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lunes, 21 de septiembre de 2009

Yoani apunta con pistola


Por Iván García


Para llegar al apartamento de Yoani Sánchez se necesita estar en buena forma física. Nunca se sabe si el ascensor está funcionando. Entonces hay que usar las escaleras. Y subir hasta el piso 14 de un edificio prefabricado de hormigón, impersonal y gris, de tecnología serbia (cuando ésta pertenecía a Yugoslavia), y que una vez intentó ser la solución de los burócratas del gobierno cubano al acuciante problema de la vivienda en la Isla.

No resolvió la situación, lo que sí contaminó el paisaje urbanístico de la llana y apacible barriada de Nuevo Vedado, con la construcción en los años 80 de cerca de veinte edificios feos y chapuceros que dan fe del poco aprecio que el régimen siente por la arquitectura.

En uno de ellos, a tiro de piedra de la Avenida Boyeros y con un balcón, desde donde se divisan las oficinas de la nomenclatura cubana y el extravagante monumento a José Martí en la Plaza de la Revolución, viven Yoani Sánchez, su esposo, el periodista Reinaldo Escobar, y Teo, el hijo de ambos, de 14 años.

Sánchez se graduó de filología en el 2000 y ha golpeado duro en los ratings de la blogosfera mundial con sus casi 100 millones de hits en 2008 y numerosos reconocimientos internacionales. Además de molestar, y mucho, a los mandamases criollos, pálidos de envidia por el atrevimiento de una de sus ciudadanas, de abrir una grieta en el monolítico control estatal sobre los medios.

Yoani Sánchez Cordero nació una tarde tormentosa del 4 de septiembre de 1975, en pleno corazón de La Habana, en el populoso barrio de Cayo Hueso, cuna del feeling y el jineterismo. El 7 de febrero de 2009, en su piso sobrio y amueblado con gusto, Yoani me concedió una larga entrevista. Una parte ya fue publicada (http://www.penultimosdias.com/2009/02/23/entrevista-a-yoani-sanchez/). Ahora, el resto de aquella conversación, a la que sólo he añadido links.

Iván García: Sé que muchas veces te lo han preguntado, pero ¿cómo exactamente surgió la idea del blog?

Yoani Sánchez: La idea de Generación Y surgió por la acumulación de una serie de historias, preguntas que yo me dí cuenta que no iban a tener nunca un espacio en ningún periódico serio, porque eran historias, crónicas de mi realidad que estaban muy marcadas por la emoción, muy marcadas por la óptica subjetiva de una persona, las experiencias generacionales. Y claro, eso no es periodismo serio, propiamente dicho. Y justo cuando ya se acumulaban todas esas historias, descubrí la tecnología blogger .

Aunque soy filóloga de profesión, desde hace casi quince años tengo como pasión la informática. Al descubrir la tecnología blogger me dije, "esto precisamente es lo que necesito, una herramienta que me permita autopublicarme, sin tener un jefe editorial, sin tener un director, sin tener un censor. Y en esa confluencia de los deseos, en abril del 2007 apareció ese exorcismo personal que es Generación Y.

I.G: ¿Tenías algún antecedente, habías leído algún blog?

Y.S: Sí, cómo no. Mucha gente dice que mi blog fue el primero que se hizo desde Cuba, eso es totalmente falso, me he afanado en desmentirlo. Cuando comencé, ya yo conocía de la existencia de otros blogs que se hacían fuera y dentro de la Isla. Por ejemplo, hay un blog magnífico que se hace con seudónimo, Mi isla al mediodía, hecho por alguien que se hace llamar a sí mismo, "un cubano de esta isla". De alguna manera, al leer yo cómo escribía esa persona, y ver la cercanía de historias, fue como si me surgiera la idea, y me dije "algo así es lo que quiero hacer". Soy totalmente deudora de otros blogueros anteriores, por ejemplo un blog fabuloso que se llama Delito Mayor, de un profesor de matemáticas, radicado en Cuba de apellido Pérez Cuza.

Entonces, al ver estos blogs, supe que había una ventana y además esa ventana ya estaba siendo usada por cubanos. Por lo tanto, era posible hacerlo dentro de la Isla. Eso fue un buen incentivo. De todas maneras, aunque no fui la primera bloguera en mi país, me considero pionera en dar la cara. Hasta el momento en que yo, para escribir lo que pienso, publico mi nombre, mi rostro, y número de carnet de identidad, el fenómeno blogger dentro de Cuba era básicamente con seudónimos.

