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lunes, 23 de junio de 2025

El padre Robert no podrá abrazar otra vez a Harold Cepero

 

En un comunicado de prensa distribuido por la cancillería cubana, el mandatario Miguel Diaz-Canel felicitó al Papa León XIV recordándole que las relaciones diplomáticas entre Cuba y la Santa Sede se establecieron hace 90 años. El nuevo papa, que un día presidió la Comisión Pontificia sobre América Latina, ya conocía el dato.

Cuando Diaz-Canel envió el mensaje ya había leído el informe de la Seguridad del Estado sobre las visitas a la Isla en 2008 y 2011 del entonces “padre Robert”, y posiblemente haya estudiado cuidadosamente la información en los archivos oficiales sobre sus encuentros con jóvenes activistas católicos, entre otros Harold Cepero – el ex seminarista asesinado en 2012 junto a Oswaldo Payá en una carretera en camino a Santiago de Cuba–. Existe una foto del futuro papa, junto a Harold y otros jóvenes católicos cubanos en frente de la catedral de La Habana.

El pontífice elegido hace unos días por 133 cardenales nació en Estados Unidos, pero desde hace más de 40 años ha sido ciudadano peruano y en el momento del cónclave en el Vaticano era el cardenal de Perú. Dicen que como al papa Francisco, el cardenal Robert Francis Prevost desarrolló un interés especial por los pobres, los necesitados y los emigrantes. También, como el papa Juan Pablo II, le habla con la verdad a los que detentan el poder.

El nuevo papa nació en 1955, cuando Karol Wojtyla, el futuro papa Juan Pablo II, ya había sufrido la persecución de los nazis y del régimen comunista polaco. En el momento en que León XIV llega a ocupar la silla de San Pedro, Irán se encuentra muy cerca de poder manufacturar bombas atómicas, la guerra de Rusia contra Ucrania continúa, como continúa la represión de los católicos en Cuba, Nicaragua y Venezuela y a manos de extremistas árabes en África. En China hay un obispo bajo arresto domiciliario, y según el acuerdo con el Vaticano, el Comité Central del Partido Comunista Chino tiene la potestad de proponer candidatos a obispos en su país, aunque en realidad se ha otorgado a sí mismo el poder de nombrarlos.

En Nicaragua, Daniel Ortega ha expulsado a sacerdotes y a monjas. Y en Cuba, a pesar de sus buenas intenciones y los reclamos públicos del papa Juan Pablo, continúa funcionando la Oficina de Religión y Cultos que supervisa a las Iglesias en la Isla. Es a esa oficina, que no es un departamento del Gobierno sino del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, a la que los sacerdotes tienen que ir para solicitar el permiso para viajar al extranjero, comprar ladrillos y cemento para reparar el techo de la iglesia parroquial u organizar una procesión religiosa en el parque del pueblo.

En ese contexto internacional y con su biografía, no debería sorprender a nadie que León XIV esté al tanto de la muerte de Harold Cepero y que también se dirija al presidente Diaz-Canel sobre el caso de José Daniel Ferrer, el líder de Unión Patriótica de Cuba que arbitrariamente y en mal estado de salud ha sido enviado de nuevo a la cárcel política en Santiago de Cuba. Esperemos que así sea.

Frank Calzón
14ymedio, 12 de mayo de 2025.
Foto: El prior agustino Robert Francis Prevost Martínez (en el centro, con traje), Harold Cepero (pulóver negro) y tres jóvenes católicos más frente a la Catedral de La Habana. Tomada de Nuevo Papa León XIV conoció al opositor cubano Harold Cepero, publicado en Martí Noticias el 10 de mayo de 2025.

Leer también: Harold Cepero y León XIV
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lunes, 16 de junio de 2025

El nuevo Papa estuvo dos veces en Cuba, que en 1961 expulsó a los padres agustinos

 

El nuevo Papa viajó dos veces a Cuba, en 2008 y en 2011. En Vatican News, Monseñor Emilio Aranguren, actual Obispo de Holguín dijo que en 2008, "el hoy Papa León XIV viajó a Cuba para visitar a sus hermanos agustinos y se desplazó hasta la parroquia de Puerto Padre (Diócesis de Holguín), a 700 kilómetros al este de La Habana. La casa cural anexa a la parroquia estaba en reparación y el prior general fue acogido en una casa de familia durante los tres días de su estancia. Desde allí se trasladó a Holguín para tener un encuentro personal conmigo y conocer un poco más la realidad de la parte oriental de la isla".

"Hoy la alegría del señor Manuel Miguel (quien lo acogió en su casa), conocido por todos por Manolín, es desbordante y a todos muestra un sencillo diploma que el padre Prevost le entregó por su acogida y por el apoyo que ofrecía a los frailes de la comunidad. Indudablemente, que el hoy León XIV dejó una huella de sencillez, de cercanía, de gozo al ver cómo sus hermanos estaban evangelizando y sirviendo el amor de Dios en medio de una realidad tan necesitada. Quienes lo recuerdan en Puerto Padre, hacen memoria de su sonrisa serena, apacible, incluso al verlo en la televisión son capaces de ver, después de tantos años que han pasado, que se mantiene igualito, con la misma sonrisa".

En Facebook se han publicado fotos del entonces fray Robert Francis Prevost Martínez, Prior General de los Agustinos de las visitas que hizo a Chambas (Ciego de Ávila), Puerto Padre (Las Tunas), Holguín y La Habana, unas son de su primer viaje en 2008 y otras de su segundo y último viaje, en 2011. Pero ni en el mensaje del régimen verde olivo ni en el de los obispos católicos cubanos al conocer la elección del nuevo Sucesor de Pedro, se mencionan los dos viajes de Prevost a Cuba.

Los agustinos llegaron desde México por primera vez a Cuba en 1588. Años más tarde otro grupo de origen estadounidense se estableció en la isla desde finales del siglo XIX hasta 1961, cuando Fidel Castro los expulsó de la Isla, donde habían realizado una gran labor pastoral y educativa. Vanos fueron los intentos de la Orden de San Agustín por regresar a Cuba. En junio de 2005, dos jóvenes sacerdotes, Iván David Pérez y Eliseo del Olmo, lograron convertir en realidad un viejo sueño. Fueron acogidos por el entonces obispo de Cienfuegos, Emilio Aranguren (actualmente obispo de Holguín), quien les asignó las parroquias de Rodas y Aguada de Pasajeros. Se convirtieron en los primeros agustinos con visado de trabajo que entraron a Cuba después del castrismo.

La Orden de San Agustín actualmente tiene tres comunidades en Cuba:

En La Habana, la parroquia Santo Cristo del Buen Viaje, en La Habana Vieja. Las actividades que más destacan son la pastoral de los enfermos y los encuentros quincenales con abuelos y niños de la comunidad. Académicamente apoya al Instituto Félix Varela y al Seminario Mayor Arquidiocesano, sede de la casa de formación Nuestra Madre del Buen Consejo. En Chambas, Ciego de Ávila, en la parroquia de la Inmaculada Concepción, existe otra comunidad agustiniana que tiene a su cargo varias comunidades y un dispensario de medicinas, que se mantiene gracias a envíos desde España. La tercera comunidad se llama San Agustín, en la parroquia San José de Puerto Padre, que pertenece a la diócesis de Holguín. La labor es similar a la de Chambas, con una estructura parroquial bastante asentada y basada en la colaboración cercana con los laicos. Es digno de destacar los comedores que existen en algunas comunidades. Datos tomados de Agustinos en Cuba.

