ANTÚNEZ, LA DIGNIDAD HECHA HOMBRE
Ojalá la noticia sea cierta y que cuando este trabajo aparezca en mi blog, Jorge Luis García Pérez, más conocido por Antúnez, haya sido puesto en libertad.
Un día de diciembre de 2002, al finalizar una conferencia de prensa de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil de Cuba, en casa de Martha Beatriz Roque Cabello, conocí a Berta y Alejandro, hermana y cuñado de Antúnez.
Nos tiramos una foto delante de una bandera cubana que tenía prendida fotos de prisioneros de conciencia, entre ellas la de su hermano. A Antúnez lo habían trasladado para el Combinado del Este, en La Habana, y no faltaba mucho para la próxima visita. Aproveché para hacerle una carta y enviársela con Berta. Como la correspondencia a los presos es revisada, fui cuidadosa y prácticamente me limité al supuesto parentesco entre los dos: mi segundo apellido es Antúnez y toda mi familia materna es de Sancti Spiritus, cerca de Placetas, de donde son ellos.
A continuación reproduciré su carta, después otro comentario mío y fragmentos de su autobiografía, de su libro Boitel Vive Testimonio desde el actual presidio politico cubano, con prólogo de Huber Matos, presentado en Buenos Aires en diciembre de 2004 por Gabriel Salvia, director general del Centro para la Apertura y Desarrollo de América Latina (CADAL), y Hans Blomeier, representante en Argentina de la Fundación Konrad Adenauer de Alemania.
Pedro Luis Boitel, muerto en huelga de hambre el 25 de mayo de 1972
Antúnez redactó la carta en una hoja rayada con tres huecos, de ésas que se ponían en carpetas con argollas, tan utilizadas por los estudiantes de la superior y bachillerato, y que a precios módicos vendían en Ten Cents, librerías y quincallas.
Como todos los presos, escribió sin dejar margen, aprovechando al máximo las 33 líneas, por las dos caras. Su letra, de molde, es muy legible. La hoja la envolvió en un pedacito de papel blanco, que no sé cómo lo pudo pegar, y por fuera escribió
Para: Tania Quintero
Periodista Independiente
De: Antúnez
(En el medio puso su firma)
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Miércoles 15-01-03
Sra. Tania Quintero Antúnez
Apreciable hermana y compañera, ayer recibí su carta que me alegró sobremanera, puesto que resulta grato y alentador para un preso leer una carta, máxime cuando la escribe alguien de quien se tienen buenas referencias y la mejor de las impresiones. Quiera nuestro único Dios que cuando ésta llegue a sus manos disfrute de salud al igual que toda su familia, que la gracia y bendición de nuestro Señor se derrame siempre sobre todos.
Hermana, por lo que me cuenta y pude apreciar en relación a su genealogía y ascendencia, nuestros vínculos consanguíneos en alguna rama o generación coinciden, pues estando en la prisión “Nieves Morejón” (Provincia S. Spiritus) conocí a unos primos de mi papá que vivían en Cabaiguán (no lejos de Tuinicú), lamentablemente por determinadas causas y factores ajenos a mi responsabilidad, los familiares por línea paterna que conozco constituyen un núcleo reducido y cercano, si comparamos la extensión de nuestro árbol genealógico.
Me dice en su atenta carta que en uno de sus artículos me mencionó, y además me pide que le escriba para continuar haciéndolo, creáme que no me resulta fácil tal tarea, porque entre otras cosas temo caer en la inmodestia o alguna forma de egocentrismo, cualidades que tanto detesto y que no están en correspondencia con quienes luchamos y resistimos. Cada uno de nosotros sólo somos un soldado de la patria aportándole un granito de arena a esta bella y sagrada obra que es la lucha por la libertad de nuestro pueblo. En cambio, no voy a negarle que me gusta mucho escribir y más en lugares como éstos, donde la pluma constituye una herramienta de combate, porque considero que el mantener la postura y dignidad de preso político, así como las denuncias de cuantas violaciones a los derechos humanos, son aquí nuestros inmediatos objetivos. No obstante, me gustaría contra con su ayuda y colaboración en lo que respecta poner al desnudo ante el mundo y la opinion pública las masivas, flagrantes y sistemáticas violaciones que a la persona y dignidad humanas se practican con cotidiana impunidad.