I.G: ¿Cómo te sientes al levantarte cada mañana libre de doble moral y sin antifaz y escribir en el ordenador lo que piensas?

Y.S: Uno transita por muchas etapas, al principio tienes muchas cosas que sacar, escribes irreflexivamente. Después te das cuentas que hay demasiadas personas en el mundo que te leen, que tienes tremenda responsabilidad, que has ganado amigos y enemigos gratuitamente. Entonces sientes que tienes que dar un discurso, o escribir de una manera que al menos no incite a la violencia. Eso es lo que trato. Intento mantener mi voz fresca, sin que se profesionalice, ahora me siento mucho más responsable, y es una carga pesada. Muy pesada.

Porque hay muchas personas que se enteran de las cosas de Cuba a través de mi blog. Si no tratar de ser objetiva, porque el bloguero no tiene que ser objetivo, al menos debo no trasmitir ningún tipo de convocatoria a la violencia. Ningún tipo de rencor que alimente los ya múltiples rencores que tenemos entre nosotros.

I.G: ¿Cuándo en 2004 regresaste a Cuba, luego de vivir un tiempo en Suiza, ya tenías en mente lo del blog?

Y.S: No, en ese momento no. Cuando regresé a Cuba en el 2004 el fenómeno blogger estaba extendido en el mundo, pero aún no había llegado a mis oídos. Yo regreso a La Habana en agosto del 2004, pasé unos angustiosos meses para poder legalizar mi situación. Porque como todos saben, cuando un cubano pasa más de once meses en el extranjero es considerado emigrante definitivo y sólo puede regresar como turista.

Para mí fue un drama volver a obtener el carnet de identidad y mi permiso de residencia. Incluso fui amenazada con ir a prisión, cosa que no se concretó porque había un niño, mi hijo. Eso fue en agosto del 2004, pero no logro legalizar mi situación, hasta diciembre de ese año.


Ese propio mes junto con un grupo de cubanos, todos radicados en el interior de Cuba, fundamos un proyecto muy interesante que se llamó Consenso. Un proyecto que ha tenido varias evoluciones y que de alguna manera evolucionó hasta convertirse en el portal Desde Cuba. No era un blog, sino una página web que se comportaba como una revista. Generación Y llegó en 2007, el mismo año en que Reinaldo abrió su blog, Desde Aquí. Y a partir de enero de 2009, la plataforma Voces Cubanas.

I.G: A pesar de las prisas a la hora de hacer un blog, se nota en Generación Y el buen uso -casi exquisito- del idioma español.

Y.S: Me considero una filóloga renegada. Cuando me gradué en la Universidad de La Habana, allá por el año 2000, fue un proceso tan traumático, porque yo hice una tesis que se llamaba "Palabra bajo presión en la literatura de la dictadura en Latinoamérica" y eso me costó tanto, un proceso de desenmascaramiento de todo un mundo académico, que decidí no trabajar nunca más como filóloga, y de ahí me fui a la informática.

De todas maneras, no he podido desprenderme de los estudios gramaticales, fonéticos y literarios realizados en la universidad, pero lo que más me gusta de esa combinación de la informática y conocimiento del español, es lograr hacer que una lengua como el castellano funcione en la red y trasmita un mensaje. Internet es un medio que funciona básicamente en inglés y mucha gente para emular con él, corrompen totalmente el español para adaptarlo a ese medio.

No creo que sea necesario, el español puede dar muchísimo en la red y de alguna manera esa es la prueba que ha dado Generación Y. Se puede tener un discurso crítico, se puede expresar opiniones con mucha carga emocional sin pasar por la violencia verbal, ni el atropellamiento del idioma, o el uso de anglicismos. El español puede dar eso y mucho más.

I.G: ¿Has tenido muchas dificultades para mantenerlo?

Y.S: Sí. El costo personal, material y social de Generación Y es muy alto. Al principio, cuando comencé mi blog, era como un grito en el vacío, pues no tenía un proyecto, y menos la idea de que iba a generar todo un fenómeno. Entonces pasaron muchos meses en que por momentos yo decía "quiero abandonar esto". Porque me daba muchísimo trabajo, el precio de acceso a Internet es muy caro, entre 5 y 8 pesos cubanos convertibles (entre 120 y 200 pesos) la hora y la conectividad casi siempre es pésima.