Acerca de la expulsión de 136 sacerdotes en septiembre de 1961, sugiero leer el testimonio de Monseñor Agustín Román que en 2010 salió en Diario Las Américas y el artículo que el abogado Ernesto García Díaz publicara en 2015 en Cubanet sobre las propiedades que el Gobierno Revolucionario le confiscara a los agustinos en Cuba, entre ellas la capilla agustina perteneciente a la antigua Universidad Católica de Santo Tomás de Villanueva., un lugar que conservo en mi memoria. Les cuento.

Cuando en 1962-63 estuve becada en la Escuela de Instructoras Revolucionarias Conrado Benítez, la casa en la cual me albergaba quedaba en 5ta. Avenida y 194, y como la guagua que nos dejaba en la esquina se demoraba en pasar, me bajaba en la parada del Coney Island, en la playa de Marianao. Después de pasar la entrada del Reparto Naútico, no había que caminar mucho para ver, en la acera de enfrente, la capilla y las instalaciones de la que fuera la primera universidad católica y privada que hubo en Cuba.

La Universidad Católica de Santo Tomás de Villanueva fue fundada el 15 de agosto de 1946 por agustinos estadounidenses con la ayuda de familias cubanas quienes financieron su construcción. En 1957 fue declarada Universidad Pontificia. En 1961, cuando los agustinos y sacerdotes de otras órdenes religiosas fueron expulsados de Cuba, la capilla y la universidad fueron confiscadas. En 2019, esta nota destapaba las alarmas. Sobre todo para quienes como yo, tuvieron la suerte de ver todavía en buen estado de conservación, la capilla y los edificios de la Universidad Católica de Santo Tomás de Villanueva, como en esta foto se puede apreciar:

Espero que León XIV no olvide que los agustinos tuvieron que esperar 56 años para poder volver a Cuba. Que se lo recuerde al primer representante de la dictadura con el cual se encuentre. Raúl Castro acaba de cumplir 94 años. Antes de morir, debiera hacer lo que no hizo Fidel Castro: reconocer la represión que durante más de seis décadas él y su hermano han ejercido hacia el pueblo cubano en general y en particular hacia la Iglesia Católica. Una de las muchas vergüenzas del Vaticano es que después que Fidel Castro expulsó como delincuentes a 136 sacerdotes de Cuba en 1961, no fue excomulgado por Juan XXIII ni por ningún otro Papa.

Tania Quintero

lunes, 9 de junio de 2025

León XIV no es marxista

 

El periodista Carlos Cuesta (Asturias, España, 1971) ha desmontado en La Trinchera de Llamas, programa de esRadio, el entusiasmo de ciertos sectores de la izquierda por el nuevo Papa León XIV. Y lo ha hecho recurriendo, precisamente, a las propias palabras del pontífice antes de llegar al Vaticano.

En un repaso detallado, Cuesta ha recuperado declaraciones de León XIV que muestran un pensamiento crítico y frontal contra el comunismo, el colectivismo extremo y la ideología de género: "Lo digo para todos los de la euforia comunista. No son frases mías, repito, son frases del que ahora ya es Papa León XIV’’, ha recalcado.

Contra el marxismo y el colectivismo

  • "La teología marxista busca reemplazar la gracia por la revolución y termina adorando al Estado por encima de Dios." (Villanova University, 12 de abril de 1995)
  • "El comunismo es el error del siglo XX que aún amenaza a nuestras comunidades más vulnerables." (Congregación en Lima, 15 de marzo de 2001)
  • "Los cristianos deben resistir las tentaciones ideológicas del colectivismo extremo, que esclaviza el alma en nombre de la justicia social." (Cuzco, 23 de junio de 2003)

Como bien ha señalado Cuesta durante el programa: no hay la más mínima ambigüedad en estos mensajes.

Críticas al relativismo y la ideología de género

El periodista también ha destacado otros posicionamientos que, en su opinión, rompen con la imagen de un Papa próximo a los postulados progresistas, en este caso cargando contra el relativismo moral y la ideología de género:

"El relativismo moral promovido por ciertas corrientes marxistas niega la verdad de Cristo y corrompe la conciencia de los jóvenes." (Chiclayo, 8 de diciembre de 2007)

"El comunismo ha penetrado incluso en ambientes cristianos disfrazado de solidaridad. Es nuestro deber pastoral desenmascararlo." (Obispos latinoamericanos, 14 de mayo de 2010)

"La ideología de género es una colonización cultural que destruye la familia desde sus cimientos." (Santa María Reina, 27 de noviembre de 2016)

"Quienes promueven la abolición del binarismo sexual quieren reinventar la creación. Esto es soberbia moderna disfrazada de inclusión." (18 de febrero de 2023)

El periodista también reparó en el simbolismo del primer gesto público de León XIV tras su elección: la cruz que lució en el balcón central de la Basílica de San Pedro. En ella se incluían reliquias de varios santos, entre ellos Anselmo Polanco, obispo de Teruel fusilado por los republicanos en 1939. Para cerrar, recurrió a Margaret Thatcher para reforzar su análisis:

"El comunismo no puede ser cristiano. Es anticristiano. Por una cosa muy sencilla: el iusnaturalismo, el derecho natural, se basa en que el hombre tiene una dignidad inherente al mismo porque está hecho y creado a imagen y semejanza de Dios. Dentro de esa dignidad hay tres cosas —o cuatro cosas podríamos decir—: la razón, que es la diferencial; la libertad; la vida y la propiedad privada. Si es el Estado el que te tiene que dar esa dignidad, si es el Estado el que te tiene que dar una vivienda digna y no te la puedes ganar tú; si es el Estado el que te tiene que garantizar un trabajo digno porque no te lo puedes ganar tú; si es el Estado el que te tiene que mantener porque tú no tienes una dignidad inherente… el comunismo o el socialismo se acaban de cargar a Dios. Literalmente."

Carlos Cuesta
Texto y foto: Libertad Digital, 11 de mayo de 2025.

lunes, 2 de junio de 2025

El Papa "yanqui latino"

 

Cuando la elección de un papa parece extraña o incomprensible, en los pasillos del Vaticano se repite un dicho más antiguo que la propia Iglesia católica: “El Senado no se equivoca”. En efecto, los 133 cardenales que el jueves 8 de mayo escogieron a Robert Prevost como líder saben muy bien lo que le piden: dinamizar a nivel político la institución, unificar el catolicismo –atomizado en múltiples facciones, la herencia que le dejó Francisco– y lograr que su voz se escuche desde Pekín hasta Washington.

León XIV viene a crear consenso y tiene todas las herramientas en la mano. El yanqui latino, como lo llaman en Roma, no representa un continuismo con la línea de Francisco. Pensar así es ignorar los complejos mecanismos de recuperación que ha tenido históricamente la Curia –el conjunto de altos cargos que llevan las riendas del poder eclesial– y estar ciego ante la desunión en que Francisco sumió a la Iglesia, con sus célebres “gestos” de progresismo. La unificación de la Iglesia es la principal tarea de Prevost.

El nuevo Papa cae bien, como en su momento Bergoglio. No llegó a ser la mano derecha de su antecesor, como sí lo fue Pietro Parolin –el gran favorito de este cónclave–, ni formó parte jamás de su elitista Consejo de Cardenales, pero sí fue el hombre de Francisco en Perú. Fue Prevost quien recomendó al Vaticano el cese del arzobispo de Piura, José Antonio Eguren, tras el escándalo de abusos sexuales del Sodalicio, el grupo religioso peruano finalmente disuelto en abril de este año. Los líderes del Sodalicio difamaron a Prevost hasta las puertas mismas del cónclave.