Nos agradaría mucho que se escribiera sobre el Presidio Político (cubano) Pedro Luis Boitel, PP-PLB, agrupación de opositores encarcelados que fundamos a mediados del año 1995 en la Prisión Especial Kilo 8 (Camagüey), de cómo esa experiencia se ha extendido a no pocas prisiones del país, siendo una trinchera de lucha y resistencia y una incallable y digna tribuna de denuncias. Sobre la conformación del grupo y demás detalles puede acudir a mi hermana (Berta Antúnez). Ella además de suministrarle datos le puede facilitar muchos escritos al respecto. El Directorio Revolucionario Democrático con sede en Miami es en el exilio nuestro representante y vocero, por lo que ellos pueden brindarle la información que necesite sobre el PP-PLB. En estos días comenzaré a escribir un anecdotario sobre mi vida en prisión, que le haré llegar poco a poco.
El próximo 28 de enero nuestro grupo realizará diferentes actividades de corte cívico-contestario, así como un ayuno de 24 horas en el que en primerísimo lugar rendiremos un patriótico homaneja al más grande de todos los cubanos, nuestro Apóstol José Martí, y en segundo lugar a la fundación ese día, pero de 1998, del Movimiento Nacional de Resistencia Cívica “Pedro Luis Boitel” (MNRC-PLB), agrupación opositora que alberga en su seno a presos políticos, disidentes y sus familiares. Hace apenas unos días, el PP-PLB en el Combinado del Este emitimos un documento, rubricado por todos. Hace un llamado a las organizaciones de la oposición interna a que se sumen al homenaje.
El próximo 15 de marzo cumplo 13 años de ininterrumpida prisión. 13 años de crueles tratos, ensañamientos y todas las formas de represión, así como de forzosos destierros y humillantes prohibiciones. 25 años, 5 meses y 15 días era mi edad al ser arrestado, hoy tengo 38 años de edad, lo que quiere decir que he dejado prácticamente mi juventud entre celdas y barrotes. Estos años han sido duros y difíciles, a tal punto que aún no he podido ni tan siquiera pensar en el matrimonio o formar una familia, anhelo de toda persona sensata y civilizada. Pero siento el modesto y patriótico orgullo de haber abrazado la causa más noble y justa de todas. Mi mayor orgullo es que no han podido ni podrán jamás doblegarme, que gracias a Dios hoy no soy un autómata sino un ente que piensa y actúa con cabeza y voz propia, que si de algo tengo que arrepentirme es el no haber comenzado antes, porque si volviera a nacer haría lo mismo.
Bueno, hermana, concluyo la presente no sin antes saludar a toda su familia y ratificarle todo mi afecto y admiración.
Le abraza,
Antúnez (y al lado su firma)
Esa carta fue uno de los muchos papeles que saqué de mi casa entre el 18 y 20 de marzo de 2003. La guardé en casa de una amiga y cuando tuve oportunidad, se la envié a su hijo a Miami, para que me la guardara. En noviembre de 2004 me la remitió por correo. Uno de los pocos documentos y recuerdos personales que pude salvar y, de momento, que he podido recuperar.
Aunque la carta de Antúnez tiene fecha 15 de enero de 2003, hasta un mes después no la tuve en mis manos. Dispuesta estaba a hacer algo por él y el presidio político cubano cuando llegó el zarpazo de la represión. Unos meses después, mi salida de Cuba.
Ya en Suiza, en el exilio, en todas las oportunidades que tuve, no olvidé a Antúnez. Da fe este fragmento:
A la hora del recuento no se puede prescindir de los compatriotas que conforman el exilio cubano, no importa dónde vivan ni cuáles sean sus puntos de vista. Los de adentro y los de afuera deben ser vistos como un TODO, a pesar de ser el nuestro un pueblo dividido. Un pueblo, valga decir, donde en una y otra ribera habitan mujeres y hombres que han vivido y viven el infierno de las cárceles de mi país y que hoy resumo en dos nombres: Pedro Luis Boitel, mártir del presidio político cubano, y Jorge Luis García Pérez, Antúnez, el cubano que en estos momentos más tiempo lleva encarcelado por sus ideas. Muchas gracias.
(Final de las palabras pronunciadas en el panel “Crisis de los derechos humanos en Cuba”, organizado por Freedom House y celebrado en uno de los salones del Palacio de las Naciones de Ginebra, el 31 de marzo de 2004).
