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miércoles, 25 de abril de 2007

QUIMERA NEGRA
Por Iván García

A pesar de ser Cuba una isla mestiza, en la escala social el negro siempre ha permanecido en el sótano. Sin aparantes contradicciones raciales y una política institucional donde oficialmente el negro es igual al blanco, muchos se preguntan por qué viven peor y entre ellos hay mayor número de marginales, presos y fracasados. El triunfo para el negro roza con la quimera.

Nadie en Cuba se atreve a debatir acerca del peliagudo tema y las condiciones de vida del negro. Excepto Fidel Castro. Públicamente lo ha planteado en contadas ocasiones. Una de ellas fue el 22 de marzo de 1959. Entonces llamó a un debate nacional y pidió a periodistas e intelectuales su participación en el análisis de las causas del racismo.

El 7 de febrero de 2003, cuarenta y cuatro años después, Castro abordó nuevamente el tema negro. Lo hizo durante la clausura de un congreso de pedagogía. Esta vez no pidió debatirlo. Lo mencionó y reconoció. Es algo.

Puede que al igual que ha ocurrido con los casos de retraso mental y niños bajos de peso y talla, equipos multidisciplinarios de especialistas de todo el país tengan la encomienda de estudiar la situación de los negros en Cuba. Ojalá.

El coronel de San Leopoldo

En la barriada mayoritariamente negra y pobre de San Leopoldo, en el centro de La Habana, a José Ortiz, 70, aún le llaman “el coronel”. Negro color teléfono, de sus ancestros haitianos aún conserva el idioma francés y las interioridades de la religión vudú. Con siete décadas a cuestas, todavía posee el porte marcial de los que alguna vez fueron militares. Su pelo canoso, sus manazas enormes y callosas y su rostro ajado y triste denotan que fue un hombre de trabajo y que en este siglo de internet y globalización es un frustrado. Al menos así él lo cree.

Su historia es la de muchos cubanos que se consagraron a la revolución de Fidel Castro. Antes, en la década 1940-50, cortó caña como si fuese un esclavo. Laboró en casi todos los ingenios del centro y oriente del país: Violeta, Tuinucú, Jaronú, Tinguaro... “Fui a la escuela hasta el segundo grado y mi futuro era la mocha y el trabajo duro”, recuerda Ortiz mientras se quita y estruja con las manos una gastada gorra de beisbol de los Marlins de la Florida.

En la revolución de 1959 vio José Ortiz una esperanza, una posibilidad de ser persona. “Arribé a La Habana en febrero del 61. Me hice miliciano. Luego ingresé en las fuerzas armadas, de donde me licencié con grado de teniente coronel”. Estuvo en todas las aventuras militares de Castro por Africa: Argelia, El Congo, Etiopía y, por supuesto, Angola. Fue uno de los cientos de miles de negros y mulatos a quienes el gobierno cubano, aprovechándose de su raza, utilizó como punta de lanza en las guerras africanas.

“No peleaba por un ideal. Apenas conocía y no me interesaba la situación de los países africanos. Lo hice por lealtad a Fidel. En ese momentos éramos jóvenes e inmaduros y creíamos que era una revolución para los negros. Cuarenta años después no pienso igual. Creo que simplemente fuimos conejitos de indias”, dice Ortiz con amargura contenida.

Si damos crédito al escritor Norberto Fuentes, el general Arnaldo Ochoa habría dicho que dos de los mejores exponentes en las fuerzas armadas, Víctor Dreke y Silvino Colás, llegaron a ser generales por circunstancias, no por mérito.