Que un estadounidense haya llegado al papado es también el quiebre de una de las viejas leyes no escritas de la diplomacia vaticana: no elegir jamás a un cardenal a quien Washington conozca demasiado bien. Sin embargo, Prevost lleva años fuera de Estados Unidos –aunque formara parte de su Conferencia Episcopal “sirviendo en otras funciones”– y si bien nació en Chicago, una meca del progresismo estadounidense, su procedencia no fue tan relevante en su formación como otros factores. Por ejemplo, ser de la orden de San Agustín, que pone el acento en lo intelectual, y ser misionero en Latinoamérica.

Lo que sí es cierto es que la Casa Blanca reaccionó con frialdad ante un Papa que parece llamado a ser contrapeso de Donald Trump en Europa. El republicano felicitó a León XIV con un acartonado mensaje que resaltaba su nacionalidad y expresaba su deseo de conocerlo. Otro tanto hizo el vicepresidente, J.D. Vance –convertido al catolicismo recientemente, a diferencia de su jefe, afiliado a la Iglesia presbiteriana–, a quien Prevost descalificó hace pocos meses compartiendo en X varias publicaciones sobre el tema de la migración. Con un padre de origen francés e italiano, y una madre de ascendencia española, era improbable que se quedara callado.

Más revelador sobre lo que el entorno republicano piensa sobre Prevost fueron las declaraciones del ex estratega de Trump, Steve Bannon, despedido en 2017 y varias veces detenido por la Justicia estadounidense. Antes del cónclave, Bannon definió al cardenal como un candidato potencial, “desafortunadamente uno de los más progresistas” y cercanos a Francisco. Apostaba, en cambio, por la elección de uno de los cardenales más tradicionalistas del cónclave: el guineano Robert Sarah.

Prevost, no obstante, poco puede hacer contra Trump más allá del plano moral. Una declaración fuera de lugar, un “regaño” irreflexivo al estilo de Bergoglio romperían cualquier posibilidad de diálogo con Washington y con los obispos estadounidenses, para quienes Prevost siempre ha sido, y no hay que olvidarlo, un outsider.

Ilusionados con un papa en quien creen ver una reedición de Francisco, también muchos políticos de izquierda se equivocan con Prevost. Ignoran, como decía el teólogo Hans Küng, que un cardenal puede entrar a la Capilla Sixtina como progresista y salir como conservador, y viceversa. En el caso de León XIV, los católicos han visto enseguida hasta qué punto es falso dar por sentado el continuismo de Prevost con su antecesor.

Francisco salió al balcón de la basílica de San Pedro sin las tradicionales estola dorada y esclavina morada, dos atributos papales. Prevost recuperó esos símbolos –no así los zapatos rojos– para indicar que no piensa romper con las formas. Desde ayer, ha utilizado cuatro lenguas que le son afines –latín, italiano, español e inglés– en sus celebraciones, no solo el italiano, como Bergoglio.

Por último, merece atención la elección del nombre, que lo conecta inmediatamente con León XIII, el papa de la Rerum novarum. Esta carta universal o encíclica, firmada en 1891, fue la respuesta de la Iglesia católica –tardía, como admiten muchos historiadores– al marxismo y a la crisis de fin de siglo en Europa. El texto fue una puesta al día sobre los derechos de los trabajadores, y la carta de presentación de lo que hoy se conoce como Doctrina Social de la Iglesia.

Su primera homilia, bastante desatendida por los medios, fue toda una declaración de principios en ese sentido. Habló de las “mareas de la Historia” y las “exigencias morales” que le esperan a su pontificado. Aludió al momento en que Cristo se preguntó por su propia identidad frente a los “círculos crueles de poder”, y lo definió –en el plano humano– como “un hombre recto, un hombre valiente, que habla bien y que dice cosas justas”. El conflicto que le espera, declaró, es “un compromiso irrenunciable para cualquiera que en la Iglesia ejercite un ministerio de autoridad”.

Esta serie de decisiones aparentemente simbólicas son muy elocuentes para la Curia Romana y para los católicos, puesto que, volviendo a citar a Küng, “aquello en lo que nadie se fija en la calle puede conmover seriamente el orden interno de la Iglesia”.

A Prevost, un hombre de 69 años, le queda todo por hacer. La Iglesia no puede sobrevivir a base de “gestos” sin ningún trasfondo real, como los que caracterizaron el papado errático de Francisco.

Tendrá que llevar a sus últimas consecuencias las investigaciones por abusos sexuales en las que él mismo ha participado. Tendrá que fomentar la paz en medio de numerosos conflictos –Ucrania y el Medio Oriente, los más urgentes– y definir una posición sobre el islam, una religión que Francisco exigió “no insultar” después de los atentados en París en 2015. Deberá responder a los homosexuales, a los transexuales, a los ecologistas, a las feministas, a los migrantes, a todos los colectivos que nunca obtuvieron de Bergoglio más que un selfie o un tuit.

En cuanto a Cuba, no hay razones para pensar que la Isla sea en modo alguno una prioridad para el pontífice, que la visitó como superior de los agustinos en 2008 y 2011. La línea histórica de la Santa Sede ha sido la no confrontación con el régimen y la mediación secreta entre La Habana y Washington. No parece que eso vaya a cambiar.

Habrá que ver si, como sus tres predecesores, aterriza en ella como Papa y qué tipo de relación está dispuesto a tener con sus líderes. La Conferencia Episcopal de la Isla también merece, más que nunca, un Papa y un secretario de Estado que respondan a sus llamadas primero que a las de Díaz-Canel.

Superado el entusiasmo inicial que ha generado la elección, hay un campo minado sobre el cual comenzará a andar ahora León XIV. Lo mira de cerca la Curia Romana, que es quien más tiene que perder si Prevost falla en su tarea de unificación. Pero incluso si eso pasa, en Roma siempre hay un plan B. El Senado nunca se equivoca, y si se equivoca –dice la segunda parte del refrán– no corrige, para que no se note que se equivocó.

Xavier Carbonell
14ymedio, 9 de mayo de 2025.

Foto: Tomada de La vida del Papa León XIV en imágenes, publicada en la web de CNN en Español el 9 de mayo de 2025.

lunes, 26 de mayo de 2025

Lo cortés no quita lo valiente

 

Despues de leer en el blog Desde La Habana, el artículo Castrismo aplaude el cierre de Radio Martí, del periodista independiente Iván García, decidí contar algunas vivencias.

El domingo 23 de septiembre de 1995, Radio Martí anunció que el poeta y periodista Raúl Rivero había fundado la agencia de prensa independiente Cuba Press y que sus primeros integrantes, incluyendo a Raúl, provenían de medios oficiales: Ana Luisa López Baeza, Iria González Rodiles, José Rivero García y Tania Quintero Antúnez. Ese mismo día me llamó Álvaro de Insúa y le pedí que me llamara al día siguiente. Por teléfono no se lo dije: pero antes de hablar por Radio Martí, necesitaba sacar de mi casa una grabadora, 21 cassettes y un centenar de cuartillas de las entrevistas que la escritora brasileña Cristina Agostinho había hecho en Cuba para un libro sobre Haydée Santamaría que iba a escribir. Nos conocíamos hacía diez años y no le cobré un centavo por transcribir 21 cassettes. Ese domingo metí todo en la jaba de los mandados y caminando, desde la Plaza Roja de La Víbora, fui hasta el Casino Deportivo (unos 5 km), donde vivía Mireya Roca, ex colega de trabajo en el ICRT.

A partir del 24 de septiembre de 1995, una, dos, tres veces a la semana, de Radio Martí me llamaban, para pedirme una opinión, comentar algo ocurrido en Cuba, participar en un programa o leer un texto para Sin censura ni censores, espacio que dirigía Rolando Cartaya. También me llamaban del Canal 23 y de emisoras europeas (Radio Exterior de España, Radio Nederland, BBC). Las llamadas de Radio Martí a nuestro número (99-2439) se incrementaron a fines del 95 y principios del 96, cuando a mi hijo Iván, que nunca había escrito ni una carta, Raúl Rivero le dio un voto de confianza y le sugirió que empezara a escribir sobre el tema que más dominaba, el deportivo y en particular el béisbol. Por suerte, teníamos un aparato en la sala y una extensión en el cuarto, por donde siempre hablábamos, cerrando las ventanas, por los vecinos. ¡Tremendo calor!