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DE SU AUTOBIOGRAFIA
Nací en Placetas el 10 de octubre de 1964, en el seno de un hogar humilde. Se nombran mis padres Rubén Antúnez Lavallet y Alejandra García Pérez, los dos de origen obrero. Mi infancia transcurrió de forma normal, en lo que se refiere al desarrollo físico e intelectual, pero la situación económica de mi hogar y el precario estado de salud de mi madre hicieron que mis estudios transcurrieran en seminternados e internados. Mi rendimiento académico fue notable en letras e historia.
Mis primeras inquietudes políticas afloraron cuando me encontraba en el preuniversitario, donde tuve la dicha de conocer, aunque de forma parcial, varios artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y discernir la aguda falta de derechos y libertades a que están sometidos los cubanos. Conocer esos artículos me llevaron a rechazar el adoctrinamiento y demagogia que se impartía en clases. Por esta razón fui conducido ante la presencia del claustro de profesores y la dirección. En duodécimo grado comprendí que me era imposible pasar a la educación superior y que mi viejo anhelo de estudiar Derecho se había tronchado. Además, tenía imperiosa necesidad de comenzar mi vida laboral y de esa forma ayudar en el sustento de mi hogar, en el que éramos cuatro hermanos sin otra ayuda que la de mi enferma madre.
Así las cosas, me desempeñé en los más disímiles y fatigosos empleos, como machetero, constructor y agricultor. Pasé varios cursos de capacitación en balde, al no conseguir luego plaza y en más de uno de estos empleos fui expulsado por expresar mis puntos de vista políticos. Fue el caso de la Central Electronuclear de Juraguá, Cienfuegos, donde después de llevar más de seis meses laborando me dieron de baja, porque en una investigación realizada me consideraron “desafecto al proceso”. Mi negativa a militar y cotizar en las organizaciones políticas y de masas hizo que me clasificaran como “alto potencial delictivo”.
A fines de 1983 me encontraba con unos amigos en la Plaza XX Aniversario de Placetas, disfrutando de unos festejos y empezamos a comentar y debatir los sucesos de Granada. El tema y la diversidad de opiniones acaloró la discusión. En un momento dije que “el responsable de las veintitrés víctimas cubanas allí había sido Fidel Castro”. Acto seguido fui golpeado y detenido por agentes de la Seguridad del Estado y la policía, a rastras me llevaron hasta un carro patrullero y conducido a una unidad policial, donde volví a ser golpeado. Horas más tarde me condujeron al departamento de instrucción de la Seguridad del Estado, en la carretera de Camajuaní a Santa Clara. Se me abrió un expediente, un acta de advertencia y “milagrosamente” fui puesto en libertad.
Tenía 21 años y a partir de ese momento commencé a padecer y conocer los efectos de una constante persecución política.
El 15 de marzo de 1990 de nuevo me encontraba en la Plaza XX Aniversario, esta vez para escuchar el discurso de Raúl Castro, desde Santiago de Cuba, con motivo del llamamiento al IV Congreso del Partido Comunista. Aproveché para hacer una arenga política: “No queremos comunismo, el comunismo es un error y una utopía, queremos y necesitamos reformas como las que se efectúan en Europa Oriental”. Entonces fui embestido por provocadores y agentes de la policía y la Seguridad del Estado, quienes me propinaron una salvaje paliza ante todos los allí presentes, haciendo caso omiso de las protestas. Fui conducido a la unidad de la policía, nuevamente golpeado y después conducido a la Seguridad del Estado, donde se me acusó e instruyó por el llamado delito de “propaganda enemiga oral”.
En junio de ese mismo año, 1990, me encontraba en la Prisión Provincial de Villa Clara cuando recibí la petición fiscal de seis años. Me declaré en huelga de hambre. En el mes de julio fui conducido a la sala de delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Provincial de Villa Clara y juzgado en la Causa 4/90 por el delito de “propaganda enemiga oral” y sancionado a 5 años de privación de libertad. Fui trasladado a la prisión Alambradas de Manacas, famosa por sus atropellos y abyectas condiciones. A principios de septiembre fui sometido a una brutal golpiza, al ser tildado de promotor y cabecilla de las actividades opositoras, como rechazar la comida, hacer denuncias y principalmente por distribuir pancartas y letreros.