He tratado de hacer mi sitio en cibercafés y hoteles donde cualquier persona puede hacerlo. Trato de no utilizar ninguna herramienta que no esté al alcance del resto de mis conciudadanos. Gracias a mis conocimientos informáticos puedo optimizar mucho mi tiempo online y propiciado iniciativas para situaciones imprevistas.

Un ejemplo: en marzo del 2008 el gobierno cubano bloqueó mi bitácora en la plataforma DesdeCuba, donde se encontraban alojados varios blogs, entre ellos el mío, y eso complicó mucho las cosas. No podía leer mi blog, me conectaba a internet y mandaba los textos escritos en casa, copiados en una memoria flash y los envíaba por email. Amigos fuera de Cuba me los colocabann y a vuelta de email me mandaban los comentarios. Una forma de "bloggear" muy primitiva.

Hace rato hubiera desistido si no fuera por estar consciente de que hay tanta gente leyéndome y apoyándome. Si no fuera por eso, por todos los correos electrónicos que recibo, con palabras de ánimo, convocándome a que siga, creo que hace rato hubiera tirado la toalla.

I.G: ¿Qué opinión tienes sobre el periodismo independiente que se hace en Cuba?

Y.S: El periodismo independiente ha transitado por diversas etapas y ha recibido golpes muy duros por parte del sistema represivo y policial. Es un periodismo que enfrenta cada día muchas dificultades materiales, de traslación y también la dificultad de hacer circular sus propios textos al interior de la Isla. Y todo eso marca mucho. Considero que es verdaderamente heroico que una persona se dedique a hacer periodismo independiente en Cuba. Pero me parece que el periodismo libre cubano está abocado a absorber las nuevas tecnologías.

Porque como ha probado todo este fenómeno blogger, la capacidad de difusión, el alcance que puede tomar un individuo en internet indica que el periodismo independiente actual debe asumir mejor las nuevas tecnologías y subirse al tren de Internet, aunque para la mayoría de la población cubana sea tan difícil el acceso. Aún así, creo que vale la pena.

De todas maneras, respeto mucho a las personas que hacen periodismo independiente, tengo un pariente muy cercano, Adolfo Fernández Saínz, preso desde la primavera del 2003. Fue condenado a 15 años y va por 6, sólo por escribir sin mandato lo que piensa. Quienes se dedican a esta labor tienen que saltar una cantidad de miedos interiores, tienen que cruzar una serie de prohibiciones que de por sí los hacen personas valiosas.

I.G: No eres opositora, ni disidente, ¿cómo te enmarcarías?

Y.S: Como filóloga. Tengo aversión a las palabras que intentan definirlo todo. No me considero una opositora por una sencilla cuestión semántica: una opositora debe tener un programa. Un programa que parta de un partido o de una organización. No tengo un programa para cambiar las cosas que me pasan cada día. No soy yo, es la realidad la que es totalmente contraria al discurso oficial. Por otra parte, tampoco me considero una disidente. Porque una disidente -al menos para mí- es la persona que un día abrazó un sistema político y en un momento de su vida comprendió que no se ajustaba su manera de pensar a ese dogma y se separó.

Yo nunca he creído en este sistema politico por la sencilla razón que cuando nació mi conciencia política ya se había venido abajo el Muro de Berlín y la URSS se había desmembrado. Por tanto, no tuve tiempo de tener ilusiones. Y como no tuve ilusiones, no tuve que desilusionarme y pasarme al otro bando. Por eso no me considero disidente: ser disidente implica una ruptura con algo que se hizo. Pertenezco a una nueva generación. La generación del descreimiento, la generación del cinismo, la generación de los que nunca tuvieron fe. Lo cual es muy duro, porque si es duro desilusionarse, más duro es no haber creído.

Pero pertenezco a esa generación. ¿Cómo se llama eso? No sé. Pero puedes estar seguro que debe haber alguna palabra que se ajusta más para definir a las personas que sentimos esa carencia de ilusión y que tenemos entre 25 y 40 años.


I.G: ¿Qué te parece el proyecto político de la oposición cubana, lo ves válido?