La que casi siempre llamaba era la productora Ofelia Oviedo, hicimos una gran amistad que se extendió a sus tías Josefa y Carina y a su hermana Thais, y con el paso del tiempo nos consideramos familia. Nos enviamos postales por Navidad y cuando murió Josefa le dediqué un post. Ofelia ya se jubiló y se mudó a California, para estar junto a Thais y sus sobrinos Ofelita y William. De la entrevista, que le hicieron en 2023, copio esta foto de Ofelia, una de las mejores productoras que tuvo Radio Martí:

Las relaciones de Iván y mías fueron muy buenas con todos los periodistas y presentadores o conductores de programas de Radio Martí. Con uno actualmente seguimos en contacto: Rolando Cartaya, ya jubilado, ahora en organizaciones como el Observatorio Cubano de Conflictos. Además de una excelente persona, es uno de los mejores periodistas cubanos y con un historial como opositor en Cuba que no todos en Miami tienen. Es el caso de Sánchez Grass y Manuel Milanés, entre otros, que han dicho cosas que no son ciertas, ajenas a la realidad. Eso ocurre cuando en Cuba no se ha sido disidente, activista de derechos humanos, periodista independiente o se ha estado detenido o encarcelado.

En ese post Iván cuenta cuando a él y Ariel de Castro Tapia, Rául Rivero los mandó a cubrir el juicio a un opositor. Una de las muchas anécdotas de las coberturas que hicimos para Radio Martí, cuando aún no había celulares, desde el teléfono de nuestras casas o de una persona de confianza, fuera una convocatoria de Oscar Elías Biscet, la huelga de Tamarindo 34 o una reunión del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, entre otras. En 2001, en un carro particular que Martha Beatriz alquiló, fui con la doctora Amelia Rodríguez, abogada de mi primo Vladimiro Roca Antúnez, a la prisión de Ariza, Cienfuegos. Con anticipación, había acordado con Ofelia Oviedo reportar desde Cienfuegos para Radio Martí. Cuando llegamos a Ariza, dijeron que Amelia necesitaba la autorización de la Seguridad del Estado provincial para poder hablar con Vladimiro.

Previamente con un disidente cienfueguero habíamos coordinado para almorzar Amelia, el chofer y yo en su casa (le dimos un dinero, creo que 50 dólares). Le dije a Amelia que se quedara allí, que con el chofer yo iba a ir a la Seguridad y después a una casa para contar por teléfono lo que estaba ocurriendo a Radio Martí. Por suerte el jefe de la Seguridad salió enseguida y en la misma puerta me dijo que no había problemas, que él llamaba a la prisión, para que a partir de las 2-3 de la tarde la abogada hablara con Vladimiro. De ahí, en el mismo auto fui a una casa en medio del campo, cerca de la prisión, y que ya en una visita anterior a mi primo había descubierto: por 5 pesos te dejaban hablar cinco minutos por teléfono.

Parecía fácil, pero era complicado. Si salió bien fue porque todo estuvo bien 'amarrado'. No podía mencionar la palabra Radio Martí, la familia no podía saber que iba a hablar para Radio Martí. Primero llamé a un corresponsal extranjero (en esa época había tres que colaboraban con nosotros), le di el número donde estaba para que llamara y se lo diera a Radio Martí. Seis o siete minutos después sonó el timbre y relaté lo que estaba ocurriendo. A la familia campesina le di 20 pesos.

También Iván y yo tuvimos buenas relaciones con los directores de la emisora, salvo con Tomás Regalado que lo primero que hizo fue sacar, sin darles explicaciones, a varios periodistas independientes quienes escribían desde la Isla, entre ellos a Iván, que llevaba dos décadas hablando por Radio Martí, con los riesgos que en Cuba eso con llevaba (a mí me expulsaron del ICRT no por ser periodista independiente, si no por hablar por Radio Martí). Hasta ese momento, Iván era el que más trabajos había publicado en la web Martí Noticias (400). Con razón me encabroné y a mi blog subí unos cuantos posts que pueden leer.

Pero lo cortés no quita lo valiente. Concuerdo con la mayor parte del reportaje, que me envió mi amigo madrileño Javier. También con otros textos y y declaraciones sobre Radio Martí, en particular de quienes han sido o son opositores y periodistas independientes en Cuba, como Iván García, Rolando Rodríguez Lobaina, Reinaldo Escobar y Ariel de Castro Tapia, quien desde Estados Unidos comentó: "A pesar de los problemas que pudo haber tenido, Radio Martí cubrió bastante a la disidencia y el periodismo independiente en los 90’s, antes del arribo de internet. A jóvenes como yo nos sirvió para darle forma a lo que ya sabíamos e ibamos descubriendo por nosotros mismos. Radio Martí a mí me radicalizó y a mucha gente que conozco les abrió los ojos".

Tania Quintero

lunes, 12 de mayo de 2025

A propósito de una nota y una foto

 

Esa foto ilustra la nota titulada Los manuales escolares cubanos desde 1901: de la educación al adoctrinamiento, publicado en 14ymedio el 16 de marzo de 2025.

La imagen es del 6 de julio de 1973. En la mesa junto con los hermanos Castro aparece Carlos Rafael y el que no se ve, a la izquierda de Fidel, debe ser el primer secretario de la UJC, que en ese momento era Luis Orlando Domínguez. Detrás, de pie, con la ropa de trabajo que entonces los dirigentes usaban, Osmany Cienfuegos y no me acuerdo el nombre del tipo de las gafas. Sentado, sonriéndose, Jorge Risquet, a su lado, Jesús Montané, el que está inclinado se me parece a Armando Hart viendo algo con alguien que no se distingue. Sería bueno averiguar qué ha sido de los cuatro pioneros. Si viven, dentro o fuera de Cuba, deben tener 60 años o más.

En esa nota, mencionan Textos Escolares Cubanos digitalizados. Al revisarlos, recordé cuatro libros que tuve cuando hice la enseñanza primaria en la Escuela Pública Ramón Rosaínz, en Monte y Pila, Cerro: Paquito, Estudios de la Naturaleza, Tercer Grado, varios autores, La Habana 1948; Libro Cuarto de Lectura de Ramiro Guerra y Arturo Montori, La Habana 1945; Educación Moral y Cívica, Cuarto Grado, varios autores, La Habana, y El Lector Nacional, Libro Quinto de Lectura de Miguel A. Cano, La Habana 1935.

Quienes deseen saber cómo eran las escuelas públicas habaneras en las décadas de 1940 y 1950, les recomiendo leer Ir a la escuela en La Habana de mi infancia.

Tania Quintero
Foto: Tomada de 14ymedio.