El 19 de febrero de 1991 me declaré en rebeldía o “preso plantado” en unión del preso político Iván Espinosa Pérez, negándonos a vestir el uniforme carcelario y a acogernos a las actividades de “reeducación”. Esa mañana a los dos nos dieron una de las golpizas más despiadadas y atroces de las tantas que allí han tenido lugar. La golpiza fue dirigida por el jefe del penal, Mario Ramírez Santana. Cuentan los que la presenciaron, que participaron veintidós militares que se disputaban la oportunidad de golpearnos. Recibimos serios hematomas y contusiones en diferentes partes del cuerpo. Al no lograr que vistiéramos el uniforme, por separado nos ubicaron con sendos pederastas psicópatas, pero se vieron obligados a sacarnos ante la digna actitud del resto de los reclusos, de los propios pederastas y de nosotros.
Fui trasladado para la Prisión “El Pre” y ubicado en una inhóspita e incomunicada celda, sin derecho al sol, asistencia médica ni visitas familiares. Se me permitió una consulta ante insoportables dolores de muelas . A los nueves meses se me permitió coger sol.
El 7 de abril de 1992 fui trasladado nuevamente a Alambradas de Manacas. En septiembre, la Seguridad arbitrariamente disolvió la organización del presidio político y sus miembros diseminados entre los presos comunes. Los presos políticos Jorge Félix Ruiz Echevarría, Lenin Córdova García y yo nos declaramos en huelga . Varios días después de comenzada la huelga fui ubicado en una sala de la enfermería donde horas antes pernoctaban tuberculosos, atado a una cama y alimentado a la fuerza. Córdova García y yo fuimos trasladados al Hospital Militar de Santa Clara. Cuando mi hermana se enteró se apareció en el hospital y en la recepción le negaron mi paradero, pero ante sus lágrimas y sus súplicas, la recepcionista le confesó que nos encontrábamos allí, pero que por órdenes de la Seguridad estaba prohibido revelar nuestra presencia e incluso registrarnos en el libro de pacientes. También le comunicó que nuestro estado era grave.
Permanecimos en huelga por espacio de veintisiete días. Dos semanas después y sin recibir ningún tratamiendo médico para la recuperación, fui trasladado a la prisión Las Grimas, en Placetas, donde existía un regimen similar al de los campos de concentración y exterminio masivo de la Alemania nazi.
Agotadoras jornadas de trabajo y deplorables condiciones de vida. Debo mencionar que por esa fecha mi madre se encontraba hospitalizada en grave estado, a solo 5 kilómetros del lugar, y se me negó visitarla.
El sábado 17 de octubre me fugo, desatándose una gran cacería. La noche de mi evasión se personaron en mi casa los oficiales del DSE, teniente Boris Luis Arribas y los capitanes Raúl Fernández y Raúl Yanez Marín, quienes pistola en mano llegaron al lecho de mi moribunda madre y le dijeron: “Señora, entregue a su hijo, porque si lo capturamos le daremos un tiro en la cabeza, y si se lanza al mar hemos dado a los guardafronteras la orden de teñir de rojo al mar con su sangre”.
Dado su delicado estado de salud, esas palabras precipitaron su muerte. Es por ello que culpo al Departamento de Seguridad del Estado de Santa Clara y a las personas antes mencionadas, del fallecimiento de mi madre, ocurrido semanas después del hecho relatado.
A la mañana siguiente de haber cometido ese acto de alevosía, fui capturado cuando me encontraba en casa de un amigo. Se me esposó por la espalda y luego se me azuzó con un perro. Aún conservo en mi cuerpo las huellas de tan cobarde acto. Sangrando a borbotones y con un intenso dolor, fui conducido a la Seguridad del Estado en Santa Clara. A las dos horas me llevaron al hospital militar, donde me hicieron una superficial cura de las heridas, sin indicarme ningún tipo de analgésico, antinflamatorio o antibiótico.
Me encontraba en la Prisión Provincial de Villa Clara cuando mi madre falleció de un infarto cardíaco, el 19 de noviembre de 1992. Me negaron el derecho a asistir a sus funerales. El 7 de diciembre , junto a los presos políticos David Flores, José Efigenio Valladares y Lázaro Reyes Broche, realizamos una huelga de hambre de carácter político y por tiempo indefinido.
El carácter de dicha huelga y las demandas exigidas provocaron alarma en las autoridades. Fuimos separados y distribuidos por otras prisiones. Llevaba nueve días en huelga de hambre y sed cuando fui conducido a la prisión Alambradas de Manacas. Al llegar, enseguida supe que se le habían dado órdenes a reclusos para que nos provocasen e incluso nos alimentaran por la fuerza, una práctica común en esta prisión, donde tratan de predisponer a los presos comunes y los políticos. Pero en honor a la verdad esa estrategia nunca ha dado resultado, porque el delincuente común, lejos de hostilidad, nos muestra apoyo y simpatía, al ver en nosotros a defensores de sus derechos.