José Ortiz siente que es un perdedor. Tiene cuatro hijos y ninguno siguió su mismo camino revolucionario. “La hembra fue prostituta, pero tuvo suerte. Se casó y ahora vive en Europa. De los otros tres, varones, dos están en Miami y el menor preso, por un delito de robo con fuerza. Para ellos Fidel Castro es el demonio. En un momento pensé que se habían deformado debido a que apenas tuve tiempo para estar a su lado. Ahora, próximo a la muerte, con pena tengo que confesar que pienso igual que mis hijos”. Y mira resignado al cielo.
Problema negro

La situación del negro y el mestizo en Cuba aparentemente no es un problema. Pero lo es. Desde que en la isla se abolió la esclavitud, en el lejano 1886, el negro no ha avanzado en la pirámide social como debiera. A partir de la instauración de la república, el 20 de mayo de 1902, ha existido un amplio abanico de variantes racistas. Desde la más sutil hasta la más abierta.

Parques, escuelas y clubes sólo para blancos hubo en esa época. En respuesta, los negros se aglutinaron y crearon sociedades, colegios y sectas religiosas. Se trataban unos a otros, pero se sabían diferentes.
En la década de 1940 a 1950 se produjeron notables avances sociales, pese a la discriminación. Con la llegada de Castro al poder se pensó que esas barreras desaparecerían. Al aliarse muy pronto al comunismo ruso, esa idea creció entre la gente negra.

Si en algunos partidos los negros eran líderes era en el comunista. El PSP (Partido Socialista Popular) estaba dirigido por un mulato oriental, Blas Roca. Varios de sus políticos más destacados eran negros o mulatos: Jesús Menéndez, dirigente de los azucareros, asesinado en 1948; Aracelio Iglesias, portavoz de los obreros portuarios, también asesinado; Lázaro Peña, líder sindical; Salvador García Agüero, pedagogo, por muchos considerado el más grande orador cubano y el poeta Nicolás Guillén, un camagüeyano que se afilió al PSP.

Más que débil, Blas Roca fue cobarde y entreguista en su política después de 1959. Sin concesiones entregó el mando de su partido a Fidel Castro y éste lo diluyó y fragmentó a su manera. Si alguna fuerza política hubiera podido clamar con énfasis por el problema de los negros en Cuba, ése hubiera sido el PSP. Porque en sus filas militaban intelectuales negros de primera y blancos de avanzadas ideas que estaban muy lejos de ser racistas. Pero bajaron la cabeza. Y a pesar de que Castro y su revolución han intentado eliminar barreras, la situación del negro sigue siendo un polvorín.

Hasta donde se sabe, Castro no es racista. Pero al igual que un cosmonauta está alejado de la tierra, él lo ha estado de la realidad: siempre ha desconocido lo muy distinta que es la vida del negro cubano. Peca de ingenuo –aunque en su discurso del 7 de febrero del 2003 mostró preocupación, probablemente motivado por el alto porcentaje de población negra y mestiza que arrojó el Censo de 2002.

Caja de Pandora
Son situaciones pequeñas, contradictorias, sutiles que se han ido acumulando con los años y en este tercer milenio se han convertido en una caja de Pandora. Y aquí estamos. En esta Habana descolorida y mestiza, bullanguera y sucia, donde negros, mestizos y blancos caminan rápido, montan en las mismas guaguas y hablan entre sí. Pero existen barreras.

¿Humanas? ¿Mentales? Tal vez las dos. El sociólogo Carlos Pérez, 29, cree que el negro no triunfa como debiera en Cuba porque su camino está lleno de piedras. “Yo estudié en una escuela élite, la Vocacional Lenin. Éramos como 900 estudiantes y los negros y mestizos no superábamos el centenar. Siempre me pregunté ¿por qué?” -y aprovecha para encender un cigarro.

“Luego, al graduarme en la universidad, he iniciado una investigación personal. La respuesta es simple: esta revolución es de blancos, con unos pocos negros y mulatos. Cuando hay algún negro como Esteban Lazo (en ese momento primer secretario del partido en la ciudad de La Habana), es una respuesta política, una evidente manipulación”, afirma el sociólogo.

