanos, venezolanos y bolivianos.
Aquello daba grima, pues no era más que el típico acto-fiesta-pachanga a que tan acostumbrados nos tienen los jeques de la revolución cubana y sus satéites. Hubo de todo en tal acto, desde la ingestión de suculentos platos venezolanos-cubanos-bolivianos hasta fotos de cubanas y venezolanas de angostas cinturas restregando sus descomunales traseros en la cara del busto del guerrillero cubano-argentino. También muchas otras fotos en la escuelita, donde ya no sabía si se festejaba al mítico personaje, a su muerte, a sus captores, o simplemente se celebraba llegar a tal famoso santuario de peregrinación izquierdista.
Todos enarbolaban banderas y se peleaban por una edición de lujo (de alguna editorial cubana o venezolana) del libro "Cien horas con Fidel" de Ignacio Ramonet. Además gritaban, coreaban con la clásica chusmería tipica de cualquier solar de la Habana Vieja (o del Táchira, quizás). La presencia mía y de mi amigo produjo que algunos tipejos llevando la conocida vestimenta sospechosa y evocadora de gafas oscuras y camisitas de cuadros nos miraran llenos de recelos. Aquéllo era el suburbio astral manifestado!
A pesar de toda aquella locura valía la pena ver aquel sitio, su gran belleza, su soledad e imaginarse (más bien preguntarse) qué utopías, ideas, sueños o fantasías habrían llevado a gente de tan lejos a llevar tan descabellado proyecto en un lugar tan alejado de la geografía latinoamericana.
Besos desde Santa Cruz de Bolivia.
El vecino friki.

Enlaces:
Comandante Che Guevara (6/6), 09:57 minutos, última parte de un documental realizado por italianos y narrado en inglés, aquí.
Ernesto "Che" Guevara: Una gran farsa marxista (I), 09:53 minutos, primera parte del documental Anatomía de un mito, realizado por cubanos exiliados, aquí.

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