Unos meses después, fui conducido y juzgado en la Causa 5/93, por los delitos de “sabotaje en grado de tentativa” y “propaganda enemiga”, con una sanción conjunta de 15 años de privación de libertad, que comenzaría a cumplir el 20 de mayo de 1993, fecha que se hizo firme la sentencia.
Cuando en 1994 ocurre el hundimiento del remolcador “13 de Marzo” emito una protesta y soy amenazado de subvertir el orden. El 13 de agosto efectuamos un ayuno, por cumplirse el primer mes del hundimiento y porque ese día cumplía años Fidel Castro, principal responsable del crimen.
Una madrugada vino a mi celda un oficial que en tono provocador me dijo: “Negro contrarrevolucionario, continúa con esa posición rebelde y recalcitrante contra nosotros y el régimen, que el día menos pensado sales a dar un viaje sin regreso y amaneces con la boca llena de hormigas. No te olvides que nosotros tenemos el poder y la fuerza y tú ni tan siquiera tienes familia”.
Tania, tengo entendido que Antunez debia de haber salido de prision hace ya un par de semanas. Hasta ahora continuaba encerrado, inconstitucionalmente.
ResponderEliminarQue va a suceder?
No lo se.
Camilo, a él debían haberlo liberado del pasado 15 de marzo, fecha en que venció su condena de 17 años de prisión, pues lo arrestaron el 15 de marzo de 1990. No dudo que estén reteniéndolo a propósito, para que Antúnez proteste, encausarlo y dejarlo dos o tres años más preso.
ResponderEliminarDesgraciadamente es más que probable que lo retengan. un hombre así es un líder en potencia, con moral y valor. Dios quiera que le dejen libre. Sino habrá que armar un escándalo bien fuerte para que se haga justicia.
ResponderEliminarBerta, la hermana de Antúnez, el 31 de marzo denunció que su hermano debía haber sido puesto en libertad el día 15 de marzo y todavía se encontraba en prisión. También dijo que a su hermano le han limitado a 5 minutos a la semana las llamadas telefónicas y que en protesta se declaró en huelga de palabra hacia las autoridades del penal y dejó de ir a comer al comedor. La nueva fecha para el cumplimiento de su sanción fue fijada para el 22 de abril, en una flagrante violación de los derechos humanos.
ResponderEliminarDuele escuchar de más y más casos como estos.
ResponderEliminarFelicitaciones Tania por el escrito en Estancia Cubana. De lo más interesante, me encantó.
¡Saludos!
St. José, te refieres al de la teta de la vaca soviéetica? No sé si viste las largas respuestas que di a dos comentarios. Tu tienes blog? Hazmélo saber. Gracias y que pases un buen domingo.
ResponderEliminarTania -o Magia- ¿Podrían poner la autobiografía de Antúnez en un post aparte, para linkarlo en una cosa que quiero escribir?
ResponderEliminarHola Tania.
ResponderEliminarSí, a ese escrito me refería; muy bueno. Sí también leí las respuestas que le diste a "Omar".
Y bueno, dando click sobre mi nombre puedes llegar a mi blog. Se llama Paradise Spirit y la dirección es josemartiperez.blogspot.com
...saludos! Hasta pronto.
me leo una parte del post y entiendo la vida y el sentido de la misma... me deja la cara muestra del sentido humano que tardo en comprender tan burdo comportamiento, me cuesta trabajo entender un poco el entorno castrista tan cruel y viceral... en ese enfasis sigo pensando...
ResponderEliminardarkromanticism estuvo paseando sus ojos por tus post...creo que encuentro verdad mientras mi mente trata de mitigar el odio...
y sabes no hace mas de 5 meses estuve en la isla de esos paseos que me daban muestra del idealismo que hoy siento un poco lastimado...
ResponderEliminarJorge luis garcias peres .antunez El diamante negro de cuba.mi gran amigo un hermano estuvimos preso junto algunos anos en diferentes prisiones.En el pre tensado de santa clara.en la prision alambrada de manacas.y en la prision pendiente de santa clara.que personaje es tan grande que debe formar parte miy especial de muy especial de la historia de nuestro pais saludos hermano soy paco
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