Según Pérez, estadísticas oficiales reportan que el 60 por ciento o más de la población cubana es negra o mestiza, pero esta superioridad no se revierte en puestos de importancia social. “El 90 por ciento de los ministros, gerentes de empresas importantes, intelectuales destacados, son blancos. Entre las carreras donde existe un mayor número de negros y mulatos es en medicina y derecho, por aquello de que el papá pobre e iletrado siempre soñó que su hijo fuera abogado o doctor”.

Para Carlos, Cuba no es una sociedad racista, pero cohabitan dos mundos que se saben diferentes: uno blanco y otro negro. Si lo dudan, pregúntenle a Roberto Díaz, 36, quien por segunda casa ha tenido la prisión. Sólo tiene sexto grado, escribe con una letra de rasgos infantiles y lee con desesperante calma. Díaz es sinónimo de vida hueca e inútil.

Desde los 14 años ha vivido de prisión en prisión. No culpa a nadie. Ni siquiera a sus padres, quienes se marcharon en 1980, cuando la estampida del Mariel y nunca más supo de ellos. “Sólo sé robar, estafar y estar mezclado en riñas. Me crió una abuela que no tenía un centavo. Cuando crecí y me ví msierablemente vestido, sin dinero, sin novia y sin un futuro, me apropié de las cosas por la fuerza”.

El futuro es una mala palabra para él. Vive el presente. Y de prisa. Mide seis pies y pesa casi cien kilos. Si algo provechoso ha sacado de la cárcel han sido los ejercicios físicos. Es todo músculo. Y lo aprovecha para sus fechorías. Más bien ha vivido pequeños oasis de libertad. Entre los 14 y 36 años, en diferentes períodos, ha permanecido diecisiete años tras las rejas. “Nunca me cuestiono por qué los negros estamos marcados por la desgracia. Es evidente que no tenemos la suerte de los blancos”, dice Roberto con rabia.

Vive de su marginalidad, programando asaltos, apostando, jugando cartas y silot –prohibidos por el gobierno. Anda con prostitutas, gastando el dinero fácil a manos llenas. Cuando le pesca la policía y va a prisión, allí se desenvuelve con habilidad. Es su vieja morada. La promiscuidad, la violencia y la forma de sobrevivir en las infernales cárceles cubanas las conoce a la perfección Roberto Díaz.

De acuerdo con la comisión de derechos humanos presidida por el disidente Elizardo Sánchez, en Cuba hay más de 100 mil presos comunes. Si damos crédito al porcentaje dado por Castro en un discurso ante estudiantes de prevención social, de que el 88 por ciento de los presos son negros o mestizos, la cifra de reos de esas razas sería aproximadamente de 88 mil. Ocho veces mayor que la de los blancos. Y van a la prisión por motivos diferentes. El negro y el mestizo van por intentar sobrevivir en las duras condiciones de la vida cubana.

Aunque de ningún modo se justifica que roben para comer, vestirse, lucir prendas, tener dinero, acostarse con mujeres blancas, poder comprar autos o motos, ir a discotecas, clubes, restaurantes, cabarets como Tropicana y, en general, llegar a ser una “persona solvente”, ésas fueron las respuestas dadas por medio centenar de negros y mestizos encuestados, todos marginales y desocupados.

Con ese fin, provocan los robos más violentos, los asaltos mas sonados y los asesinatos mas aberrantes cometidos en el país por cubanos que en la mayoría de los casos son descendientes de africanos o mezclados con éstos.

El delito de los blancos, según el sociólogo Carlos Pérez, suele ser de otro tipo: matarifes (robar y matar reses), desvío de recursos, estafa, corrupción y un sin número de delitos de cuello blanco. “Son tipificaciones distintas. El negro roba para vivir lo mejor posible. El blanco para tener aún más y enriquecerse. Hasta en la prisión se notan las diferencias. Son distintos”, asegura.
Es cierto que las fechorías mas deleznables suelen cometerlas los negros. Rara vez ellos son gerentes ni dirigentes de instalaciones donde se mueven grandes sumas de dinero, ya sea en pesos o en divisas. Por lo tanto, sus robos casi siempre son de corte violento.