La medicina cubana antes de 1959

 

Sinopsis de once de los médicos cubanos que, tanto durante la época colonial, como en la República, realizaron acentuados aportes a la ciencia médica en nuestro país:

  1. Tomas Romay Chacón (1764-1849). Con su Disertación sobre la fiebre maligna llamada vulgarmente Vómito Negro, enfermedad epidémica en las Indias Occidentales (1797) fundió los cimientos de la bibliografía médica en Cuba. En 1834 inauguró la clase de clínica médica y fue su primer catedrático. Introdujo los estudios de la Anatomía sobre el cadáver y los de clínica en las salas de los hospitales, llevó a los alumnos a las cabeceras de los enfermos para su tratamiento y a la morgue para la práctica de autopsias. Con sus contribuciones colocó a la medicina insular en la senda científica.
  2. Nicolás José Gutiérrez Hernández (1800-1890). Cofundador del Repertorio Médico Habanero (primera revista cubana dedicada exclusivamente a la medicina). Introdujo en Cuba el Estetoscopio, la auscultación para diagnosticar enfermedades respiratorias y circulatorias, y varias técnicas operatorias. En 1833 participó en la elaboración de un detallado informe sobre la primera epidemia de cólera en la Habana. Desempeñó un papel protagónico en la fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (ACMFN-H), la cual presidió hasta su fallecimiento en 1890.
  3. Juan Carlos Finlay de Barres (1833-1915). Describió el primer caso de filaria[1] en sangre observado en América. Incursionó en la oftalmología e investigó sobre el tétanos, la lepra, el paludismo, la tuberculosis y el cólera. En 1872 presentó el primer intento de explicación de la fiebre amarilla, estudió los tejidos de fallecidos y dirigió su atención a los insectos capaces de penetrar los vasos sanguíneos con sus picadas, formuló su hipótesis, realizó los experimentos y demostró que el mosquito Aedes aegypti, era agente trasmisor de esa enfermedad.
  4. Ramón Zambrana Valdés (1817-1866). Cofundador junto a Nicolás Gutiérrez, del Repertorio Médico Habanero (1840-1843), desde sus páginas alentó, argumentó e impulsó la necesidad de crear una sociedad de médicos hasta lograr la fundación, en 1861, de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, para la cual fue designado como secretario y recibió el honroso título de Académico de Mérito. Fundador del Repertorio Económico de Medicina, Farmacia y Ciencias Naturales (1848-1851), la cuarta revista médica producida en Cuba en el siglo XIX.
  5. Juan Santos Fernández Hernández (1847-1922). Tomando como modelo el laboratorio de Luis Pasteur, en Francia, en 1887 fundó en Cuba el Laboratorio Histobacteriológico e Instituto de Vacunación Antirrábica, en el que se obtuvieron los primeros sueros antirrábicos y antidiftéricos en América Latina. Fundó la revista Crónica Médico-Quirúrgica (1875-1940), la más importante de las producidas en Cuba en esa época. Formó parte del grupo de oftalmólogos que editaron Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología. Y fue el primero en Cuba en realizar operaciones oftálmicas complejas.
  6. Joaquín Albarrán y Domínguez (1860-1912). Coadyuvó al esclarecimiento de la fisiología y la patología del aparato urinario. Investigó la naturaleza adenomatosa del mal llamado hipertrofia prostática. Escribió el Contagio de la Tisis, cuatro años antes de que el médico alemán Robert Koch descubriera el agente causante de esa enfermedad. Más de diez epónimos empleados en todo el mundo llevan su nombre, entre ellos: la “Uñuela de Albarrán”. Nominado en tres oportunidades para el Premio Nobel de Medicina. En el Primer Congreso Internacional de Urología (1908) fue reconocido primer cirujano urólogo del mundo.
  7. José Antonio Presno Bastiony (1876-1953). En el Hospital Calixto García organizó una sala de Cirugía Experimental para la práctica de los alumnos con animales. Introdujo la conservación de cadáveres con formol para el estudio de la técnica anatómica, y de operaciones en el muerto. Realizó las primeras prácticas sobre raquianestesia. Ejecutó la primera colecistectomía e introdujo en el país varias novedades quirúrgicas como la Gastroentero-anastomosis posterior. Entre 1933-1934ocupó la secretaría de Sanidad y Beneficencia, y en 1944 la cartera de Salubridad y Asistencia Social.
  8. Ángel Arturo Aballí Arellano(1880–1952). En 1906, desde la plaza de Profesor Auxiliar de Patología y Clínica Infantiles, incorporó los métodos pedagógicos más avanzados a la enseñanza de la Pediatría. Cofundador de la Federación Médica de Cuba (1925). Promotor del primer servicio de Clínica Infantil. Realizó las primeras transfusiones de sangre, las punciones lumbares, el estudio del líquido cefalorraquídeo y las pruebas hepáticas. Inauguró un dispensario antituberculoso para niños y un preventorio destinado a lactantes con riesgos de contraer la tuberculosis. Y profundizó los estudios sobre las diarreas, la desnutrición y la tuberculosis.
  9. Emilio Martínez y Martínez (1864-1948). Introdujo en Cuba el método de aplicación de anestesia local para la extirpación de la laringe y la intubación laríngea para el tratamiento de la difteria. Confeccionó el Manual Práctico de Microscopía y Química. Gracias a su labor se estableció el diagnóstico y tratamiento de los tumores malignos en Cuba. Fundador de la Liga Contra el Cáncer, del Instituto del Cáncer y del Boletín de la Liga contra el Cáncer. Director de Sanidad de la República, organizó y dirigió campañas contra la epidemia de la viruela y contra la amenaza de la peste bubónica. En el Hospital Calixto García creó la cátedra de Garganta, Nariz y Oído. Y en 1936 ocupó la secretaría de Sanidad y Beneficencia, la posición más elevada dentro de la organización sanitaria cubana.
  10. Pedro Kourí Esmeja (1900-1964). Destacado en la Protozoología y en el estudio de enfermedades infecciosas. Sus trabajos más relevantes fueron en Helmintología (rama de la parasitología). Descubrió un nuevo parasitismo causado por el cátodo Inermicapsifer cubensis y realizó estudios especiales sobre huevos raros en heces fecales humanas y sobre su diagnóstico. Creó una escuela de Parasitología, que constituyó la base para la creación del Instituto de Medicina Tropical. Fundador de la Revista de Parasitología Clínica y Laboratorio (1935), única en idioma español y de la Revista Avance Medical (1940). Su labor investigativa, docente y sus publicaciones científicas se emplean en la enseñanza superior en Cuba y en otros países.
  11. Gonzalo Aróstegui del Castillo (1859-1940). En 1890 presentó su primera comunicación, el Estado mental de los epilépticos e hizo una contribución consistente en una técnica sencilla y original para resolver algunos casos de “Cuerpos extraños en las fosas nasales”. En 1894, tras exponer su trabajo Condiciones de la producción médica en Cuba, ingresó como Académico de Número en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Participó en la fundación de la Junta Central de Sanidad. Fundador de la Sociedad Cubana de Pediatría.

A los aportes de los médicos mencionados—muchos de alcance universal—se añade que: de los tres mil médicos que permanecieron en Cuba después de 1959 salió el profesorado y los investigadores que formaron las nuevas generaciones de galenos cubanos: la red de hospitales, públicos y privados y de casas de socorros que existió en Cuba sirvió de punto de partida para los construidos después; la existencia de sociedades cívicas, profesionales, y la red de publicaciones médicas y científicas independientes, desempeñaron un papel decisivo en todo lo antes logrado.

Ello explica que Cuba fue el primer país del mundo (1909) en elevar la organización de la salud pública a categoría de Ministerio. Avances, que alcanzados sin subvenciones extranjeras, pero con libertades para la creación, demuestran que la enarbolada 'salud pública revolucionaria' resulta inexplicable sin esos precedentes.

Dimas Castellanos
Convivencia, 7 de septiembre de 2024.
Fotos: Tomas Romay y Carlos J. Finlay. Tomada de Radio Habana Cuba.

lunes, 5 de mayo de 2025

Avances científicos en la Cuba colonial

 

Durante los primeros decenios posteriores al descubrimiento de Cuba en 1492 no hubo quien practicara en la Isla la profesión médica. No es hasta 1572 que arriba a La Habana Francisco Peláez y Pérez, cirujano naval español, con la misión de atender al personal de las flotas y a la dotación del Castillo de la Fuerza. Se sabe que él extendió sus servicios a personas civiles, incluyendo a los más pobres. No existe constancia, sin embargo, de que este importante precursor haya estudiado y examinado en alguna universidad y quizá no poseía en realidad título alguno.