Y.S: Todo proyecto que pluralice el espectro de opiniones dentro de un país es válido. En Cuba hemos vivido durante medio siglo como en un lienzo monocromático y todo aquel que agregue un nuevo color a mí me parece saludable para la nación. De todas maneras, la oposición también se ha visto muy limitada por los propios controles, por las propia leyes que hacen que exista una figura delictiva, como asociación ilícita, que exista una figura tan absurda como propaganda enemiga, cualquiera que imprima una hoja y la distribuya puede ser juzgado por eso. Y entonces claro, eso limita muchas sus acciones. Estoy segura que si el gobierno cubano permitiera aunque sea a las dos de la madrugada que cada día un líder de la oposición pueda hablar al pueblo, otro gallo cantaría.

Por el momento, ellos ven muy reducidas sus posibilidades por ese control informativo. Por eso, si se me permitiera, como persona a quien le gusta dar opiniones, les recomendaría usar más la red para difundir su labor. Difundir una labor en la vida real, es claro la prioridad, pero internet puede ser una magnífica herramienta para llegar por un tercer camino a los propios cubanos. Conozco a casi toda la oposición en Cuba, conozco sus tendencias políticas, tengo muchos amigos en la oposición. Y de verdad, es loable cuando una persona decide tomar ese camino, es muy duro el costo personal.

Sinceramente, me gustaría que esas agrupaciones políticas pudieran evolucionar hacia coaliciones más fuertes, que no estuvieran tan fragmentados, que no hubiera tantas rencillas -una buena parte de ellas motivadas por la propia labor de los órganos de inteligencia. Si no unidos, porque no se trata de una unión artificial que saltara las diferencias, sí me gustaría ver un panorama con más colaboración entre los diferentes partidos y grupos opositores.

I.G: ¿De los muchos sectores que en Cuba ansían con desespero un cambio, cuál es el más atractivo para ti?

Y.S: La sociedad civil. Dentro de la sociedad civil sí tengo personas que admiro mucho, como Dagoberto Valdés. Eso te dice mucho de mi proyección. Más que figuras de corte político, a mí me resulta más cercano todo lo que se hace desde la sociedad civil.

Personas que hacen proyectos, como la revista Convivencia. A lo mejor alguien piensa que es una pequeñez, pero ¡los grandes cambios empiezan con pequeños pasos! Ese slogan de Dagoberto Valdés "La fuerza de lo pequeño" a mí me resulta muy atractivo. Valdés es una figura que reúne como nadie la capacidad de no generar animadversión prácticamente en nadie de la oposición, ni de la sociedad civil.

Es un punto de confluencias, y esos puntos de confluencias son muy positivos, porque cuando las personas sacan todas las diferencias de enfoque, de ideología para unirse alrededor de un proyecto social, es muy positivo. Y en ese caso, Dagoberto es la persona que tengo más cercana en cuanto a simpatías y caminos comunes.

Yoani mira el reloj. Llevamos más de una hora conversando. Tiene el ordenador encendido a la espera de escribir su próximo post para Generación Y. La observo trabajar en un mar de papeles, discos y artefactos tecnológicos.

yoani por jlori.

Da la sensación de una hormiga o una liliputiense rodeada de gigantes. Sánchez es muy delgada, no llega a las 110 libras (unos 50 kilos). Y me pica la curiosidad: de dónde saca tanta energía. Es un fenómeno.

Antes de despedirme, no puedo obviar preguntarle:

¿Te gustaría que te beatificaran después de muerta?

Ríe de forma amplia y limpia. Y sus ojos castaños claros se achican tanto que casi desaparecen. "He sido demasiado hereje para ser beata. Además, la muerte tendrá que esperar, pienso vivir hasta los 90 años", responde mientras teclea ágilmente su nuevo texto. Internet y su blog Generación Y son sus armas. Y con ellas dispara.


(Publicado el 14.7.09 en el blog Desde La Habana).
Fotos: Tomadas del reportaje Los 100 del Año, revista El País Semanal; ceslava.com y jlori, Flickr.

1 comentario:

  1. "extravagante monumento a José Martí en la Plaza de la Revolución"...
    En desacuerdo con esa frase......no veo que sea extravagante, lo que sucede es que siempre se le ha asociado a Martí a la Revolución, y por favor nada tienen que ver. La Plaza de la Re-involución es la Plaza Cívica, no atribuible a estos últimos 50 años de Cuba.

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