6 comentarios:

  1. Hola Ivan:
    No se si podras leer esta respuesta, pero son palabras muy oportunas y necesarias. La historia personal de Roberto es pero una mueca mas en un carnaval de dizfraces. Aun aqui en los EEUU a veces nos piden que prorroguemos nuestros anhelos de igualdad en aras del deber patrio.
    No me sorprende ahora Antunez cuando les indica a sus interlocutores que la diligencia mas dificil es ser negro y patriota. Ya lo sabiamos, ya habiamos caminado ese trillo. Muchos creen que la imagen del negro que perdura es una cosa cosa del pasado, que se heredo de una condicion politica y economica distinta a la que existe hoy en dia. Es pecar de ingenuo o tonto el creer semejante cosa. Desde los chistes y el choteo que deshumanizan a los integrantes de la raza de color, hasta la tergiversacion y revicionismo de la historia Cubana, el negro Cubano esta bajo un sistematico acoso que le impide su progreso y actualizacion. El chantaje historico al que el negro esta sometido tiene su origen , en mi opinion, en una supuesta deuda que existe con la dirigencia actual. Esta deuda se debe a los supuestos logros que los negros han obtenido en materia educativa principalmente bajo la tirania de los Castro. La ligereza con la cual algunos lideres tildan al negro de divisionista si trae una agenda que incluya la igualdad del negro, ha sido otro modo de mantener al negro en su lugar. Mas cruel e indicativo de intenciones nada agradables es la insistencia en separar el Negro del Mulato diluyendo asi la viabilidad politica que emana de los numeros. No estas solo en tus observaciones Ivan, solo hay que educar al negro Cubano para que accepte su realidad y decida cambiarla, empezando con la nocion de que el unico paraiso creado en Cuba ha sido para los ociosos y los incapaces.

    Saludos

    Pedro Dupre

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  2. ¿No es Fidel racista?. Los mismos datos que das en tu post hablan por si solos. Sería un suicidio político si Fidel se declara racista en un país con la población, como tu mismo señalas, con mayoría negra y mestiza. Su racismo es más diluido, menos perceptible, pero está ahí como bien dices, en las esferas del gobierno. Quizás si no llevara 46 años en el poder absoluto, se pudiera alegar en su descargo el poco tiempo para introducir cambios satisfactorios en el tema del racismo; pero esto no es así, ha tenido tiempo de sobra para hacerlo y tener resultados. Es cierto que se le dió mayor acceso a los negros a distintas esferas del país, pero eso ya existía, con los lastres de nuestra historia, pero existía; había negros en la universidad, etc. Ahora, en cambio, aún cuando se aumentó ese acceso, no está presente en las esferas de dirección, lo que demuestra que Fidel Castro si es racista, los niveles por debajo de él, reflejan la posición del gobierno, ninguno se atrevería a hacer algo en contra del deseo del dictador, y con solo manifestar o demostrar este el deseo de igualar o acercar al menos las cifras de personas en cargos directivos, obligaría a esos niveles a actuar a tono con la época. Es mi parecer, que después de la dictadura, se verá cambios en bien de los negros y mestizos; está abonado desde ha mucho el sentir del cubano.

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  3. Pedro, Karamchand:
    Iván vive en La Habana y no tiene acceso a internet, él acaba de enterarse de este blog, pero no lo ha visto.
    Las opiniones por ustedes vertidas son válidas, pero preferiría no responder por él. Además, es la primera parte, faltan dos o tres más por publicar.
    Después saldrá uno mío, A flor de la piel, sobre la mujer negra cubana, dedicado a Belkis Ayón, quien decidió acabar con su carrera de pintora y con su vida disparándose un tiro.
    Saludos y abrazos, Tania

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  4. Ah, ya, es que no ví el parte 1 o primera parte, bueno, que venga lo otro porque este está interesenta, es un debate postergado dentro y fuera de Cuba, de manera que es necesario.Creo que el único lugar donde he escuchado sobre el tema es un programa de Radio Martí.