Durante muchas décadas, La Habana no dispuso de ningún facultativo que se ocupara de manera estable de tan importante misión. Por aquella época la profesión de médico no era muy bien vista en términos sociales y los ciudadanos no reconocían en ella una ocupación respetable. El primero en cambiar ese estado de cosas fue el habanero Diego Vázquez de Hinostrosa, quien al parecer rompió la tradición militar de su familia para marchar, en 1649, a estudiar medicina en México. Hasta entonces la ciudad dependía del irregular envío a la villa de médicos peninsulares.

En los años en que Hinostrosa cursaba sus estudios en el virreinato vecino, entre 1651 y 1655, la población habanera estuvo al cuidado del médico sevillano Lázaro de Flores, quien no sólo se instaló de forma definitiva en nuestro medio sino se convirtió también en el autor del primer libro científico escrito en tierra cubana: Arte de navegar, obra que le tomó nueve años en su preparación y fue finalmente impresa en España, en 1673, año en el que también falleció su autor. Flores había servido como médico a la ciudad por más de dos décadas y durante buena parte de ese lapso fue el único disponible.

Al decir del eminente historiador José López Sánchez, la historia médica de La Habana se inicia en 1690, cuando comienza el arribo regular de médicos y cirujanos. Dicho autor subraya el hecho de que entre 1690 y 1710 a la ciudad arribaron médicos y cirujanos graduados en México y otros extranjeros, en número equivalente a los llegados en todo el lapso precedente del siglo XVII.

Entre los bachilleres en medicina titulados en México que regresan a La Habana a finales del siglo XVII se encuentra Marcos Antonio Riaño y Gamboa, quien se adentra en la senda abierta por Flores en las ciencias astronómicas. En 1714, Riaño llevó a cabo cuidadosas observaciones en La Habana y en otras villas del interior, utilizando un telescopio de su propia invención, con vistas a precisar sus coordenadas geográficas. Sus datos y cálculos fueron eventualmente objeto de revisión y verificación por el director del Observatorio de París y publicados en las Memoires de la Academie de Sciences, en 1729.

Si avanzamos en el tiempo hasta finales de ese siglo, en especial a partir de 1780, encontramos un significativo impulso al movimiento científico, entre cuyos principales propulsores estará un relevante médico cubano, el Dr. Tomás Romay Chacón. Este distinguidísimo galeno fue el primero en publicar, en 1797, una monografía científica dedicada a la fiebre amarilla. Su aporte de mayor trascendencia radica, no obstante, en su labor precursora en la inmunización contra el más temible azote de la época: la viruela.

Romay conoció desde temprano los trabajos del médico e investigador británico Edward Jenner (1749-1823) y fue un activo introductor en el país de la inmunización empleando “viruela vacuna” (vacunación) descubierta por este, en sustitución del método de inoculación directa de fluido pustuloso obtenido de enfermos de viruela, que se practicaba hasta entonces con no pocos inconvenientes asociados. Al llegar a la Isla en 1804 la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, a cargo del médico Francisco Xavier Balmis, enviada por el monarca Carlos IV para difundir en el entonces imperio español el inóculo vacunal y su aplicación, el visitante hubo de constatar que el médico criollo dominaba a la perfección el procedimiento de la vacunación.

Es célebre el hecho histórico de que, para persuadir definitivamente a quienes se oponían a la vacunación por considerarla ineficaz, Romay asumió la demostración con sus propios hijos, a los que después de vacunarlos hubo de inocularles pus proveniente de lesiones de un enfermo de viruelas, sin que mostraran afectación alguna. Aún más importante es el hecho de que Romay actuó por varios decenios como Secretario Facultativo de la Junta Central de Vacuna en La Habana. No hubo en la época una experiencia comparable, por su alcance y sistematicidad, en ningún otro país del continente.

Ya en pleno siglo XIX emergen varios brillantes médicos habaneros. Algunos viajan a Europa, en especial a Francia, para adquirir los más avanzados procedimientos y ponerlos en práctica a su regreso a la Isla. Tres eminentes cirujanos —a los que López Sánchez califica como “la trinidad de salvación” para los pacientes de su época—, se destacan especialmente: Nicolás José Gutiérrez, Vicente Antonio de Castro y Fernando González del Valle. Gutiérrez fue uno de los gestores tempranos de una sociedad médica y posteriormente de una academia de ciencias y, tras varias décadas de gestiones, logró el establecimiento en 1861 de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana —la primera de su tipo fuera de Europa— de la cual fue proclamado su primer presidente y reelecto para esa función por más de 30 años. Fue también el fundador de la primera revista médica cubana, el Repertorio Médico Habanero.

Gracias a los estudios realizados y la preparación adquirida durante su permanencia en Europa, este notable cirujano se convirtió en impulsor en nuestra práctica médica de las grandes operaciones (lo que hoy llamaríamos cirugía mayor), las que se fueron haciendo posibles por el uso de la anestesia quirúrgica. De hecho, él fue el introductor del cloroformo en nuestro medio con esos fines a principios de 1848, apenas tres meses después de su primera utilización por Simpson en Edimburgo, Escocia.

Por su parte, Vicente Antonio de Castro había sido el primero en el país en utilizar una sustancia anestésica —en su caso el éter etílico— con propósitos quirúrgicos, apenas cinco meses después de su descubrimiento por Morton y su primera utilización en 1846, por el cirujano C. W. Long en el Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos. Según el historiador López Sánchez, Cuba fue el primer país de América Latina en el que se aplicó de modo regular la anestesia en los procedimientos quirúrgicos, con todo lo que ello implicó en el orden cualitativo para el desarrollo de esta especialidad.

Un nuevo salto de relevancia tendría lugar hacia fines de siglo, en lo tocante al avance científico en la práctica médica cubana. Bajo el auspicio directo y personal de otro notable médico y académico, el Dr. Juan Santos Fernández Hernández, tres facultativos cubanos: los doctores Diego Tamayo, Francisco I. Vildósola y Pedro Albarrán, viajaron para una estancia de adiestramiento al laboratorio de Louis Pasteur, en París. Al regreso de los facultativos en 1887 se constituyó en la capital el Laboratorio Histobacteriológico e Instituto de Vacunación Antirrábica de La Habana, el cual fue probablemente —en opinión del estudioso cubano Pedro M. Pruna— el primer laboratorio de ese tipo inaugurado en América.

Gracias a esta dinámica iniciativa, la población cubana tuvo a su disposición ese mismo año (1887) el suero antirrábico desarrollado por el eminente científico galo y unos años después (1894-1895), a sólo seis meses de su obtención inicial, el suero antidiftérico. Recordemos que este último era la única medicación eficaz contra la temible enfermedad hasta la aparición de los antibióticos. La institución habanera fue la primera realizar este tipo de producciones en América Latina y varios de sus preparados biológicos obtuvieron premios al ser presentados en la Exposición Panamericana de Buffalo, Estados Unidos, en 1901.

El doctor Santos Fernández fue un muy notable cirujano oftalmólogo. Inició sus estudios en La Habana, pero se graduó en Madrid y pasó de inmediato a especializarse en París. En 1875, mientras se encontraba todavía en esa ciudad, fue electo Miembro Corresponsal de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y tras su regreso a Cuba pasó a Miembro Numerario de la misma y a Miembro de Mérito en 1897. Fue presidente de la institución entre 1897 y 1899 y nuevamente entre 1901 y 1922. A su labor se debe la introducción en el país de complejas operaciones oftalmológicas.

Para concluir este sucinto recuento, es preciso aludir a una figura de especial relieve: el insigne médico epidemiólogo e incansable investigador Carlos Finlay de Barres y su trascendental aportación a la ciencia mundial. Su teoría de la transmisión de la fiebre amarilla por un vector —en este caso el mosquito entonces denominado Culex y que hoy se conoce como Aëdes Aegypti— constituyó una aportación de máxima trascendencia al conocimiento de las enfermedades transmisibles y a la comprensión de sus formas de propagación. Nadie antes que él había concebido y experimentado a lo largo de veinte años en torno a esta posibilidad y en virtud de ello su descubrimiento forma parte, con toda justicia, de la historia de la medicina universal.

La teoría del eminente camagüeyano quedó fehacientemente demostrada, en términos históricos, al lograrse en 1901 la virtual erradicación de la enfermedad de la ciudad de La Habana, como resultado de la campaña de saneamiento que dirigiera el médico militar estadounidense William Gorgas, quien se basó para conducirla en las recomendaciones formuladas antes por el sabio cubano. En su ejercicio médico Finlay practicó la oftalmología y llegó a proponer procedimientos quirúrgicos para la extirpación de cataratas, novedosos para su época, según consta en documentos de la Academia.

Al proclamarse la independencia formal de Cuba en 1902, Finlay fue designado al cargo de Jefe Superior de Sanidad y hubo de organizar el sistema de sanidad de la naciente república. Los ejemplos apuntados, junto a otros que la necesaria brevedad no permite abordar aquí, dan fe de la histórica avidez y diligencia de los hombres de ciencia en Cuba por acceder al conocimiento más avanzado de su época y su capacidad para accionar con notable agilidad para aplicarlos en nuestro medio. El legado de inquietud científica, esfuerzo personal y dedicación sostenida de estos eximios precursores conserva hoy, en pleno siglo XXI, total validez.

Ismael Clark
Cubarte, 22 de mayo de 2017.
Ilustración: La Habana en el siglo XVII, imagen del Atlas Beudeker, Amsterdam. Actualmente el atlas es parte de la colección de la British Library en Londres, que es la biblioteca nacional del Reino Unido. Tomada del blog Akelarre: historia y ficción.

lunes, 28 de abril de 2025

Obispo y O'Reilly, dos calles hermanas (II)

 

Tiene La Habana Vieja pares de calles contiguas que se perciben enlazadas por la dinámica de su uso y proximidad, como Oficios y Mercaderes, Monserrate y Zulueta, pero tal vez las más hermanadas son Obispo y O'Reilly. Partiendo de una plaza llegan a otra, conectando dos centros medulares de La Habana antigua y moderna. En el camino parecen infinitas con sus 12 manzanas colmadas de negocios, en un largo escaparate de productos y servicios. Vistas y empleadas como un gran corredor, se referencian proyectos de 1860 y 1910 que propusieron consolidarlas como una sola vía, lo que afortunadamente no llegó a implementarse.

Hasta 1959 coexistieron en ambas filiales fundadas desde tiempos coloniales, como la Farmacia Taquechel, la confitería Dominica y el restaurante París, con otras de estirpe moderna como la Western Union, el Bank of Nova Scotia y el edificio de oficinas La Metropolitana. En el entresijo de negocios que hacían de estos ejes el corazón del distrito financiero de La Habana y ramal significativo del comercio menor y la hostelería, destacó una red de establecimientos afines que acentuó su peculiaridad.

Desde tiempos coloniales en Obispo se instalaron tiendas de libros que, hasta la primera mitad del siglo XX, alcanzaron el número de diez en todo el eje. Nombres como La Moderna Poesía, Racoy, Wilson, La Galería Literaria, Rambla y Bouza, Minerva, Montero, Lex, Victoria y la de José González Porto, hicieron esta calle imprescindible para estudiantes, lectores e intelectuales. Algunas tuvieron temática especializada como Montero y Lex que vendían libros de Derecho, o Victoria que comercializaba textos de literatura universal.

Algunas funcionaron también como imprenta, como La Moderna Poesía, Lex y Rambla y Bouza. Esta última imprimía la Gaceta Oficial y un gran número de libros de autores cubanos. Se ha registrado que entre 1917 y 1924 publicó unos 514 títulos. Sus instalaciones y las de otras librerías de la calle fueron sede de tertulias dedicadas a distintos temas y autores, así como a exposiciones de pintores cubanos de la vanguardia. Todo ello eleva su significado cultural, incorporando nuevos recursos a la calle más allá de su consabida vorágine empresarial.

Esta actividad se hacía extensiva a O'Reilly beneficiándose de la proximidad, aunque no en tal alto número de libreros. Allí se encontraban librerías como Temis, La Propaganda Literaria y Casa Giralt, editora musical. O'Reilly también tuvo la peculiaridad de tener varios comercios de un mismo tipo, en su caso asociados a grandes progresos tecnológicos de mucha popularidad como la fotografía, la óptica y los electrodomésticos.

Se dice que el primer estudio fotográfico de toda América Latina se estableció en Obispo 297, en 1841. Sin embargo, en lo que restó de siglo, O'Reilly fue conocida como la calle de los fotógrafos. Para que se tenga una idea de la proporción en que se encontraban, de los 15 negocios fotográficos registrados ya en La Habana en 1859, ocho estaban en este eje. El primero de ellos, fundado por el austríaco Samuel A. Cohner en O'Reilly 364, tuvo un reloj de sol en la fachada, el primero de la ciudad, lo que le condicionó el mote de Calle de la Puntualidad.

De una manera muy creativa resumió Conrado Massaguer la concurrencia de estudios fotográficos de O'Reilly, en un artículo publicado en 1947: "Me retraté sobre un caballito en casa de Suárez, de primera comunión en el atelier de Mestre, de 'confirmación' con Cohner, en el bote en casa de Dufart y Mañan, con mis hermanos en el taller de Maceo, de bombero en casa de Gelabert y no recuerdo si patrociné a Mestre y Petit, Pumariega, y Handel que vino después. Por cierto, que el exótico apellido de este último, todavía se lee en el quicio de una puerta entre Bernaza y Villegas, donde el viejecito germano-yankee tenía su salón de fotografía".

Algunos de ellos como J. A. Suárez y Cía. y N. E. Maceo, se anunciaban como fotógrafos de cámara del rey Alfonso XII y hacían uso del escudo de armas de la Casa Real. Por otra parte, como sucedió en otros negocios, en estos talleres algunas mujeres tuvieron la oportunidad de desarrollar un nuevo oficio, o la necesidad de hacerlo al quedar viudas y tener que mantenerse. Esto sitúa en O'Reilly a algunas de las primeras fotógrafas cubanas, como Ida Concha, con estudio en el número 72 antiguo, a la Viuda de Suárez en el número 64 antiguo, y a Encarnación Irástegui quien desde 1853 compartió oficio con su esposo Pedro Arias en su estudio del número 60 antiguo.

Según Massaguer "después de Obispo es O'Reilly, la calle de intramuros más favorecida por el público elegante, ese que sabe ver, y no digo esto solo por la cantidad de ópticas que hay en ella". Aunque fue indiscutible que hubo muchas, entre ellas: la de Lastra y Hno., de Fariñas y González, Delaporte, El Almendares, La Casa Orozco, La Gafita de Oro, Marzan, Folch Ubeda y Cía., y Nacional.