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  5. Mas se perdio en Cuba

    Por que va Espana a contravenir sus propios intereses?. Leyendo a Osvaldo Paya en la Revista Encuentro en la Red me parecio se sintio casi obligado a decir algo sobre lo que ocurre entre el oportunista de Moratinos, Canciller del gobierno de Zapatero y el Gobierno de Cuba y el berrinche que esto causa a muchos Cubanos por el tenor de estas audiencias. Es necesario decir algo, me imagino, penso Osvaldo, lastimosamente, peco de ingenuo cuando asevero que las naciones que mantienen relaciones “ politicas, economicas y culturales con otras, deben ser consequentes en sus relaciones con los valores y principios de la democracia y de los derechos humanos? En la historia que podemos hoy leer toda relacion entre naciones fue concevida en tramas, ventajas y desventajas e intereses. Los mas nefastos regimens de la siempre tuvieron padrinos y quien los apoyaran.
    La Espana de Franco resolvio por sus propias rezones mantener las relaciones con el regimen de La Habana, debia decir el regimen de Biran, y durante muchos anos fue la valvula de escape y modo de comunicacion con el mundo Occidental, La Carta de Espana fue la primera fuente de informacion extranjera que lei que no fuese imprimida en alguna parte del imperio sovietico. Claro, las leia e inmediatamente despues las recortaba para poder enrollar los tupamaros del dia.
    La Espana de Moratinos, la de Franco o la de Maria Cristina o Alfonso XIII, han codiciado su glorioso pasado y lo que perdieron cuando dejaron de ser un imperio.
    Ahora cuando en Cumbre tras Cumbre Espana, busca reintegrarse en la vida economica de las naciones de Sur y Centro America, casi como una reconquista. Como si la verguenza de 400 anos de crueldad e infamia se les borrara de la mente.
    Es especialmente vergonzoso en Cuba donde el Gobierno paria les ha dado entrada para dominar la industria del turismo. Los hotels que ayer pertenecian a Meyer Lanskyy otras personalidades del hampa Americana, hoy son del Sol Melia y otras a agencies Espanolas.
    Esto no preocupa a nadie aparentemente en los paladines del poder. El hecho de que son ahora los Espanoles, entre otros, aprovechandose de las circunstancias de nuestro pais para invertir es su mas rentable industria.
    Esto al parecer tiene a los Espanoles tan preocupados por que un nuevo gobierno en Cuba sin los Comunistas pudiese intervenir todas las propiedades y negocios Espanolas en la Isla catalogandoles de hacer negocios con el enemigo o haber conspirado con la elite comunista para esclavisar al pueblo Cubano. Es en estos momentos lo que esta pasando en la China donde una elite se ha enriquecido y el pueblo en general se empobrece cada dia mas en un capitalismo selectivo.
    Esto no es Hispanofobia sino Cubanofilia, aparentemente la dualidad de procedencia de muchos de nuestros coterraneos les impide ver con ojos claros la realidad que la madre patria implementa en nuestra isla. La actitud de Moratinos fue y es deplorable, la negativa de reconocer ante el mundo a los que con su sacrificio han pagado el ultimo precio por la libertad de su pais es una pura verguenza. Pero no veo a nadie intentando promover un embargo de productos Espanoles, urgiendo a los Cubanos exiliados tomar guarapo para las navidades en vez de cidra Espanola.
    A todas vistas los Espanoles quieren quedarse con sus pedazos de Cuba Comunismo o no, ya le echamos de casa una vez, le echaremos una vez mas.

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