Durante la primera mitad del siglo XX, las ópticas y tiendas de electrodomésticos ocuparon parte importante de la calle O'Reilly, que entonces ejercía un nuevo atractivo con la comercialización de radios, refrigeradores y televisores. Se reseña que, en noviembre de 1950, en la sede de la Compañía Cubana de Fonógrafos, agencia de la RCA Víctor cita en el número 523, se realizó una de las primeras transmisiones televisivas de la Union Radio. Otras tiendas de electrodomésticos muy populares fueron La Casa de Roberto Karman, Saturno Radio Electric, Radio Motorola, Casa Barrié y Casa Giralt.

En las últimas décadas Obispo y O'Reilly han sido objeto de una importante labor restauradora, principalmente Obispo que está prácticamente rehabilitada, aunque como el resto de la vieja ciudad siga precisando continuo mantenimiento y gestión patrimonial consecuente. O'Reilly, siempre a su saga, incorpora más lentamente la recuperación de su fondo construido. En ambos casos los cambios de uso y deterioro de los comercios tras las intervenciones de la década de 1960, cambiaron el carácter de estas vías y depreciaron sus inmuebles. En el plan actual se incorporan nuevas funciones y se recuperan antiguas, en algunos casos empleando los nombres históricos en rescate de la memoria cultural de estas calles que alguna vez parecieron contener el universo entero, y que como diría Conrado Massaguer fueron "encanto de nuestros tatarabuelos y quizás lo serán también de nuestros tataranietos".

Yaneli Leal
Diario de Cuba, 9 de marzo de 2025.
Foto: Calle O'Reilly en la Habana Vieja. Tomada de Diario de Cuba.

lunes, 21 de abril de 2025

Obispo y O'Reilly, dos calles hermanas (I)

 

Las calles Obispo y O'Reilly nacieron juntas en el siglo XVI y desde entonces el curso de sus vidas ha sido tan cercano como su ubicación. Surgieron con La Habana misma, con el trazado de su plaza fundacional, de la cual marcan el límite sur y norte. Al extenderse progresivamente hacia el oeste, casi se juntan. De este modo, conectaron en sus extremos la Plaza de Armas, corazón gubernamental de La Habana colonial, y las proximidades del Parque Central, epicentro de la actividad social extramuros. A lo largo de ambas, un sinnúmero de comercios y servicios han hecho su tránsito imprescindible y concurrido.

En el siglo XIX esto llevó a que se le construyeran dos puertas monumentales a la muralla, que convirtieron estas calles en las primeras vías de un solo sentido: Obispo para entrar y O'Reilly para salir. Pasado más de un siglo, es una dinámica que en cierto modo se mantiene espontánea, a pesar de los cambios y las diferencias funcionales.

Al inicio habría que imaginarlas muy simples, con su trazado estrecho típico del centro urbano medieval, sin pavimento y delimitadas fundamentalmente por viviendas. La cuadra de Obispo entre Oficios y Mercaderes aún conserva algunas casas construidas a finales del siglo XVI. Frente a ellas estaba la Parroquial Mayor, donde hoy se encuentra el Palacio de los Capitanes Generales.

Por la calle Mercaderes, casi en la esquina de Oficios, estuvo desde 1610 la residencia episcopal, por lo que se considera que la presencia y transitar de los obispos haya dado nombre a la calle. Obispo fue el que prevaleció de los muchos nombres que tuvo la vía y que hacían referencia a su conexión con instituciones importantes situadas en su arranque. San Juan, por el Convento e Iglesia de San Juan de Letrán de los padres dominicos, y Consulado, por el Real Consulado de Agricultura y Comercio que estuvo en Baratillo, son algunos ejemplos.

O'Reilly por su parte también tuvo varios nombres. Calle Honda, del Sumidero, del Basurero y de la Aduana, pueden dar medida no solo del inmueble al que conducía, sino de su lamentable estado físico. Aún en 1803, las actas capitulares recogían reseñas como esta: "El Sr. D. Antonio de la Luz hizo presente que la calle Honda se haya intransitable en término de haberse quejado los vecinos a razón de estar enfermando por la fetidez que exhalan las aguas corrompidas que de continuo permanecen en dicha calle por falta de corriente".

El nombre O'Reilly se considera le fue dado en honor a Alejandro O'Reilly McDowell, quien desembarcó por esa calle como segundo cabo del Conde de Ricla e inspector general de las milicias de Cuba, en 1763. Entonces ayudó a definir la devolución formal de la ciudad por parte de los ingleses, y reunió y fortaleció el ejército de la Isla.

La conexión de estas calles con los principales edificios de gobierno situados en torno a la Plaza de Armas, al Muelle de Caballería, a la Parroquial Mayor y luego a la Iglesia Catedral, a la Universidad, a la Aduana, etc. hicieron que poco a poco fueran incorporando negocios y comercios en planta baja; y que por su importancia y continuo tráfico fueran beneficiadas con los primeros sistemas de empedrado e incluso con adoquines de quiebrahacha en 1771. En 1835, el Gobierno de Miguel Tacón marcó un cambio definitivo para estos ejes con una adecuada pavimentación, diseño de aceras, alumbrado e incorporación de las puertas de Monserrate. Así, de ser calles residenciales, pasaron a definirse ya a mediados de este siglo como importantes ejes comerciales.

Esto resulta formidable porque conllevó la incorporación de múltiples edificios de gran valor arquitectónico que sustituyeron el antiguo tejido residencial, y por el enorme flujo de actividades que atrajeron. En lo adelante, tanto Obispo como O'Reilly se definieron visualmente como calles populosas de continuo trasiego, donde el ruido, el movimiento y el color provocan explosiones sensoriales. Asimismo, cada época ha ido acompañada de distintas prácticas que han matizado su imagen urbana.

Las siguientes crónicas publicadas a inicios del siglo XX, cuentan aspectos muy peculiares de estas vías generados por la práctica comercial: "Cuando los que hoy somos viejos éramos niños, no se veía una dama por las calles como no fuera en su volanta. Obispo y Muralla, que monopolizaban la atención femenil en materia de vestidos, joyas, etc., llenábanse desde las seis de la tarde en verano, y desde las cuatro en invierno, de una multitud de quitrines que hacían cordón ante los establecimientos más en boga. Los dependientes despachaban al lado del carruaje, iban y volvían mostrando los artículos solicitados y en tanto la tienda estaba vacía, la calle estaba llena de compradoras. Y esto no ocurría con un giro determinado, sino con todos" (Cosas de antaño, Álvaro de la Iglesia, 1917).

"El centro del distrito comercial donde se encuentran las mejores tiendas, son las calles del Obispo y O'Reilly. Aquí, como en otras partes de la ciudad, los toldos de lona colocados sobre los paradores forman una vía cubierta, porque están como a quince pies sobre la acera y en muchos lugares se extienden desde un lado de la calle hasta el otro, presentando el aspecto de bazares orientales" (Cuba y las costumbres cubanas, Frank C. Ewart, 1919).

Más adelante se llenaron de anuncios lumínicos como puede verse en varias fotografías de la primera mitad del XX. Jorge Mañach llamó en 1927 a Obispo "la calle de los mil comercios", aunque lo cierto es que en ambas calles podía hallarse de todo, desde grandes bancos y oficinas de compañías comerciales, almacenes, tiendas de los más variados productos, hasta hoteles, agencias de viajes, cafés, restaurantes de lujo y estudios de artistas. Una larga lista de negocios concordaría con los edificios modernos allí construidos o refuncionalizados, como fueron los palacios coloniales que tempranamente acogieron los hoteles Santa Isabel y Florida.

En esta barahúnda distinguen algunas funciones muy recurridas como fue el caso de las librerías en Obispo y de los estudios fotográficos en O'Reilly. Sobre ello hablaremos un poco más en el artículo siguiente.

Yaneli Leal
Diario de Cuba, 2 de marzo de 2025.
Foto: Calle Obispo, reconvertido en boulevard en la Habana Vieja. Tomada de Diario de Cuba.